El Covid-19 como realidad holográfica del Evento 201: la trastienda del horror liberal.

Carlos Matute Ron

El Covid-19 como realidad holográfica del Evento 201: la trastienda del horror liberal.

Autor: Pedro Guzmán

Tras el desarrollo de la denominada por la Organización Mundial de la Salud como pandemia de la Covid-19, son muchas las teorías que han surgido del dónde se inició el bio-virus que está actuando  letalmente  sobre  la  población mundial.  Ciertamente,  hay  un  eje  que  se  mueve  en torno   a   las   guerras   bacteriológicas,   la   reducción   de   la   población   y   el   control   de   los sobrevivientes.

No  es  una  teoría  de  la  conspiración  como  quieren  hacer  creer  los  oficiosos  periodistas repetidores de la basura que promueven los medios oficiales, ni mucho menos la masa común que no sólo no argumenta ni arguye ideas más allá, sino que no abren espacios para la duda, huequito magnífico donde hay mucho más que razonar que en la lógica cotidiana.

Lo  obvio,  y  que  no  debe  darnos  espacios  sino  para  certezas,  que  este  coronavirus  (familia cercana  del  virus  del  SARS  mutado  con  el  VIH),  es  un  plan  muy  bien  desarrollado  por  los gobiernos  de  facto  del  mundo  (banqueros  y  monarcas  principalmente),  ese  poder  que  es denominado Nuevo Orden Mundial y al que muchos creen sólo existe en las películas o libros de ciencia ficción. Quiero aquí hacer hincapié en que ese Nuevo Orden Mundial tiene nombre y  apellido  y  un  amplio  funcionamiento  y  desarrollo  a  través  de  bancos,  organizaciones multilaterales, empresas farmacológicas,  clubes y grupos de países poderosos.

Veamos: el 18 de octubre del año pasado, se realiza en la ciudad de Nueva York una reunión planificada por el Instituto John Hopkins, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Foro Económico Mundial,  donde  estuvieron  presentes  representantes  de  las  farmacéuticas  estadounidenses, miembros de la salud pública de ese país, líderes gubernamentales y expertos militares. Allí el ex  magnate  de  Microsoft,  Bill  Gates,  presentó  un  simulacro  de  guerra  bacteriológica  al  que denominó  “Evento 201”. Este simulacro, que duró 5 horas,  planteaba la idea de un virus que se  expandía  rápidamente  por  la  población  de  América  del  Sur  (con  Brasil  como  punto  de partida) y de allí pasaba al resto del Planeta, acabando con buena parte de la humanidad. La idea del simulacro era sencilla: ver las capacidades de respuesta de los gobiernos mundiales ante una pandemia. En la simulación fallecieron 65 millones de personas en 18 meses. El virus en el simulacro de Nueva York fue llamado nCovid-19.

En   ese   mismo   evento   Bill   Gates   propuso   a   los   participantes   cómo   los   gobiernos   y organizaciones    internacionales  y  las  empresas  deben  planificar  el  uso  de  sus  capacidades corporativas   esenciales   durante   una   pandemia   de   gran   escala,   industria   farmacéutica, gobiernos nacionales y organizaciones internacionales deberán trabajar juntos   para mejorar existencias   de   contramedidas   médicas,   cómo   países,   organizaciones   internacionales   y compañías    de    transporte    globales    deberían    trabajar    juntas    para    sostener    vuelos internacionales   comerciales   y  el   comercio   durante   la  pandemia,   así  como  proporcionar recursos y apoyo para el desarrollo y fabricación de vacunas, terapias y diagnósticos, en tanto el sector privado y los gobiernos del mundo debían asignar mayor prioridad al desarrollo de métodos para combatir información errónea. Cabe acotar que el mismo Bill Gates se cansó de

repetir  a  su  audiencia  que  de  ninguna  manera  el  Evento  201  era  una  predicción.  Nota importante: ningún representante de China fue invitado al simulacro.

No todo se queda allí. Si por un lado se generaba la simulación del Evento 201, ese mismo día se inauguraba en Wuhan, provincia de Hubei, en China, una edición de los Juegos Mundiales Militares  que  finalizaría  el  27  de  Octubre.  El  pentágono  que  sabe  mucho  de  tácticas  y estrategias (no en vano es la primera potencia guerrerista) envió 17 equipos con más de 280 atletas a dichos juegos. En medio de los mismos, 5 atletas militares  fueron hospitalizados por una infección respiratoria no identificada.

Este dato pasaría sin sospechas si acaso la certeza de la duda no rondase en nuestras cabezas, sobre todo y tomando en cuenta que en el ámbito militar, y principalmente el de inteligencia y contrainteligencia, ninguna información puede ser obviada. A menos que seamos parte de la masa imbécil que tanto creen los aristócratas que somos. El coronavirus de la Covid-19 (como ahora se le conoce), no tardaría en aparecer.

