El delirio militar de Estados Unidos en América Latina

En esa lógica militarista, reaviva la noción de bloques en el sistema internacional, busca el enfrentamiento considerando una alianza de “Occidente” contra otros estados discordantes con sus políticas globales.

El delirio militar de Estados Unidos en América Latina

Autor: El Ciudadano

Por Carlos Gutiérrez P.

Es llamativa una apreciación relativamente común en nuestra élite política cuando se queja de un cierto abandono en la atención que nos presta Estados Unidos, en beneficio de otros espacios regionales mundiales. No queda claro si allí habita una suerte del síndrome de Estocolmo, la empatía final que se logra entre el opresor y el oprimido, o un resabio más complejo de un desliz de psico-política.

Lo cierto es que Estados Unidos siempre nos ha tenido en mucha consideración, porque somos su retaguardia estratégica (o patio trasero en forma más coloquial) en sus afanes imperialistas, para lo cual su eje fundamental está dado por los asuntos militares. Aquí nos considera socios militares para enfrentar a sus amenazas, y de ello se desprende de la necesidad de cooperar con todas las fuerzas armadas de la región, así como tenerlas bajo su hegemonía tecnológica e ideológica.

La mejor expresión de aquello es el papel esencial que juega el Comando Sur en las relaciones con nuestros países, que, por supuesto, no se limita al ámbito estrictamente militar. La actual comandante, la generala Laura Richardson, tiene una agenda que la vincula con los altos mandos militares y jefaturas de Defensa, pero también directamente con presidentes de estados de la región.

En el primer semestre de 2024 se ha reunido con los presidentes de Guatemala, Argentina, Ecuador, Colombia, Honduras y Panamá.

Además de esos países ha visitado Chile, Uruguay, Brasil y Costa Rica.

En cada uno de estos encuentros de carácter político y militar, promueve los intereses de Estados Unidos, y particularmente orienta sobre sus definiciones estratégicas, lo que consideran sus amenazas y lo que debería ser el comportamiento de “Occidente” (es decir, nosotros).

En el encuentro anual entre los poderes ejecutivo y legislativo de Estados Unidos, realizado en marzo de este año, la señora Rebecca Zimmerman, secretaria de Defensa Adjunta para Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos, declaró que: “Estados Unidos obtiene un inmenso beneficio de un hemisferio occidental estable, pacífico y democrático que reduzca las amenazas a la seguridad de nuestra nación”.

Ratificó que, según la Estrategia de Defensa Nacional 2022 (todavía vigente), las principales amenazas multidominios son China y Rusia. Y que dentro de ese marco está profundizando sus alianzas con Canadá, México, Brasil, Colombia y Chile.

Considerando esas definiciones conceptuales que dan marco al despliegue de sus intereses militares, es que debe entenderse la profusa actividad relacionada específicamente con lo militar, que comprende tanto acciones de encuentros que buscan unificar conceptos, como aquellos estrictamente “técnicos”, que introducen el factor de la cooperación militar.

Sobre los encuentros para unificar políticas se han desarrollado:

  1. Entre el 17 y 18 de abril la reunión regional de la Conferencia de Seguridad Centroamericana 2024 con los principales líderes de seguridad y defensa. Participaron Belice, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Honduras, Panamá, Colombia, México, Canadá, Reino Unido.

“Promover el diálogo y la cooperación entre los socios regionales en materia de seguridad, centrados en los desafíos de interés mutuo y los objetivos compartidos”.

  • Entre 27 y 29 de agosto la Conferencia de Defensa Sudamericana 2024, con la participación de Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Colombia, Perú, Guyana, Surinam y Ecuador. Además, se sumaron Canadá, Reino Unido y Francia.

En cuanto a las actividades entre fuerzas armadas, durante este semestre se han ejecutados los ejercicios:

