Edo Caroe: Cuando el humor es social

  Este sábado el público asistente lo aplaudió de pie

Edo Caroe: Cuando el humor es social

Autor: Arturo Ledezma

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Este sábado el público asistente lo aplaudió de pie. Diez mil personas en el reconocido Festival del Huaso de Olmue celebraron su humor, directo, veraz, al callo denunciando las tremendas verdades que los chilenos sufren con los abusos de poder, la desigualdad social y en especial dignificando en uno de los artistas de su show, Oscar Alvarez, Oscarito,  la discapacidad de éste resaltando el tremendo talento que supera su incapacidad física. El rating a las 0 horas alcanzó un 22 puntos, algo inusual a esa hora de una noche del sábado que cuando las teleseries  turcas le quitan el sueño a los chilenos. Edo Caroe rompió con esto.

Eduardo Carrasco Rodríguez desde pequeño, descubre su habilidad y pasión por las artes escénicas, incursionando en diversas áreas tales como el ilusionismo, el teatro, el clown, el malabarismo.   Amaba la magia que sorteaba  con sus estudios primarios en Temuco y luego secundarios en Peñalolén, Santiago, a sabiendas que esta afición se encontraría frente a la advertencia de sus mayores en que  ser mago “no le daría de comer”.

Observador, irónico, tallero, de pocas palabras, contó con buenos amigos con los cuales alternaban el carrete, estudio y trabajo. Esos amigos están con él formando un  férreo equipo que les asegura hoy el camino a las estrellas expectantes a que el humo no los impida crecer como seres humanos íntegros.

Siempre contó con el apoyo de su madre, psicóloga y profesora ,Jefe de Hogar como tantas miles de madres de este país, que con su salario debió mantenerle a el y a sus dos hermanos  y a la vez guiar a un joven cuyos sueños se alejaban a lo que toda madre deseaba: que fuera un buen profesional.

No bien cumplía los 18 años Eduardo y su polola Catalina se mandaron “un condoro “que en nueve meses resultó ser  una preciosa niña. Todavía no egresaban del colegio, y supieron que este hecho los obligaría a enfrentar de cara a unos padres, especialmente los de ella, severos que no perdonaban este embarazo improvisado y sin papeles.

 En esa época el romance semejó al de Romeo y Julieta: mensajes enviados a través de terceros cuando a ella le prohibieron seguir viendo a su amado. Y nada de internet. Asi se casaron siendo ellos con bolsones y mochilas a cuestas apostando una lotería que felizmente les ha  resultado hasta hoy.

 Hijo del rigor. De mesero en un Mac Donald a estudiante de Leyes en la Universidad Central. O de trabajador nocturno en un restaurant. Tiene pendiente aun el título de abogado. ¿Que  importa?  la magia, el humor lo absorbieron a tal punto que asumió vivir de esto y no de litigios por muy atractivos  que financieramente fuesen.

Hay que reconocer, sin embargo, que la metodología que usa en el análisis de los hechos que nos envuelven, la información que maneja en cada mención de estos se gesta de un conocimiento  que aprendió en los estudios y en el simple hecho de atender las noticias en el dia a día. Muestra con ello un compromiso con lo que hace, pero sobre todo un verdadero compromiso social con cada uno de quienes le siguen.

El rigor en su constante aprendizaje lo mantiene en medio de su gran éxito. Profesional metódico supo que el éxito no está en el aplauso tan solo sino en la disciplina constante y en el desarrollo creativo  de una profesión exigente y tremendamente competitiva.

Mas allá de su evolución profesional, Eduardo tiene la suficiente sensibilidad para captar los problemas que los ciudadanos viven, el y su familia incluidos. Adultos Mayores, Jóvenes, Estudiantes, Isapres, AFP, las colusiones, los proyectos en trámite en el Parlamento, el Gobierno, las actuaciones de nuestros políticos y de miembros de la las iglesias. Irreverencia total..   Nada podrán hacer frente a este hombre que se para en el escenario y en un instante los somete a todos en un catalejo al cual hay que mirar sin contemplaciones ni militancias..

 Su andar transparente le obliga a no realizar concesiones y a corregir lo que tiene que corregir. Es esta humildad en aceptarse la que marca su aprendizaje pero sobre todo le compromete a hablar por aquellos que no pueden hablar y a tocar la conciencia de aquellos que teniendo todas las tribunas viven al margen de las necesidades de la gran mayoría destruyendo sus anhelos día a día.

La historia del humor en Chile lo  asociará a un Manuel Gonzalez de la década del 60 o a Coco Legrand en sus mejores tiempos.

Los chilenos necesitamos reírnos, y en esa risa también requerimos de la magia para soñar algo mejor en nuestras vidas. Hoy el  humor y la magia se nos hacen indispensables y el arte lo hace posible. Y nadie mejor que este chileno, nacido en Temuco puede hacerlo.


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