Cada año traigo al presente la decisión que el año 1979, a escasos meses del triunfo de la Revolución Iraní, tomó su líder, el fallecido Imam Jomeini: designó el último viernes del ramadán como el Día Mundial de Al Quds –nombre de Jerusalén, ‘La santa’ en árabe-, destinado a colocar la causa del pueblo palestino por su autodeterminación en el centro de las preocupaciones de la comunidad musulmana -la Umma– del mundo entero.
El día 7 de agosto del año 1979 el Imam Jomeini declaró: “A lo largo de todos estos años, he advertido a los musulmanes del peligro del ocupante israelí, que estos días ha intensificado sus feroces ataques a los hermanos y hermanas palestinos, y que está bombardeando especialmente las casas de los combatientes palestinos en el sur de El Líbano para aniquilarlos. Pido al común de los musulmanes del mundo y a los gobiernos islámicos que se unan para acortarle la mano al invasor y a sus partidarios, e invito al conjunto de los musulmanes del mundo a elegir como «día de Al-Quds» el último viernes del mes bendito de ramadán, que es uno de los días del destino y puede ser decisivo para la suerte de los palestinos, y proclamar en manifestaciones la solidaridad internacional de los musulmanes en apoyo a los derechos legales del pueblo musulmán. A Dios altísimo le pido la victoria de los musulmanes sobre quienes lo niegan. Sea con ustedes la paz, la misericordia de Dios y sus bendiciones. Ruhollah al-Musawi al-Jomeini”.
44 años después de esta proclamación, este Día Mundial de Al Quds y la expresión de millones de musulmanes a lo largo de nuestro planeta, sirve de guía para exigir la liberación de los territorios palestinos ocupados por la entidad sionista y al mismo tiempo denunciar los ataques que la sociedad palestina sufre a manos de Israel, en violación a las leyes internacionales, las resoluciones emanadas de la Organización de las Naciones Unidas y de los derechos humanos del pueblo palestino. Derechos violados progresivamente desde el año 1948 cuando Estados Unidos e Inglaterra, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial permiten el surgimiento de la entidad sionista, generando con ello Al Nakba –la catástrofe- cuyo resultado fue la salida del hogar palestino de gran parte de su población, constituyéndose en refugiados (1).
AL NAKBA TODAVÍA PRESENTE
Hombres y mujeres, que a través de la Agencia de Naciones Unidas Para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio –UNRWA por sus siglas en inglés, creada mediante la Resolución N° 302 de diciembre del año 1948– atiende las necesidades elementales de estos seres humanos que habitan en campamentos en Jordania, El Líbano, Siria, Cisjordania y la Franja de Gaza y considerados como tales, en función de haber tenido su lugar de residencia en Palestina entre junio del año 1946 y mayo del año 1948 y que perdieron sus hogares y medios de vida tras la conformación de Israel y la guerra que se generó tras ese acto. Según datos actualizados a diciembre del año 2015, son 4,8 millones las personas que están registradas como refugiadas en Oriente Medio. De estas, 1,4 millones viven en 58 campos reconocidos como tales. Allí es donde la UNRWA desarrolla su labor con un sector concreto de la población, con todas las limitaciones que significa la disminución de sus ingresos, determinado por Washington, de manera tal que sus administraciones avalan y apoyan el proceso de ocupación y colonización de Palestina.
En esta realidad de injusticia, con millones de palestinos viviendo en condiciones precarias, sin avizorar su autodeterminación como pueblo y sometidos a la acción criminal de la potencia ocupante, el instaurar el Día Mundial de Al Quds -el último viernes de cada ramadán, el noveno mes en el calendario islámico de la Hégira Lunar– ha allanado el camino para unificar a la Umma en torno a apoyar la lucha del pueblo palestino y sobre todo los miembros del Eje de la Resistencia que, en vísperas de la conmemoración 44 del Dia Mundial de Al Quds, entregaron un mensaje de apoyo a palestina. Efectivamente Hasan Nasralá, secretario general de Hezbolá; Ismael Haniya, secretario general de Hamas; el secretario general de la Yihad Islámica Palestina, Ziad al-Najala, y Abdul Malik al Houthi, del movimiento yemení Ansarolá, en declaración conjunta condenaron los crímenes del nacionalsionismo y llamaron a intensificar la solidaridad y resistencia de Palestina.
