Por Manuel Baquedano
Han pasado 50 años desde que la ONU estableció el Día Mundial del Medio Ambiente con el objetivo de conmemorar la primera cumbre dedicada al tema. La misma tuvo lugar en Estocolmo, Suecia. Sin embargo, a pesar de los múltiples estudios, conferencias, medidas y promesas asumidas por los gobiernos durante todos estos años, hoy estamos peor que en 1972. Hemos fracasado como civilización a la hora de mejorar las condiciones ambientales y climáticas de nuestro planeta y estamos sufriendo las consecuencias de este fracaso.
Desde hace 50 años conocemos los límites del crecimiento. Aun así, no pudimos evitar el calentamiento global y la crisis climática que lo acompaña, debido principalmente a la negación de la élite económica, política y cultural que gobierna el mundo y a la preeminencia de la sociedad de consumo para repartir los bienes y servicios.
Lamentablemente la crisis climática entró en una etapa de irreversibilidad. Cada año que pase será más caluroso. La quema creciente de combustibles fósiles hará que los gases de efecto invernadero también aumenten. La ONU, a través de su agencia especializada, la Organización Meteorológica Mundial, comunicó en el mes de mayo de 2022 que podría no cumplirse el Acuerdo de París. Esto es así porque la meta de aumento de temperatura de 1,5 grados para el año 2030 tendría ya un 50% de probabilidades de alcanzarse antes, en 2025 o 2026. Si esta estimación se cumple, el aumento de dos grados sobre lo normal que la ONU había considerado para el año 2100, se estaría alcanzando en 2030 o en 2040. ¡60 años antes!
El calentamiento global y la crisis climática ya están aquí. Lo que ocurra en el corto y mediano plazo quedará fuera del alcance de los seres humanos. Desde ahora en adelante dependemos principalmente de la naturaleza y de los ritmos que ella tome para encontrar nuevos equilibrios.
¿Qué podemos hacer entonces? Sólo nos queda adaptarnos para poder sobrevivir. Después podremos crear una nueva civilización en la que los seres humanos estemos reconciliados entre nosotros y con la naturaleza, para emprender la labor de regeneración completa de las sociedades humanas.
La humanidad puede adaptarse con éxito y enfrentar la era de la escasez que se avecina. Podemos sobrevivir y emprender la construcción de una nueva civilización si aprendemos de la crisis actual dos condiciones que se derivan de ella:
1. No olvidar nunca que pertenecemos al reino animal y que por lo tanto nuestra actividad, cualquiera que sea, debe realizarse dentro de los límites que nos fija la propia naturaleza.
2. Considerar que los seres humanos tenemos un carácter transitorio en todos los aspectos. Como dice el escritor Roy Scranton en su libro “Aprender a vivir y a morir en el Antropoceno”, hemos llegado a esta vida “para nutrir la variedad y riqueza de nuestro patrimonio cultural colectivo”, sin el cual la regeneración de una nueva civilización sería extremadamente difícil.
Esperamos que algún Día Mundial del Medio Ambiente los seres humanos podamos celebrar pasos reales y efectivos para salir adelante en esta encrucijada, que nosotros mismos hemos generado y que nos tiene al borde de la extinción como especie. El diagnóstico está hecho. Ya pasaron 50 años, ahora sólo nos queda actuar.
Por Manuel Baquedano
Presidente del Instituto de Ecología Política
Publicada originalmente en Poder y Liderazgo 09.06.22