Por Hugo Fazio
El ministerio de Hacienda y el Banco Central no coincidieron en las perspectivas económicas futuras del país, luego de la entrega del IPoM de marzo por el instituto emisor. En eso influye la persistencia de tasas de interés contractivas, el requisito del esquema fiscal que convierte el nivel de la deuda pública en un techo para el gasto público, y la postergación de la reducción de tasas de interés por la Reserva Federal de EEUU. Al finalizar la semana pasada, el recrudecimiento del conflicto desatado a partir de la agresión israelita al pueblo palestino llevó a una inmediata alza en los mercados de materias primas, ante todo del petróleo y el oro.
No es habitual que en el contexto existente en el país se produzcan diferencias importantes entre las estimaciones del ministro de Hacienda y las del Consejo del Banco Central, no se trata de visiones distintas macroeconómicas, sino sobre la evolución de la economía en el corto plazo. Así se produjo después de entregar el instituto emisor su informe de política económica (IPoM) del mes de marzo, como lo destacó el editorial del 7 de abril del diario La Tercera.
El informe entregado, dice el editorial, “llevó al ministro de Hacienda, Mario Marcel a sacar declaraciones con entusiasmo respecto del futuro, asegurando que la economía está en una clara trayectoria de mayor crecimiento, lo que a su juicio puede ayudar a disipar la nube de pesimismo con los que se ha estado discutiendo los temas económicos. Una visión -agregó- que contrasta con la que manifestó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria, donde si bien reconoce el mayor dinamismo de los primeros meses, advierte que este puede ser un fenómeno transitorio dada las inquietantes cifras de inversión y riesgo crediticio”.
Sobre este mismo tema se pronunció el expresidente del Banco Central y actual investigador del CEP, Rodrigo Vergara, quien resumió su opinión en que se trata de un informe “con un tono más positivo que el que veíamos hace un tiempo atrás. El Banco Central -añadió- proyectó un mejor escenario para el corto plazo, pero con una perspectiva de mediano plazo que no cambia y que sigue siendo preocupante, ya que hay un crecimiento tendencial muy bajo. Es decir, el IPoM tiene un tono moderadamente optimista, pero que muestra preocupación y riesgos, y con una inversión baja”.
En relación al escenario externo, Vergara destacó que “el mundo está creciendo a tasas parecidas a su promedio histórico y nos da una perspectiva favorable. Además, los términos de intercambio y, en particular, el precio del cobre se ven bastante buenos”. Su cotización en la primera quincena de abril superó los US$4 por libra, debido a la evolución de la economía china donde existen, expresó Joaquín Morales, vicepresidente ejecutivo de Cochilco “señales de una cierta reactivación de la industria de la construcción y automotriz, que son las que tienen una mayor demanda de cobre” (12/04/24). Pero, debe tenerse presente que la del petróleo también aumentó, por un lado, debido a las decisiones de la OPEP de reducir su producción. A ello se sumó el efecto que en su cotización causó el ataque de Israel al consulado de Irán en Siria, que ya el fin de semana pasado aumentó el precio del oro negro en un 2%. La cotización del cobre y la del petróleo, constituyen los recursos que más inciden respectivamente en los precios de las exportaciones y de las importaciones del país. El 12 de abril el petróleo Brent subió a US$92 el barril, teniendo eso sí una incidencia proporcional mayor el metal rojo en el ítem respectivo.
“También -señaló Vergara- lo más probable es que las tasas de interés externas empiecen a bajar”. Por el momento ello no es así ya que la Reserva Federal ha resuelto hasta ahora mantenerlas elevadas. Y el rebrote en marzo de la inflación, tanto en el IPC como en la subyacente estadounidense, así como el aumento del número de personas que se sigue incorporando mensualmente al mercado del trabajo, alejan el momento en que las tasas de interés empiecen a descender. Las cifras de inflación de marzo en EEUU alejaron esta posibilidad. El IPC aumentó en doce meses de 3,2% a 3,5%, informó la Oficina de Estadísticas Laborales, cuando las expectativas de mercado era que disminuyera. Y la inflación subyacente aumentó 0,4% en marzo y se mantuvo en términos anuales en 3,8%. Las tendencias desinflacionarias señaló la agencia Reuters se desaceleraron en los últimos meses. Ello cuando los objetivos de la Fed es que se reduzca a 2%, incluso Joe Biden debió constatar que la reducción de tasas podría retrasarse.
Vergara afirmó que el Banco Central al disminuir sus tasas de interés de 11,25% a 6,5% las ha bajado “bien intensamente”. Pero, ellas continúan siendo contractivas, al encontrarse 2,5 puntos porcentuales por encima de las neutrales, de acuerdo a la estimación efectuada por el propio instituto emisor. Vergara consideró que la tasa neutral sería aún mayor y, por tanto, sería conveniente revisarla. “Hay argumentos -afirma- en materia de deuda, ahorro e inversión que lo hacen plausible”.
“Es evidente -continúa Vergara- que el tipo de cambio tiene un efecto en la inflación, pero la pregunta que más bien hay que hacer no es si tiene o no efecto, sino cuánto es ese efecto”. Después del IPoM de marzo, el peso experimentó una fuerte depreciación, con una caída hasta el 5 de abril de cerca de cuarenta pesos. El informe destacó al curso cambiario como un componente fundamental de la dinámica cambiaria y de la política monetaria. El gran tema cambiario a resolver es si se continúa dejando entregada la paridad al mercado. Sin embargo, para el gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central, Elías Albagli, en un seminario de la Universidad Adolfo Ibáñez, manifestó que “la única preocupación nuestra del tipo de cambio son los efectos que puede tener en la inflación”.
“Chile está teniendo -prosigue Albagli- un ciclo que está desfasado con Estados Unidos, el tipo de cambio se ha depreciado bastante más de lo que preveíamos. Encontramos -añadió- que hay una relación lineal no muy fuerte que se da entre el diferencial de tasas y el tipo de cambio cuando uno es la economía que tiene las tasas más bajas de la región. Por supuesto que los eventos de condiciones financieras pueden afectar en el margen la estrategia de política monetaria en el timing (…). Y es que vamos a tener una tasa que va a converger a la neutral en algún punto del próximo año” (12/04/24).
Finalmente, Vergara sostuvo que “es difícil que se apruebe la reforma previsional y es difícil que avance lo tributario especialmente en lo que tiene que ver con cambios de impuestos”. Hasta el momento ambas iniciativas aparecen estancadas. Para ver ambos temas con profundidad se requiere verlos de conjunto, considerando que uno se refiere a ingresos y el otro al gasto. Este último se constata que un elevado porcentaje del gasto fiscal es previsional incidiendo en su déficit y los ingresos de las cotizaciones terminan siendo destinadas no a entregar los beneficios para los cuales se crearon, sino al mercado de capitales.