Conducta muy distinta a las monarquías y gobiernos árabes como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán, Marruecos, que han estrechado relaciones con el régimen criminal israelí.
Estos países además han sido sostén, junto a Arabia saudí, de los grupos takfirí que actúan en la agresión a Siria e Irak, como también la que ejecuta la Casa al Saud contra el pueblo de Yemen y la población bahreiní que se opone al régimen de los Jalifa. Todos ellos cómplices activos en la tarea de minimizar el objetivo palestino de lograr su definitiva libertad. Por ello, el tener presente el Día Mundial de Al Quds, el conmemorarlo, difundirlo –a pesar del silencio de los medios de comunicación occidentales- salir a las calles, repudiar la política racista de Israel, la ideología criminal del sionismo y dar a conocer que el pueblo palestino está más vivo que nunca, es una tarea y un deber fundamental de todos los seres humanos sin distinción de raza, nacionalidad o religión.
En el actual contexto de agresión contra Siria e Irak, con los objetivos de Tel Aviv de invisibilizar la causa del pueblo palestino, resulta fundamental conmemorar el Día Mundial de Al-Quds. De esa manera, se mantiene vigente la situación de oprobio y violencia que vive día a día el pueblo palestino. Cuando se conmemora el Día Mundial de Al-Quds se le dice al mundo: Palestina y el sacrificio de sus hombres y mujeres, la muerte de sus miles de hijos no es en vano. Se le grita al mundo que la ocupación y los crímenes de Israel deben cesar y trabajar por apoyar a Palestina con todos los medios que la moral y la justicia exige. Conmemorar el Día Mundial de Al Quds es además rendir honor a los 400 palestinos, hombres, mujeres y niños, que desde la conmemoración del año 2022 a la de este año 2023 han sido asesinados por el nacionalsionismo.
SIN OLVIDO NI PERDÓN
El Día Mundial de Al-Quds representa una bofetada a la dignidad del mundo. Un llamado de atención, una manera de decir: señores, hay que acatar la legislación internacional, hay que respetar la vida de millones de seres humanos y devolver sus territorios usurpados; sacar a los colonos que en forma criminal ocupan los territorios de Palestina, que construyen asentamientos y muros. El gritar y dar a conocer esta realidad, manifestarse en las calles del mundo, es visibilizar la dignidad del pueblo palestino y mantener vigente la memoria de miles y miles de sus hijos que han muerto, precisamente, para defender sus derechos durante la ocupación de su tierra. Ese es el mejor homenaje para un pueblo heroico.
El Día Mundial de Al Quds tiene un enorme significado, pleno de simbolismo, pues hablamos de Al Quds –La Santa– el sitio sagrado tres religiones monoteístas: cristianos, los auténticos judíos y, sobre todo, para millones de musulmanes que ven en ella la primera Qibla y el segundo santuario más sagrado. Por esto, resulta una exigencia para la Umma, que los enemigos de esa fe no sigan manteniendo el dominio y la ocupación de Al Quds. Impedir con la fuerza de la razón y de las armas si es preciso, que el sionismo elimine todo rastro del mundo musulmán y siga manteniendo la ocupación desvergonzada e inmoral de esta ciudad.
