Educar y procurar Salud

La Educación, el acto de influenciar hacia la comprensión óptima de cómo vivir, requiere aclarar, precisar, explicitar sus principios sobre la condición humana, también así lo requiere La Salud, que procura sanar la vida, la humana y la total

Educar y procurar Salud

Autor: Sebastian Saá

La Educación, el acto de influenciar hacia la comprensión óptima de cómo vivir, requiere aclarar, precisar, explicitar sus principios sobre la condición humana, también así lo requiere La Salud, que procura sanar la vida, la humana y la total.

Considerar o no la presencia de lo sutil en la existencia, de un plano de conciencia más integrado, o que el plano donde habitualmente nos instalamos no es el único, y que trabajar para explorar los otros permite recrear por siempre la comprensión sobre la vida y sobre lo que es nuestra posibilidad en ella, es trascendente y necesario.

El «objeto» a educar será distinto, lo que ha de ser educado sabrá diferente, todo se recrea: las metas, los objetivos, la estrategia, las actividades, los instrumentos, las evaluaciones, los recursos, o sea, todo, esto y lo que falte. Hoy por hoy, la plenitud desarrollada por los alumnos es superior a la que alcanzan los responsables, los padres y los profesores. La deficiente calidad presente hoy en la educación, se relaciona con este factor, los jóvenes están más despiertos que los adultos en general, jóvenes que rebalsan los cauces propuestos por la matriz educativa, la que colapsa y proyecta explicaciones ignorando esencialidades de la experiencia que acontece.

La integración de prácticas para despertar a los profesores, con el objeto de restaurar una capacidad para estar presentes con más conciencia y prestar una atención suficiente para recibir a jóvenes más plenos y así conducirlos con propiedad, desarrolladas en sistemas educativos, ha facilitado la neutralización de desequilibrios surgidos en los encuentros con los alumnos, habitualmente atribuidos a disfunciones presentes en ellos.

Trastornos de la atención y de la conducta, que reflejan desinterés del niño por lo que recibe, por lo que se propone, son trascendidos por esta vía, enriqueciéndose la experiencia educativa por la inclusión de flujos, que hasta entonces se procuraba marginar por la falta de competencia para administrarlos.

El alto costo que significa para un profesor la imprecisión de su rol, también puede ser trascendido, al constatar la oportunidad para complacer con placer, es decir, para que su contribución signifique también una para sí, reconocer más bien un hacer que es bueno para el alumno y para él al mismo tiempo, matar dos pájaros de un tiro, otro nivel de eficiencia, más poder al concentrar la energía. Los profesores, verdaderos despertadores de la conciencia para que cada uno vea por sí mismo.

El conocimiento accesible por el científico que trata de entender, será siempre probabilístico, el de El Maestro que procura la percepción directa, es absoluto, se impregna de la verdad a través de su conciencia. Importante facilitar el acceso a la información, cultivar la percepción, expandir la conciencia para mejor captar y comprender, la experiencia así lo muestra para todos nosotros.

También en Salud, la desintegración más total del funcionamiento, como es la esquizofrenia, recurso utilizado frente a la incapacidad para soportar la realidad en su plenitud, puede ser comprendida como un mecanismo, donde el Yo esencial se desentiende de un eventual otro contacto con la realidad, perdiéndose en un rincón, aquel más inaccesible del ego, para así amortiguar el impacto de un flujo caudaloso, torrentoso, tormentoso, que lo desborda o que desborda la hasta ese momento matriz con la que él se identificaba, y que genera niveles de angustia insoportables para el grado de firmeza y madurez alcanzado por ese sistema humano.

En etapas precoces puede evitarse la consecuencia de la intervención tradicional, la dimensión iatrogénica de la esquizofrenia, ya crónica, a través de la recreación de la relación del sujeto con su existencia al participar de procesos de habilitación.

La adicción a diversos objetos, como fármacos, alcohol, tabaco y psicoactivos, entre otros, también es posible comprenderla en el contexto de una necesidad de las personas, por escapar de la fricción que significa Vida fluyendo por cauces donde lo esencial no se recibe. Ya sea para bloquear la percepción, legitimados para contribuir al desentenderse de la realidad y evadirse, o para facilitar el drenaje de la tensión deprimiendo el control que tortura en tanto inmaduro; como los expandidores o expansores de Conciencia ilegales, que ofrecen por momentos expansiones dando pie a una recepción más plena que recibe el caudal más armoniosamente, amablemente, y a la valoración del usuario que habitualmente utiliza sin mucha comprensión de los mecanismos, desaprovechando la oportunidad que se abre y distorsionando la relación con éstas. La carencia de destrezas para alcanzar equilibrio, obliga al ignorante a depender de los objetos, a esclavizarse a ellos, a perder la dignidad, a entregarla a otro que también puede ser un ser humano, una tarea, un status, una imagen. Adictos a su imagen, casi todos un poco de esto, la cultura es adicta o promueve la adicción, por la falta de conciencia de los quilates de nuestra vida.

Un trabajo sistemático conduce al adicto hacia la liberación, cuando constata por si mismo la presencia de la riqueza infinita que realmente existe. También, desde esta perspectiva, en atención en Salud, la participación que el paciente habitualmente ofrece puede ser superada, trascendida, en la medida que aprende a instalarse, a recibir, a contemplar su cuerpo, aportando claridad, presencia, que remplaza la especulación no pocas veces oscura, y dependiente exclusivamente del hacer del otro, modificando así el escenario en el que se desarrolla la dolencia.

Por Dr. Milton Flores Gatica

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