Sobre  lo  que  sabemos  de  esta  enfermedad  respiratoria  es  bastante  poco,  pues  los  oficiosos medios de información solo dan detalles de los datos básicos que debemos saber y las medidas preventivas a tomar para no infectarnos. He allí el trabajo muy certero de prevención tras el ocultamiento de la verdad por parte de la OMS.

Los   primeros   casos   detectados   de   coronavirus   en   Wuhan   datan   del   31   de   Diciembre, rápidamente los laboratorios vinculados al Instituto John Hopkins y la Fundación Bill y Melinda Gates   procuraron   todo   el   contencioso   administrativo   para   que   fuesen   aprobadas   otras patentes de cura de este nuevo coronavirus que desde el año 2015 habían iniciado registro.

¿Un nuevo coronavirus de la cual ya existía una solicitud de patente desde años antes?   Sí. La fundación  Bill  y  Melinda  Gates,  la  OMS,  la  Casa  Real  Británica  y  la  Comisión  Europea  son benefactores del Instituto Pirbright, quienes poseen laboratorios de bio-seguridad nivel 4 (Bio Security Level 4) en China, a apenas 20 millas de donde se inició el brote del coronavirus. Este laboratorio BSL 4 es del más alto nivel de riesgo biológico  y está calificado para manejar los

‘’patógenos más peligrosos del mundo’’, es el primero de su tipo en China,  fue el que inició los trámites  para  la  patente  de  esta  enfermedad  el  19  de  Julio  del  año  2015  y  ya  el  20  de Noviembre del 2018 contaba con la patente aprobada.

Para el 7 de enero este coronavirus había sido nombrado oficialmente por la OMS como 2019- nCov, exactamente el mismo nombre que el adoptado en el ejercicio de simulación de Gates.

Tras 14 días de este bio-virus y tras iniciarse el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, se aprueba   una   vacuna   contra   el   2019-nCov,   tan   sólo   dos   semanas   después   de   dársele oficialmente  el  nombre  a  la  enfermedad  respiratoria  y  apenas  una  semana  antes  de  ser oficializada la emergencia de salud pública mundial por la OMS (30 de Enero).

Es más que casual que ese mismo 21 de Enero se desarrollaba paralelamente en Ginebra, una reunión del Comité de Emergencia de la ONU. Demasiadas casualidades en la vieja Suiza que siempre  ha  querido  pasar  inadvertida  y  que  es  país  sede  de  los  principales  organismos multilaterales y cuna del blanqueo de capitales, donde aún se respeta el secreto bancario, y que sirve de modelo para los países que sueñan con ser del primer mundo.

Pero como era demasiado evidente la coincidencia entre el nombre del coronavirus dado por la OMS   y el del simulacro de Bill Gates en Nueva York, el acrónimo nCov-2019 es cambiado oficialmente  a  Covid-19.  Las  matemáticas  no  fallan:  el  orden  de  los  factores  no  altera  el producto, en este caso, el simulacro hecho real.

El penúltimo día del mes bisiesto, la OMS anuncia una campaña masiva de vacunación, con la participación de la Fundación Bill y Melinda Gates, Glaxo Smith Kline,  entre otros. Es decir, los mismos intereses y fundaciones corporativas que participaron en el ejercicio de simulación en el  Instituto  John  Hopkins  el  18  de  Octubre  del  2019,  se  convirtieron  en  actores  reales involucrados  en  brindar  su  apoyo  en  la  implementación  de  la  emergencia  de  salud  pública anunciada por la OMS. Hay un eterno retorno que incluso para los más incautos es demasiado evidente. Desde ese mismo día, los poderes supranacionales que operan desde las sombras, como  el  Banco  Mundial  y  el  Fondo  Monetario  Internacional,  anunciaron  su  disposición  con fondos mil millonarios para establecer fondos de salud y ayuda a los países que así solicitasen su colaboración

Distintas voces han empezado a dilucidar lo que a toda vista se proyecta como una gran estafa global,  no  sólo  en  términos  económicos,  contribuyendo  al  saqueo  de  las  naciones,  sino  a  la toma de pelo de la gente común.