  1. Unitas LXV: el anfitrión es Chile y participan Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Italia, Jamaica, Japón, México, Paraguay, Perú, Portugal, Corea del Sur, España, Trinidad y Tobago, Reino Unido y Uruguay.  Las fuerzas participan en eventos que pondrán a prueba todas las operaciones de guerra, que incluirán ejercicios de fuego real como un SINKEX y un desembarco anfibio de barco a tierra y retirada de fuerzas, en operaciones cooperativas de seguridad marítima para mantener el acceso, mejorar la interoperabilidad y construir asociaciones duraderas con el fin de mejorar la seguridad regional y promover la paz, la estabilidad y la prosperidad en el Pacífico Sur (del 2 al 12 de septiembre).
  2. Southern Fenix 24: Chile y Argentina, ejercicio multinacional para mejorar la interoperabilidad para operaciones multidominio en el desierto de Atacama (27 agosto al 5 septiembre). Ejercicio pionero en la región con el sistema de cohetes de artillería de alta movilidad M142 (Himars). Están alineadas con el Plan de Campaña del Comando Sur y la estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos.
  3. Panamax 2024: participaron 11 países: Argentina, Belice, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, Jamaica, México, Paraguay y Perú. Desarrollar operaciones de estabilidad en apoyo de una resolución ficticia del Consejo de Seguridad de la ONU, proporcionando entrenamiento en interoperabilidad para el personal multinacional participante. Desarrollar y probar capacidades para responder como una fuerza unificada a una variedad de demandas de misiones en los dominios aéreo, terrestre, marítimo, espacial, cibernético y de información (5 al 14 de agosto).
  4. Continuar Promesa 2024, con Colombia. Su misión se centra en aumentar la capacidad y la interoperabilidad de las naciones socias en la región y refleja la promesa duradera de USA de amistad, asociación y solidaridad con las américas. También se desarrollaron con Costa Rica, Honduras y Jamaica.
  5. CENTAM Guardia 24; participaron Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Panamá y Colombia. La participación militar y civil es un testimonio de cooperación y apoyo mutuo, que es crucial para la resiliencia y la seguridad regional. Empleo de civiles y militares de apoyo a escenario simulado de ayuda humanitaria y respuesta a desastres (mes de junio).
  6. Resolute Sentinel 2024; participaron Perú, Colombia, Canadá, Francia, Reino Unido, Brasil y Chile. Destinada a mejorar la interoperabilidad y fortalecer las asociaciones entre las potencias espaciales emergentes, para mejorar la disuasión integrada y promover la seguridad global. Los socios espaciales de América del Sur pueden ayudar a construir una futura coalición espacial operativa de países del hemisferio occidental que estén estrechamente alineados con la OTAN (mes de junio).
  7. Tradewinds 24: anfitrión es Barbados, ejercicio multinacional para mejorar la interoperabilidad, fomentar la colaboración y fortalecer las capacidades frente a los desafíos de seguridad en constante evolución. Participaron 26 países, siendo fuera de la región Canadá, Francia, Países Bajos, Reino Unido (mes de abril).
  8. Mares del Sur 2024, participan Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Uruguay, despliegue de las fuerzas navales de la 4° Flota de Estados Unidos. También participan equipos embarcados de Canadá, Países Bajos y Reino Unido. Brindó la oportunidad de mejorar la interoperabilidad y aumentar la competencia con las fuerzas marítimas de los países socios (mes de abril).

[Se entiende que en todos los ejercicios militares y encuentros participa Estados Unidos, a través del Comando Sur y otras unidades de sus fuerzas armadas].

Como puede apreciarse, todas son actividades que buscan una interoperabilidad entre nuestras fuerzas y las estadounidenses, para enfrentar las supuestas amenazas comunes que nunca han sido explícitamente definidas en el campo militar por parte del Comando Sur. Sí han sido explícitos en la contienda hegemónica mundial contra China y Rusia.

Lo contradictorio, es que efectivamente al menos China es el principal socio comercial de la mayoría de nuestros países y un inversor directo fundamental para el desarrollo. Quieren traspasarnos su determinación estratégica, no siendo para nosotros la fundamental.

De la misma forma, es inentendible que nuestros gobiernos sean parte (ya sea por acción u omisión), de esta narrativa, sobre todo cuando en todas las definiciones básicas del poder militar al interior de un Estado (y que están profusamente escritas en los libros de la defensa), es que este coopera y se subordina a la política internacional definida desde el ejecutivo.

En esa lógica militarista, reaviva la noción de bloques en el sistema internacional, busca el enfrentamiento considerando una alianza de “Occidente” contra otros estados discordantes con sus políticas globales. Esa es la única posibilidad interpretativa de la participación de países europeos aliados clásicos de Estados Unidos en ejercicios militares que supuestamente tienen como objetivo nuestra defensa regional. Sabemos que Canadá y Reino Unido actualmente son una extensión político-ideológica del americanismo.

América Latina debe cuidarse de nuevos intentos, que ya ocurrieron durante el siglo XX, de verse arrastrados a conflictos mundiales que solo obedecen al interés más mezquino de Estados Unidos.

Por Carlos Gutiérrez P.

Carta Geopolítica N°13. 10/09/2024

Centro de Estudios Estratégicos de Chile – CEECH ([email protected])

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Las expresiones emitidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.

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