El agua ocupa más del 70% de la superficie del planeta Tierra. Pero en muchos lugares se ven campos desiertos, el terreno resquebrajado y muchos animales y plantas se mueren de sed. Y quizás también algún ser humano, no de sed pero probablemente por deshidratación.
Y que a nadie se le ocurra hacer una huelga de hambre seca, porque no dura una semana. Ya que el compañero Héctor Llaitul estaba haciendo una huelga de hambre seca y tuvieron que internarlo en el Hospital Regional de Concepción, en estado grave.
¿Hay demasiada gente en la tierra -pronto seremos diez mil millones- y consumimos demasiada agua y por eso ya no alcanza? No, eso no es cierto.
Ahora me voy a referir preferentemente a México, aunque no exclusivamente, pues hay cuestiones que son iguales a nivel mundial.
Desde luego, hay que entender que hay aguas y aguas, no son todas iguales. Veamos las principales:
1. Agua salada que puede servir para apagar incendios. Hace poco tiempo escribí un artículo sobre el agua de mar para apagar incendios en Chile, que se llama “Para apagar incendios hay que pagar”. Como Chile es un país muy angosto, se puede aprovechar al agua salada para apagar incendios de viviendas en lugares cercanos a la costa, pero no para plantas ni árboles, pues es dañina para ellos. Pero claro, si se quema la casa y el jardín, sería mucho peor ¿no? Por ahí debe estar ese artículo.
2. El agua tratada es el agua que ha sido sometida a un proceso de purificación para eliminar las características no deseables. El tratamiento es diferente según el uso que se le quiera dar y de las propiedades que contenga el agua al comienzo. Puede ser utilizada para diferentes actividades del ser humano, desde lavar la ropa y hasta el riego para la agricultura.
3. Agua supuestamente potable, la que viene por lo que se llama llave o grifo según el país. En México la gente desconfía de esta agua y no la bebe, sino que sólo la emplea para bañarse, lavar ropa, lavar platos y cosas parecidas.
4. Agua “embotellada”, que es agua purificada que se usa para beber, para tomársela como se dice vulgarmente y a veces para cocinar.
5. Aguas subterráneas, pozos y cenotes entre otros. Los cenotes son pozos de agua de gran profundidad, que se alimentan por la filtración de la lluvia y por las corrientes de los ríos. Para la cultura maya, los cenotes eran considerados fuentes de vida y lugares de comunión con los dioses.
Las aguas subterráneas pueden ser extraídas y utilizadas.
En el primer lugar de importancia está el agua potable, no porque sea la más abundante, sino porque es la que más afecta a los seres humanos, pues es la que se bebe.
El agua que se beben los seres humanos es solamente una mínima parte del total.
Dice Naciones Unidas que sólo el 0,007% del agua existente en la Tierra es potable, y esa cantidad se reduce año tras año debido a la contaminación. Pero una cosa es el agua potable que hay en la naturaleza y otra la que se puede potabilizar, pues ahí está el detalle ¿no?
En términos de generales, en México el agua embotellada más el agua de la cañería, o sea, de la llave, tienen un consumo promedio por persona de 380 litros al día, lo que equivale a 11 mil 400 litros al mes. Mayor que en muchos otros países del mundo, por cierto.
Aquí el agua potable se compra, no nos tomamos el agua de la llave. Es que, desde el terremoto de 1985, nos dijeron que el agua para beber había que hervirla por lo menos 40 minutos. Entonces, de tanto hervirla, gran parte del agua se evaporaba, se gastaba demasiado gas y otras molestias como se comprenderá. Pues un tipo inteligente y avispado inventó vender agua potable, y listo. Surgieron muchos competidores, pero todos hacen negocio porque los compradores abundan. Venden garrafones de 20 litros para la casa, que son reusables y cuestan alrededor de 30 a 50 pesos mexicanos cada uno según la marca, y botellitas de un litro o medio litro que cuestan respectivamente, entre 10 y 5 pesos mexicanos cada una, más o menos según la marca y no son reusables. Todo el mundo anda con su botellita y luego la tira a la basura. Son millones de botellas de plástico cada día, un verdadero crimen ecológico.
En 2023, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo determinó que el 81% de los mexicanos consume agua embotellada. O sea, más de 100 millones de personas.
El organismo público encargado del agua se llama Conagua, y ha sido muy criticado por su inoperancia y quizás también por su complicidad con las empresas que fabrican agua embotellada (Ver editorial de La Jornada del 18 de junio 2024).
¿Y cuál podría ser la solución para que no nos falte el agua potable y no tengamos que depender del agua embotellada? Porque la verdad es que a menudo falta el agua de las tuberías, que estoy llamando agua de la llave, por lo cual en las casas hay que tener tambos llenos de agua por si acaso, para el baño, lavado de manos, de ropa, vajilla, etc.
El agua potable no falta, porque basta con comprarla. Aunque según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los hogares mexicanos terminan desembolsando entre cinco y 10 por ciento de sus ingresos en agua embotellada al mes.
¿Y por qué a menudo falta el agua de la llave en la Ciudad de México?, ¿Es porque somos demasiada gente?
No, no es por eso.
En la CDMX se pierde más del 40 por ciento del agua potable por fugas en redes. El 75% de este líquido se va al drenaje, el resto se evapora y se filtra al manto freático. El problema son ductos viejos y deteriorados y la presión variable del recurso.
En los debates previos a la designación del candidato a jefe de la CDMX, hubo muchas propuestas.
Por ejemplo, Salomón Chertorivski habló de la necesidad de invertir de forma urgente al menos 17 mil millones de pesos mexicanos para reparar las tuberías rotas. Claro que hay que arreglarlas, aunque sea las más grandes, con menos plata. Otros u otras propusieron “cosechar agua de lluvia”, para lo cual habría que construir miles de depósitos para guardar esa agua, algo también carísimo.
Pero la verdad es que hay una solución definitiva, pero, al parecer, muy cara: desalar el agua de mar.
Hay países que ya la están usando, como Arabia Saudí. Emiratos Árabes, Libia, Kuwait, Qatar y otros.
El procedimiento ya existe y es muy conocido por gobiernos y empresas privadas. Pero todos los procedimientos que se han inventado en este mundo se han abaratado con el correr del tiempo, pues es más fácil bajar los costos que inventar algo completamente nuevo.
Buscando por ahí para hacer este artículo, me encontré con una mujer palestina que creó un sistema casero para abastecer de agua potable a su pueblo. La técnica de purificación que utiliza incluye madera proporcionada por la ayuda humanitaria y restos de ventanas de edificios que han sido bombardeados. Posiblemente esta no sea la solución ideal, pero se comprueba que el que busca, encuentra.
Y los habitantes de este planeta tenemos que buscar soluciones, porque no vamos a permitir que se acabe la vida en la Tierra.
Con todo respeto, diré que no me explico por qué los principales científicos del mundo no se dedican a esto en lugar de estar estudiando asuntos que no nos afectan de inmediato, como los viajes a la Luna y otros parecidos.
Por Margarita Labarca Goddard
Las expresiones emitidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.