Un ex-analista de la National Security Agency reportó que el Covid-19 fue hecho por humanos. Desde  la  página  experta  en  biología  biondt.org,  varios  científicos  publicaron  un  artículo bastante  extenso  de  cómo  el  coronavirus  fue  diseñado   con  ‘’proteínas  estructurales  claves entre  sí’’  que  identifican  ‘’cuatro  insertos  de  secuencias  de  aminoácidos  homólogos  a  las secuencias  de  aminoácidos  en  el  VIH-1’’.  Los  estudios  del  profesor  Michel  Chossudovsky, aparecidos en la Global Research, van en ese mismo ámbito, al igual que el de varios científicos hindúes del Instituto de Tecnología Acharya Narendra Deva College y la Universidad de Delhi, quienes publicaron un estudio bajo el título ‘’Una asombrosa similitud de nuevos insertos en la proteína  de  pico  2019-nCov  al  VIH-1’’.  La  Dra.  Judy  Mikovits,  PhD,  bióloga  molecular  y  ex- investigadora  del  Instituto  Nacional  del  Cáncer  en  EEUU,  denunció  en  el  pasado,  virus contaminantes que se usan en las vacunas humanas. Se negó a renunciar a sus estudios sobre estos  casos,  fue  despedida  y  arrestada  en  el  año  2011.  Mikovits  asevera  sobre  este  nuevo coronavirus que ‘’es parte de la plaga de la corrupción‘’. Ha sido justamente Robert Kennedy Jr. quien ha venido denunciando este tipo de hechos en la que están inmiscuidos los lobbies farmacéuticos en la OMS.

Podemos  sacar  datos  de  este  ex-senador,  quien  es  el  actual  presidente  de  la  Fundación Children’s Health Defense, el cual en un artículo del 30 de Marzo titulado ‘’Agenda Globalista de vacunas de Gates: un beneficio mutuo par la vacunación farmacéutica y obligatoria’’, afirma que fue el mismo señor Gates quien en el 2017 salió con las tablas en la cabeza  de la India al haber impuesto una campaña de vacunación contra la poliomelitis cuando tomó el control del Grupo   Nacional   Técnico   Asesor   sobre   Inmunización   (NTAGI,   por   sus   siglas   en   inglés), provocando una epidemia de parálisis flácida aguda sin polio que paralizó a casi medio millón de niños hindúes menores de 5 años. Ese mismo año la misma OMS admitió de mala gana que sí,  la  explosión  mundial  de  poliomelitis  que  se  dio  fue  predominantemente  una  cepa  de vacuna. El Congo, Afganistán y Filipinas tuvieron los principales casos de esta enfermedad, y

los mismos estudios de la OMS indican que el 70% de los casos mundiales provienen de una cepa de vacuna.

Así,  las  vacunas  contra  la  meningitis,  el  VPH,  y  otras,  son  de  uso  obligatorio  para  las poblaciones del tercer mundo, las cuales en naciones como Kenia han causado un alto índice de esterilización química, reconocido por la Asociación de Doctores de ese país.

Luego  de  negar  los  cargos,  la  misma  OMS  admitió  que  había  estado  desarrollando  dichas vacunas  de  esterilidad  durante  más  de  una  década.  Qué  vamos  a  hacer:  ya  el  daño  estaba hecho. Acusaciones similares se sucedieron de Nicaragua, Tanzania, México y Filipinas. El ex- asesor de Nelson Mandela en materia económica, describe estas prácticas filantrópicas de Bill Gates como ‘’despiadadas e inmorales’’.

Sobre Kenia vale la pena volver a dar una pasada. Allí fue asesinado a principios de este año Frank Plummer, un científico canadiense que recibió muestras de un coronavirus de un caso que se dió en Arabia Saudí el 13 de Junio del 2012 a un ciudadano de 60 años de edad, el cual fue ingresado a un hospital privado en Jeddah, presentando un historial de 7 días contentivo de   fiebre,   tos,   expectoración   y   falta   de   aliento.   Este   señor   no   tenía   antecedentes   de enfermedades cardiopulmonares, y menos aún, no fumaba. Las diferencias en las radiografías a  su  caja  torácica  cuando  fue  ingresado  y  ya  al  momento  de  fallecer,  muestra  que  sus pulmones  fueron  literalmente  licuados  por  esta  neumonía  del  coronavirus,  ¿probablemente un  antecedente  previo  del  actual  conocido?  Pero  volviendo  a  Plummer.  Este,  quien  se destacaba en un laboratorio de máxima seguridad biológica con las mismas características al de  Wuhan  que  patrocinan  los  Gates  y  la  Reina  Isabel  entre  otros,  desarrollaba  una  vacuna contra  el  coronavirus  y  el  VIH  en  el  laboratorio  de  Winnipeg.  Estaba  en  Nairobi  en  una investigación más exhaustiva de los casos de enfermedades inoculadas vía vacunas. No es de extrañarnos que el MI6 se encargara de acallar a este científico.

Allí  el  hecho  transversal  del  doble uso  de  la tecnología  y  la farmacología  de  Gates:  salvar  el mundo usando tecnología, es decir, implantar chips de control. La ambición de Microsoft es la de  controlar  una  empresa  global  de  identificación  de  vacunas  paralela  al  control  del  ser humano por parte del Nuevo Gobierno Mundial y que el mismo Gates ha puesto en más que evidencia en las última semanas.

