Diva de ‘el azote y la basura’

He recibido la siguiente carta: Estimado señor Redolés: Antes que nada, un cordial saludo para usted

Diva de ‘el azote y la basura’

Autor: Wari

He recibido la siguiente carta:

Estimado señor Redolés:

Antes que nada, un cordial saludo para usted. Leí atentamente su artículo “Ya murió Amy”, en la edición 108 de este periódico, correspondiente a la segunda quincena de agosto del presente año. Lejos de criticar el artículo -que me pareció muy interesante- mi intención al escribirle simplemente es hacer una pequeña corrección a una afirmación contenida en el mismo.

Usted relata que la prensa -inglesa me imagino- le dio un apelativo a Amy Winehouse: ”la diva trash del soul”, y lo traduce como la “diva de la basura del alma”, aclarando posteriormente que trash en español significa “basura” y “soul” significa “alma”, y que ambos son estilos musicales.

Pues bien, hay un pequeño error en lo anterior, pues el término correcto para el primer estilo musical de los recién aludidos no es trash, sino que es “thrash”, que se traduce como “azote” o “paliza”, tratando de graficar de alguna manera la agresividad y velocidad de este género de la música metal. La aclaración no es menor, pues si aplicamos el término correcto, entonces lo que quiere decir la prensa con el apelativo a Amy Winehouse no es “la diva de la basura del alma”, sino que sería algo así como “la diva del azote del alma”, “la diva que azota el alma”, “la diva que golpea o destruye el alma” o algo por el estilo, quizá tratando de graficar su autodestrucción, que finalmente la llevó a morir.

Pero como usted mismo dice en el propio artículo, se le permite la licencia, pues la confusión es bastante recurrente, incluso entre los propios metaleros, especialmente los más novatos.

Atentamente,

Enrique Granados

Metalero con nombre de pianista

En respuesta a tan atenta misiva, solo tengo que agradecer la preocupación del señor Granados por hacer la rectificación pertinente. Preocupación del señor Granados que hace llegar en un tono respetuoso, con el fin de mostrar el error mío, y no de denostar mi intención de traducir aquel apelativo con que la crítica musical había bautizado a la finada Winehouse. Eso me hace pensar en que es posible que con ese tipo de actitudes hagamos de Chile un país más armonioso y respetuoso. Es en ese mismo sentido que reconozco públicamente mi error.

Revisando unos viejos archivos encontré que, en una crónica para El Mercurio, destacaba Alberto Fuguet lo común que era esto de confundir “trash” con “thrash”. Lo cuento solamente con la intención de ilustrar aún más la confusión y no con el viejo “mal de muchos, consuelo de tontos”.

Bueno, ahora que le respondí al señor Granados públicamente y reconociendo mi error me despido amablemente de mis lectores y lectoras. Voy a dormir más tranquilo.

Por Mauricio Redolés

El Ciudadano Nº113, primera quincena noviembre 2011


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