En menos de un mes, Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República, retomó el tema de las universidades públicas; en la mañanera del jueves pasado dijo que la UNAM “se volvió individualista, defensora de estos proyectos neoliberales y perdió su esencia de formación de cuadros, de profesionales para servir al pueblo”.
El presidente no fue lejos por la réplica. Connotados profesores de la máxima institución educativa del país que es la UNAM, entre ellos Rolando Cordera Campos, opinó: “Buscar revivir guerras florales, disfrazadas de campañas de limpieza ideológica, no puede sino aterrizar en corrosivos desplantes de dogmatismos, cultivo cerril del peor de los encierros. Rechazar la universalidad de la cultura y la ciencia, ámbitos ajenos de etiquetas absurdas, es denostar nuestra pertinencia inequívoca a los nuevos mundos de la globalidad y sus crisis, es miopía política”.
Las afirmaciones de Cordera Campos nos llevan evocar una lucha ideológica que se dio en 1981 en la hoy Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) la que era encausada por el Partido Comunista que otorgaba becas, solidaridad con sindicatos de trabajadores y organizaciones campesinas, promociones laborales y de asignaturas escolares; aquí permítase una digresión: entre las causas que motivaran la renuncia de Salvador Carmona Amorós, a la dirección de la Escuela de Economía fue su negativa para aprobar en una asignatura a un miembro de ese partido para ser parte del Consejo Universitario. Los abusos y robos cometidos por esa denominación partidista fueron numerosos, pero eso sí, siempre “para servir al pueblo”. Por cierto ¿Dónde están los dos mil 700 militantes que según su secretario general Alfonso Vélez Pliego tenía el “partido” en Puebla y Tlaxcala?
Retomando lo dicho por el presidente Andrés Manuel, sus expresiones pueden provocar muchos puntos de vista adversos, pero no hay que olvidar que él ha puesto el dedo en la llaga en uno de los padecimientos universitarios: la corrupción administrativa.
Veamos: el 4 de enero del presente año, los periodistas Alonso Urrutia y Néstor Jiménez, en La Jornada nacional publicaron una nota que decía que el presidente respaldó la Ley General de Educación Superior que establece la gratuidad en ese nivel educativo, cancelando las cuotas que se pagan en algunas universidades.
Según la nota, Andrés Manuel López Obrador, dijo: “se tiene que hacer un esfuerzo en universidades públicas para que se administre con honradez el presupuesto, que no se roben el dinero”.
“Pidió a las universidades -con respeto a su autonomía – “que haya austeridad republicana, tiene que haber un movimiento al interior para que no haya corrupción y sí honestidad en el presupuesto en universidades, lo que va a permitir garantizar la gratuidad, quitar las cuotas. (Las cursivas son de AYD)
«Es un esfuerzo que tienen que hacer las universidades. Ya no la Estafa Maestra, ya no que haya caciques que manejen universidades públicas en los estados. Es una vergüenza que universidades grandes de estados importantes estén manejadas por una persona, sean de un solo hombre”.
“Al considerar que el espíritu de la nueva ley es que los jóvenes tengan acceso a la universidad pública sin cuotas que a veces no se pueden pagar”, sin mencionar a ninguna institución, el presidente aseveró que “no es que esa persona (que maneja una universidad) es el rector, pero es el que manda desde hace años y manejan el presupuesto de manera discrecional y a la vista de todo mundo. Al parecer el presidente hacía referencia, sin mencionarlo, a Raúl Padilla que ha manejado la Universidad de Guadalajara. (AYD)
«Hasta los premian en España, les entregan premios los reyes. Eso se tiene que terminar, tiene que haber transparencia y honestidad y garantizar el derecho a la educación”.
Públicas y privadas
“Destacó, el presidente, que durante el sexenio de Carlos Salinas se acotó la obligatoriedad del Estado para asegurar la gratuidad de la educación, al restringirla sólo al nivel básico, con lo que se abandonó la responsabilidad en los niveles medio superior y superior y se abrió la puerta para el crecimiento de las universidades privadas.
“Sin embargo, destacó que el aumento de la matrícula universitaria privada se estancó recientemente, porque aun cuando las colegiaturas sean muy baratas, de 4 o 5 mil pesos, una familia de un obrero no puede pagar”.
El manejo de las universidades públicas será uno de los temas centrales en el próximo año, pues en el caso de la UNAM, según nota de El Universal, los subsidios se han reducido. En el caso de la BUAP el gobierno no ha dicho nada pero los rumores se han desatado en el sentido de que la institución tiene que rendir cuentas y para eso se necesita un Consejo Universitario a modo para que las apruebe.