En  el  año  2010  cuando  Gates  comprometió  10  mil  millones  de  dólares  a  la  OMS  aseveró:

‘’debemos  hacer  de  ésta,  la  década  de  las  vacunas’’.  Así,  es  probable  que  todos  los  datos aportados por Bill Gates en el simulacro 201 lo que realmente hallan impulsado es la idea de que los gobiernos debían seguir actuando como si nada estuviese ocurriendo, normalizando la idea  del  virus,  para  en  efecto,  se  contaminase  la  mayor  cantidad  de  gente  posible  por  el mismo.

Es más probable aún que estemos en la presencia de un virus de acción selectiva, nueva meta- forma de terrorismo impulsado por las farmacéuticas que más que nadie saben cómo matar gente sin dejar rastros, en el nombre del bien común. Así, el señor Gates está preocupado por la humanidad, mostrando sus dotes filantrópicas muy aunadas a la basura sionista y la manera de  entender  el  mundo.  Este  hombre  quiere  implantar  un  dispositivo  sensorial  que  asocia  la información de redes con la farmacología. El fundador de Microsoft se está convirtiendo en el

gran  verdugo  de  la  humanidad,  especie  de  Judas  Iscariote  moderno,  creando  y  controlando vacunas que suprimirán la libertad, pero deberá entenderse que es en nombre de la seguridad que actúa en la psiquis, en un máximo sacrifico potenciado por la necesidad de la Humanidad como mártir. No hace falta que llegue el mesías. Seremos llevados a la cruz del capital.

¿Mundo  distópico?  Hay  una  verdad más  allá  de  los callejones  sin  salida en  los  que  opera la modernidad  globalista.  El  biopoder  disfrutará  cada  vez  más  del  control  total  que  ejercerán sobre nosotros: si no estás vacunado no podrás acceder a ciertos beneficios de la sociedad de consumo.  Allí,  dispararán  al  margen  a  mucha  gente  que  creará  grandes  colonias  de  miseria para ir muriendo poco a poco ante la inutilidad de sus vidas tras el desconocimiento de un arte u  oficio  vinculado  a  la  tierra.  No  habrá  tiempos  de  rebelión.  Será  imposible  contrarrestar  el aparato represor del Nuevo Orden Mundial. Más aún, no hará falta resistencia alguna, con que vuele un avión soltando un virus desde los chemtrails por encima de la población bastará para solucionar el problema de cualquier forma de lucha que se oponga a esta realidad.

La reducción de la democracia ya es un hecho y está actuando plenamente en el inconsciente colectivo. Podrás servirte de felicidad y seguridad sólo si estás bajo la cuarentena obligatoria, lo cual es una forma de encarcelarnos en el nuevo diseño del planeta como prisión, de allí, los controles  cotidianos  para  saber  si  estás  enfermo  o  no,  desarrollando  pruebas  obligatorias constantes,  ejerciendo  el  pánico  y  control  sobre  el  libre  movimiento  de  nuestros  cuerpos, evitando los contactos personales.

Todo esto será un gran paso agigantado para la instalación de nuevos sistemas de seguridad donde la lógica del biopoder actuará más concretamente en nuestra libertad subjetiva. Dará miedo incluso asomarse a la ventana. Necesitarás excusas para salir a la calle, como si la vida misma no fuese una excusa. Así, en términos militares ¿cómo se defiende un país?

La  era  de  la  guerra  bacteriológica  hizo  presencia.  Nadie  estará  a  salvo  a  menos  que  las naciones que representan fuerza en la balanza de los globalistas empiecen a palanquear hacia un bien común. Allí, el rol decisivo de China, Rusia, Irán, Venezuela e incluso del mismo Donald Trump en los Estados Unidos.

Nos inoculan miedos y  el miedo  genera deseos de  sanación. La gente  prefiere el miedo  a la angustia, el miedo a la duda, porque ante el miedo el estado te protege. La duda es el camino para indagar. La prueba de que no se sueña es la miseria y el sufrimiento. Ahora deberemos adaptarnos   a  la  ficción,  a  una  falsa  sanación  vía  sugestión  por  colocación  de  un  microchip, agradeciendo al Gran Hermano y su poder benefactor. Son meta-historias con las que juegan con nosotros.

De allí, la idea de ese famoso estado globalista o Gobierno Mundial que teje desde la sombra los hilos de un porvenir sumamente oscuro para el ser humano, donde todo irá en detrimento de  la  naturaleza  hermosa  del  desarrollo  del  homo  sapiens,  imponiéndonos  una  realidad extrema  desde  los  centros  de  poder.  He  allí  la  inoculación  del  deseo  de  supervivencia  para ubicarnos en un punto cero, el limbo, la nada. Una realidad holográfica en un callejón sin salida donde podría perderse el paisaje del porvenir.

Carlos Matute Ron.

Caracas/Venezuela. Abril 2020

@ElmaToots13 [email protected]


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