El despertar islámico, es también sacarse la venda de los ojos y demostrar que no puede haber paz mientras Palestina siga ocupada. No habrá paz en Oriente Medio mientras la entidad sionista les niegue sus derechos a musulmanes y cristianos, mientras siga utilizando la segregación, la tergiversación de la historia y apele a supuestos derechos divinos, para apropiarse de una tierra que no les pertenece e impedir el acceso a los lugares que son sagrados para cientos de millones de seres humanos, y que en este mes sagrado de Ramadán ha sido testigo de la barbarie, el salvajismo y la conducta criminal de las tropas de asalto SS –soldados sionistas– que han atacado a los fieles en la explanada Al Aqsa y sus mezquitas en forma salvaje, como bárbaros sedientos de sangre.
La judaización de Al Quds es un crimen, como lo es el bloqueo a Gaza, la política de asentamientos, la construcción de un muro vergonzoso, el arrasar aldeas palestinas, quitar la residencia a todo aquel jerosolimitano que trasgreda las leyes del ocupante, expulsar su gente y ejecutar operaciones militares destinadas a exterminar a un pueblo que les impide concretar un robo y los crímenes asociados. Las autoridades de la nación persa suelen dar a conocer un mensaje claro y contundente: “Israel ha creado terror en la región y entre los musulmanes para cubrir sus propios crímenes. Los sionistas tienen la intención de hacer olvidar sus crímenes y hacer que los musulmanes y la gente de la región y del mundo se olviden del agravio cometido contra el pueblo palestino y la atrocidad de los sionistas. Para este objetivo, en los últimos años, los sionistas con sus esfuerzos por detrás del telón crean terror y conflicto entre los países de la región y el mundo islámico y han fundado guerras entre los musulmanes y entre musulmanes con cristianos. No debemos permitir olvidar los grandes crímenes de Israel o permitir que el pueblo palestino se sienta desesperado.
El Día Mundial de Al Quds rebasa los muros de esta milenaria ciudad y deviene en luz de esperanza para la población de Bahréin, que lucha contra el régimen de al Jalifa. Es un faro para aquellos que en Yemen resisten la agresión de una Coalición criminal de países liderados por Arabia Saudita. Es también un norte para el pueblo sirio, que ha sido agredido desde marzo de 2011 por grupos terroristas takfiríes y sus aliados de Washington, Europa y la triada de Ankara-Tel Aviv y Riad, responsables de la muerte de 600 mil sirios, el desplazamiento de ocho millones y la condición de refugiados de cinco millones, en una catástrofe trágica y cuyos responsables son los mismos que permiten que continúe la ocupación de Palestina.
No nos está permitido olvidar la lucha del pueblo palestino y su derecho a la libertad, como tampoco que los palestinos han sido víctimas de la traición de gobiernos que han llegado a acuerdos con la entidad sionista que los ha invadido y ocupado. Esto no debe desaparecer del recuerdo y de la denuncia permanente. Al Quds debe manifestarse día a día. No hay olvido ni perdón respecto a los crímenes cometidos contra el pueblo palestino, expresados simbólicamente en la conmemoración del Día Mundial de Al Quds.
El tener presente siempre Al-Quds es tener en nuestra mente y en nuestro corazón, que hay pueblos que luchan por su libertad, que hay pueblos que tienen muy presente la dignidad, la soberanía, la necesidad de tener siempre como norte la justicia, el respeto a la legalidad internacional por sobre todas las cosas. Para los pueblos del mundo, el Día Mundial de Al-Quds es un llamado, una alerta, un mensaje. Es perseguir los objetivos de justicia social, de justicia universal y, sobre todo, recuperar los derechos del pueblo palestino. Aquellos, que en los territorios ocupados, entre ellos Al Quds, siguen luchando y que sentirán este Día de Conmemoración –extensivo también a aquellos que no siendo musulmanes creemos en la justicia- esos palestinos deben sentir que el mundo los recuerda, que el mundo los apoya y que más temprano que tarde, el sionismo pagará cada uno de sus crímenes. Esos palestinos deben ser arropados con el corazón en llamas de una humanidad ansiosa de justicia.
Por Pablo Jofré Leal
Artículo para SegundoPaso ConoSur.
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