Por: Gianluca Nicolini Leiva.
Como quilpueínas y quilpueínos, cruzando desde Paso Hondo hasta Belloto, es imposible no toparse con la millonaria publicidad sobre un toque de queda que busca justificarse a través de una “Consulta Ciudadana”: inmensos letreros y afiches llenos de imágenes en blanco y negro de jóvenes consumiendo drogas y comprando alcohol. En redes sociales el panorama es idéntico, las mismas imágenes y otros videos como publicidad pagada desde el perfil del alcalde Mauricio Viñambres. El edil se posiciona como un elemento central en esta propuesta. Sin embargo, toda esta propaganda es financiada por cada uno de los y las contribuyentes de Quilpué por medio de los ajustados fondos municipales.
Es fácil encontrar en distintos medios al Alcalde intentando inútilmente defender esta propuesta con un discurso demagogo acerca de los niños y jóvenes, que ha variado conforme lo han arrinconado las críticas, las que obsesivamente no ha aceptado, insistiendo en buscar métodos para intentar evadirlas. Se partió diciendo que sería en contra de la delincuencia infantil, sin embargo, el 2018 en nuestra ciudad no hubo ningún delito cometido por menores de 14 años y menos del 4,8% de los delitos fue cometido por menores de 14 a 17. Luego se dijo que era para protegerlos, no obstante que durante el 2018 sólo el 1,1% de las víctimas fueron menores de 14 años y el 2,6% fueron menores entre 14 y 17. Pero peor aún, no existe cifra que indique que los delitos mencionados se hayan cometido en lugares públicos, ni durante los horarios que se pretende aplicar el toque de queda, ni que hayan sido cometidos sin estar acompañados un adulto. Posteriormente se ha dicho que es para evitar el consumo de drogas y alcohol, sin embargo, se cerró la OPD y no existe cifra que indique que el consumo de los niños sea en lugares públicos, en los horarios que se intenta restringir su circulación ni que sea sin la compañía de un adulto.
Esta Consulta se plantea como una idea de participación ciudadana, como si fuese algo que le importare a un municipio que rechazó todas y cada una de las más de 100 observaciones que Quilpué le hizo al tan cuestionado proyecto de Plan Regulador Comunal, instancia en la que se rechazó la propuesta de realizar una Consulta Ciudadana sobre dicho Plan.
Aunque el problema mayor radica en que es totalmente inviable una Ordenanza sobre un toque de queda. La Constitución es clara al señalar que la limitación a la libertad personal es materia de Ley o de la misma Carta Magna; en ningún caso una Ordenanza Municipal podría contrariar esto. En la misma línea, la Contraloría, como órgano autónomo, ha dicho claramente que las ordenanzas no pueden imponer menores o mayores exigencias que las previstas en la Constitución, en las leyes o reglamentos pertinentes. Estamos en un escenario en que se usan nuestros recursos para levantar una Consulta sobre algo inaplicable, como la tan lamentable vieja política de prometer lo imposible a cambio de votos, con alguien que ha sido central en este intento de proyecto y ha manifestado su intención de ser candidato al parlamento. Cabe preguntarse: ¿Para qué estamos usando estos recursos si no es para que el alcalde se posicione políticamente y se haga publicidad y campaña a costa nuestra?