Culto al personalidad, la Generación Evo y el cambio de época

Hace poco salió un autodenominado reportaje en el medio de noticias francesa en español, Radio Francia Internacional (RFI), donde- además de atacar al Gobierno del Presidente Evo Morales- expone una hipótesis simpática que asevera que la Generación Evo “rinde un culto a la personalidad del Presidente”, en mi opinión osada hipótesis que no contrasta con la realidad, ni con la misión y objetivo de esta organización política, pero vamos por pasos.

Culto al personalidad, la Generación Evo y el cambio de época

Autor: Leonel Retamal

jose daniel llorentiPrimero comencemos explicando algo sobre esta denominación del “Culto a la Personalidad o a la persona” que tomó cuerpo allá en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en 1956, tres años después de la muerte del ex Secretario Ejecutivo del PCUS, Joseph Stalin. Nikita Kruchev, amigo cercano de la familia de Stalin y colaborador cercano del mismo, emitió un discurso en el XX Congreso donde promovió la eliminación del culto a la personalidad que se había creado en torno al papel de Stalin en la construcción del socialismo en la URSS y también exhortó a la sociedad política soviética a comenzar la des-stalinización del país, que sería algo como la eliminación del terror y del control político en la sociedad. A pesar de las múltiples interpretaciones que se pueden dar sobre el papel de Stalin en la vida política soviética, y en la historia de Rusia, el concepto de culto a la personalidad va en relación a la divinización y admiración de una persona hasta eliminar cualquier rasgo secular de la misma, y crear una figura de admiración divina y teológica que mesiánicamente conduciría a las personas hacia una liberación, una redención o hacia cualquier objetivo divino o, incluso, a un paraíso.

Esta concepción de la historia, esta imposición del individuo en desmedro de la época y de las masas que así la configuran, tiene sus raíces tanto en una herencia judeocristiana de salvación mesiánica por un profeta, como en toda la tradición filosófica idealista occidental. En la actualidad, ésta concepción de la historia se encuentra desgastada, y engastada sólo en los discursos más retrógados de la vida política actual, con esto me refiero, que la ingenuidad de creer que las voluntades de las grandes personalidades y de los grandes líderes como determinantes in-determinados del devenir societal es sólo una narrativa historiográfica que sirve para la constitución de metáforas o de fábulas, es casi un recurso pedagógico, nada más que ello.

{destacado-1} La Generación Evo, nace más bien, y en desmedro de esa visión idealista subjetiva de la historia, con una lectura desde el materialismo histórico, y desde las corrientes subalternas de la historia, no ve en Evo aquel personaje divino de advenir teológico, ni tampoco un mesías, no realiza un culto a la personalidad, empero, tampoco cae en las posiciones espontáneas y cuasi-anárquicas de la sociedad donde las masas autodeterminadas llegarían a construir un zenit paradisiaco donde la explotación y la opresión serían eliminadas, sino que, fieles a un método relacional e histórico, promueven la relación dialéctica entre el líder del Proceso de Cambio Boliviano, Evo Morales, y los movimientos sociales compactados en un bloque histórico.

La Generación Evo, mantiene una concepción de la historia materialista, y por ende, antagónica a cualquier tipo de idealización de un individuo, o de una clase social, o, incluso, de un momento histórico, tiene como base fundamental la crítica histórica y política entendida como poner entre paréntesis cualquier criterio de verdad, sin embargo, no niega el papel condicionante y necesario del Presidente Evo Morales en el proceso político actual, en palabras de Plejanov: «Un gran hombre lo es no porque sus particularidades individuales impriman una fisonomía individual a los grandes acontecimientos históricos, sino porque está dotado de particularidades que le convierten en el individuo más capaz de servir a las grandes necesidades sociales de su época».

Evo Morales es la síntesis de una época, existe un antes y un después del gobierno del Presidente Evo Morales, y, al mismo tiempo, existe un horizonte político y epocal que sólo puede ser entendido tras los ojos del momento histórico que vivimos actualmente, y para ello el liderazgo de Evo Morales es una necesidad histórica.

Para afirmar esta idea citamos una vez más a Gueorgui Valentinovich Plejanov: «Los individuos pueden influir en los destinos de la sociedad. A veces, su influencia llega a ser muy considerable, pero tanto la posibilidad misma de esta influencia como sus proporciones son determinadas por la organización de la sociedad, por la correlación de las fuerzas que en ella actúan. El carácter del individuo constituye un ‘factor’ del desarrollo social sólo allí, sólo entonces y exclusivamente en el grado en que lo permiten las relaciones sociales».

En fin, existe un tercer elemento que es descollante en tal reportaje, y es el hecho que la Generación Evo se ha convertido en un referente político y teórico visto a niveles internacionales, y que ha tomado un protagonismo sin precedentes, encausados por un método crítico de análisis, un praxis consecuente y un horizonte de época definido.


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