El escándalo del Crédito con Aval del Estado (CAE) a los estudiantes de educación superior ha dado un nuevo giro con la publicación parcial de los resultados de la licitación 2012. ¡Oh sorpresa! Al calor de las manifestaciones, el costo para el Fisco ha disminuido de manera que resulta del todo incongruente con los pagos efectuados durante los años anteriores: el recargo por la cartera CAE recomprada por el Fisco a la banca se habría reducido ¡a la sexta parte!
Los resultados de la licitación del 2011 estarían demostrando de este modo que durante los años anteriores el Fisco pagó en exceso el equivalente a más de cinco sextos del recargo sobre la cartera recomprada. Entre 2006 y 2010 ello suma un pago excesivo de ¡más de 80.000 millones de pesos! Más de la mitad fue autorizado el 2010 por las actuales autoridades y el resto por las que les precedieron en el ejercicio de sus cargos.
Lo pagado en exceso por el CAE equivale a casi cinco veces el perjuicio al Fisco en el caso de la constructora Kodama, escándalo reciente que significó la renuncia e imputación judicial de la Ministra responsable. Sin embargo, acá no ha pasado nada. Lo menos que se puede exigir es el inicio inmediato de una amplia investigación administrativa, parlamentaria y judicial del CAE.
Como han venido denunciando cientos de miles de estudiantes en las calles, el CAE es un crédito usurario que les otorga la banca, principalmente con cargo al Fisco, para solventar parcialmente el elevado cobro de matrículas y aranceles. Como forma de financiar la educación superior, estos últimos son ineficientes porque representan un impuesto brutal a las remuneraciones de los futuros profesionales y sus familias, injustos porque resultan mucho más onerosos para los hijos de la clase media y popular, insostenibles porque la suma total equivale a la mitad de los impuestos a la renta pagados por todas las empresas y personas pudientes del país y perversa porque incentiva la degradación de las pocas universidades que merecen el nombre de tales, en establecimientos dedicados exclusivamente a la docencia, abandonando la investigación y extensión que son parte esencial del quehacer universitario.
Por añadidura, el CAE resulta escandaloso, puesto que el Estado ha venido recomprando algo menos de la mitad de los créditos otorgados por la banca a los estudiantes, pagando un recargo que en promedio ha representado un 38 por ciento de la cartera recomprada. Más de la mitad de dicho recargo fue pagado el 2010 con la autorización de las actuales autoridades y el resto por las que les precedieron. Por cierto, todos estos pagos a la banca son adicionales al seis por ciento de interés y demás gabelas que ésta cobra a los «beneficiarios» del CAE.
Según el estudio de Cenda para la Confech en base a información de la Dirección de Presupuestos (Dipres), entre el 2006 y el 2010 se cursaron CAE por un total de 658.453 millones de pesos, de los cuales el Fisco recompró a la banca un total de 250.000 millones de pesos, con un recargo en beneficio de esta última de 95.338 millones de pesos, que equivale a un 38,12 por ciento del monto recomprado.
De ese total, el 2010 se otorgaron CAE por un total de 300.011 millones de pesos, sobre los cuales el actual Ministro autorizó una recompra a la banca de 132.460 millones de pesos, con un recargo adicional de 49.372 millones de pesos.
De las cifras anteriores, poco más de la mitad corresponden a créditos nuevos otorgados el 2010 y el resto a renovaciones de los otorgados entre el 2006 y el 2009.
De este modo, el Fisco ha recomprado cerca del 40 por ciento de la cartera CAE a un costo fiscal total incluyendo los recargos, equivalente a un 52 por ciento de los CAE otorgados entre el 2006 y el 2010, proporción que este último año se elevó a 61 por ciento. En otras palabras, el Fisco podría condonar de inmediato un 40 por ciento de los CAE vigentes y reemplazar este oneroso mecanismo por becas equivalentes a más de un 60 por ciento del CAE ¡sin gastar un peso adicional!
La información correspondiente a la licitación del año en curso fue publicada parcialmente por El Mercurio del 19 de junio del 2011. Destaca con amplios titulares que los CAE del 2011 representarán un costo para el fisco signifcativamente inferior a los de años anteriores. La noticia de prensa es incompleta puesto que se refiere sólo a los nuevos CAE otorgados el 2011 y no considera las renovaciones de años anteriores. Sin embargo, permite confirmar antecedentes obtenidos por Cenda, que indicarían que el recargo pagado a la banca por la cartera recomprada bajó de un promedio de 38 por ciento sobre el valor de la misma entre 2006 y 2010 ¡a sólo seis por ciento del 2011!
En otras palabras, la licitación del 2011 ha confirmado que el Fisco pagó en exceso el equivalente a cinco sextos del recargo cobrado por la banca por los CAE recomprados durante los años anteriores. La mayor parte de dicho pagos excesivos se desembolsó el 2010.
Según las cifras de Dipres presentadas más arriba, entre el 2006 y el 2010 el fisco pagó en exceso el equivalente a cinco sextos de los 95.338 millones de pesos de recargo por los créditos recomprados en ese período. Ello suma casi 80.000 millones de pesos pagados a la banca a lo largo de todo ese período, por encima de lo pagado en la reciente licitación del 2011.
De ese total de pagos en exceso más de la mitad corresponden al año 2010 y fueron autorizados por el actual Ministro de Educación y los titulares de Dipres y Tesorería, que integran la Comisión Ingresa que administra dichas licitaciones, mientras las autoridades respectivas del gobierno anterior autorizaron el resto.
Estos recargos excesivos equivalen a casi cinco veces los 17.000 millones pagados en exceso a la constructora Kodama, escándalo reciente que significó la renuncia de la Ministra de Vivienda que autorizó dicho pago y se encuentra actualmente imputada por negligencia en el juicio respectivo.
Sin embargo, los grotescos recargos excesivos pagados por el CAE no han sido denunciados por autoridad alguna, menos investigados y ciertamente nadie ha sido imputado, a pesar que el daño al Fisco es cinco veces superior.
El escándalo del CAE debe ser investigado exhaustivamente. El perjuicio al Fisco es evidente y enorme. La responsabilidad de todas las autoridades y funcionarios administrativos involucrados debe ser determinada y quiénes resulten responsables deben ser sancionados como corresponde.
Antes que nada, hay que terminar de inmediato con este mecanismo de financiamiento de la educación superior que solo resulta beneficioso para la banca. Sin mayor desembolso fiscal, se puede condonar buenas parte de los CAE existentes y reemplazarlos por algo equivalente al actual Crédito Solidario y las becas directas del Estado, los que deben ponerse a disposición de quiénes lo requieran.
Por Manuel Riesco