¿Cuántas veces te he dicho que el dólar no es de fiar? Desde hace algunas semanas vuelven los cólicos, las diarreas y, peor aún, las explicaciones indigentes de los economistas. Los “expertos” del Banco Central hacen ochos con el culo en sus sillones, Piñera se inquieta. Lo de siempre.
Yo no me canso de citar a Edward Prescott, seudo premio Nobel de economía 2004: “Las tasas de cambio son un gran rompecabezas que en verdad nadie entiende. Las tasas parecen variar mucho, principalmente para corregir las diferencias entre las tasas de inflación de diferentes países. Yo no tengo respuestas, no entiendo esto y creo que ningún economista lo entiende”.
Lo que no quita que los nuestros sí entienden. Y mucho. Eduardo Orpis, por ejemplo, un tigre que labura en Finanzas Today, se raja con esta frase para el bronce: «El mayor diferencial anticipa una presión adicional sobre el dólar, ya que las condiciones para el capital especulativo serán más interesantes en Chile, con mayores retornos, que en otras partes del mundo».
Dicho en cristiano es simple: si en Chile el Banco Central mantiene tasas de interés más altas que en otros sitios, muchos especuladores vendrán a colocar su billetito aquí para cobrar más intereses. Sin producir ni un cuesco. El Banco Central japonés acaba de bajar su tasa de interés a cero por ciento. Como lo lees. Cero. En los EEUU la tasa directriz de la FED está en 0,25% y en Europa no se mueve de un 1%. En agosto los ágiles de nuestro Banco Central subieron la tasa a un 2% anual, lo que genera el diferencial del cual habla Orpis. Lo que facilita lo que los enteraos llaman el carry trade, que consiste en pedir un crédito importante, pongamos por caso en Japón, y venir a colocar ese billetito en Chile. Al cabo de un año ganaste un 2%, lo que te permite devolverle la plata al Banco Central de Japón y meterte los intereses devengados en la pretina. Si a eso le sumas una evolución favorable para el peso frente a otras monedas, ganaste en toda la línea. Esta y otras especulaciones hacen la delicia de los forajidos de las finanzas. Ellas son posibles gracias a las Reformas del Mercado de Capitales I y II que datan de la época luminosa de Ricardo Lagos. El amor de los empresarios… ¿te dice algo?
De este modo el peso pasa por ser un juguete de transacciones que llenan de oro a los especuladores y empobrecen al personal. Lo que no le impide a los “expertos” llenarse la boca con la “estabilidad” de la economía chilena aunque el dólar pase de 720 a 480 pesos como si nada. Luis Mayol, patriota que es presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, llora amargamente: “La estabilidad del dólar es esencial para consolidar realmente al sector agrícola y agroindustrial como uno de los pilares del desarrollo del país”. Y agrega: “El mayor crecimiento del agro (8,8%) lo vimos hace cinco años, cuando teníamos un dólar de 720 pesos, un 40% más alto que los 520 pesos de este primer semestre”. Ahora la devaluación del dólar supera el 50%. El desorden es tal que Armen Kouyoumdjian dice en su nota de esta semana: “No he logrado encontrar ni una sola hipótesis de tasa de cambio en el texto del Presupuesto 2011 enviado al Congreso”. Felipe, ¡Felipe!, joer, ¿qué clase de trabajo es ese?
Sebastián Piñera, para despistar, se reunió en La Moneda con el titular del Banco Central José de Gregorio, “para abordar la coordinación entre el Gobierno y el ente emisor”. Piñera…, ¡Piñera!, Coordíname este billetito…
Mientras tanto, las movidas monetarias de los países que cuentan, como Japón, EEUU o China, se prestan para maniobras no muy decentes. No lo digo yo, lo dicen los enteraos de Forex Chile: “Estas decisiones impulsaron a los mercados mundiales que también especulan con nuevos estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal de EEUU (FED) y de los principales bancos del mundo para apuntalar la economía”.
Es-pe-cu-la-ción. ¿Te queda claro? Es-pe-cu-la-ción.
Por Luis Casado