Por Roberto Morales
Varios estudios constatan que en nuestro país los grados de desconfianza son altos y permanentes, la escucha activa y consideración al pensamiento de personas y colectivos que no piensan como nosotros, tiende a evitarse y por ende perdemos la riqueza que significa la diversidad, como alguien señalo alguna vez, la diversidad no se tolera, se valora.
El Diálogo Social se hace carne cuando se dialoga y se buscan acuerdos entre quienes legítimamente pueden pensar distinto.
Cuando se indaga de donde nace este concepto, se entiende el valor y el sentido que este tiene. La Organización Internacional del Trabajo – OIT, nace el año 1919, y aunque ahora se le conoce como una de las agencias especializadas de las Naciones Unidas, su creación es muy anterior al propio nacimiento de la ONU. Después del termino de la primera guerra mundial, las naciones del mundo acordaron crear una organización que desarrollara políticas, propuestas y acuerdos internacionales, para enfrentar los graves problemas sociales que se vivían post guerra y mucho de los cuales se relacionaban con el trabajo y sus múltiples dimensiones.
La gran novedad, para ese tiempo y que se mantiene, es que esta organización internacional, se construye con un modelo de gobernanza tripartito en donde las decisiones se toman entre los representantes de los trabajadores, los empleadores y los Estados, para lo anterior y como gran desafío, se debía establecer una metodología que acompañase a dicho modelo de gobernanza, nace entonces el Diálogo Social, que en este caso tenía una característica especial, era tripartito.
Si bien es cierto la OIT lo define como un proceso que puede ir desde la simple consulta entre los representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores, sobre temáticas de interés común, es cierto que su mayor aporte es que se logren acuerdos entre los distintos actores sociolaborales y los Estados, pero el desarrollo de este instrumento ha sobrepasado la frontera de lo laboral y ha llegado a acuerdos sociales, económicos y políticos, entre diversos grupos de interés societales.
En este ultimo sentido son interesante de conocer experiencia como la de la República de Irlanda con los Acuerdo Nacional de Salarios y Condiciones de Trabajo (NWC, por sus siglas en inglés) o el Cuarteto de Diálogo de Túnez, surgido tras la llamada Primavera Árabe, para apoyar la transición hacia la democracia en ese país y que significo que se le otorgara el premio Nobel de la Paz en el año 2015.
Pero los mayores logros del Diálogo Social se pueden encontrar en lo sociolaboral, en Uruguay podemos destacar los denominados Consejo de Salarios, que es un espacio de negociación colectiva amplio y por sectores de la economía, en el cual participan los sindicatos, los empleadores y el gobierno, a través de estos, se negocian y acuerdan los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores de cada uno de dichos sectores. Estos han sido reconocidos como un modelo exitoso de diálogo social a nivel mundial y ha contribuido a mantener la estabilidad laboral y el bienestar de los trabajadores en Uruguay.
En Suecia el modelo de diálogo social se caracteriza por tener una amplia cobertura en la negociación colectiva, alrededor del 90% de los trabajadores, y una importante participación de los sindicatos en la toma de decisiones en temas laborales y sociales, esto ha permitido mantener estándares altos en materias laborales, igualdad de genero y protección de los trabajadores, entre otros aspectos.
Los modelos presentados muestran dos fenómenos a considerar, aquellas sociedades que logran mayor cohesión social, los espacios de diálogo social tienden a ser más permanentes y exitosos y que claramente mientras más democracia, más posibilidad de que el diálogo social se instale como un modelo de acuerdos.
El diálogo social entonces, es una metodología que nos permite enfrentar los temas de interés común, sociolaboral o societales, con interlocutores que no pensando necesariamente igual, buscan acuerdos para mejorar las condiciones, laborales, sociales, económicas y políticas dependiendo las circunstancias particulares de cada momento y país.