El Estímulo al Desempeño del Personal Docente: la caja de Pandora de la BUAP

El objetivo II ha dado resultados paradójicos, por calificarlos de algún modo, pues al tiempo que premian la permanencia, se pronuncian por un relevo generacional

El Estímulo al Desempeño del Personal Docente: la caja de Pandora de la BUAP

Autor: Guadalupe Grajales

El viernes pasado se convocó a la comunidad académica del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” para tratar lo relacionado con las “nuevas modificaciones” al reglamento de Esdeped (Estímulos al Desempeño del Personal Docente).

La convocatoria no está firmada por nadie, sólo dice “se convoca”. Sin embargo, como se trata de modificaciones a un Reglamento, ésas tendrían que ser aprobadas por el Consejo Universitario, único facultado para hacerlo. Pero dado que la reforma del Reglamento de Esdeped se aplicará hasta 2025, pues en octubre de 2023 aparece en el informe de la doctora Cedillo lo siguiente: “En adelante, deberemos elaborar un nuevo reglamento, una nueva Tabla de Factores y la Guía de Criterios para la aplicación de la evaluación Esdeped en 2025”, debemos discutir más bien el papel que ha desempeñado en las universidades públicas este programa de becas.

Si no se ha modificado el mencionado reglamento, éste data del 21 de marzo de 2007, consideremos, pues, lo que motiva este reglamento y sus objetivos que, al día de hoy, siguen siendo los mismos.

En la exposición de motivos se señala: “la reforma busca ser congruente con las reglas de operación del programa, emitidas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las cuales señalan la obligatoriedad de expresarlas en un reglamento particular.” En otras palabras, si la universidad no aprueba el reglamento correspondiente, pues no hay bolsa con la etiqueta Esdeped.

Quiero llamar su atención sobre los objetivos del Esdeped:

“I. Fomentar que el personal académico de carrera de tiempo completo que se dedica habitualmente a la impartición de clases, realice con responsabilidad y calidad las actividades académicas de acuerdo con su categoría y tiempo de dedicación.

II. Estimular la permanencia del personal académico en actividades académicas en la Institución.

III. Estimular diferencialmente la dedicación y carga de trabajo del personal en las distintas actividades docentes.

IV. Estimular diferencialmente la calidad de la actividad académica con base en criterios que permitan ponderar su incidencia en la formación de alumnos, así como la calidad de las restantes actividades desarrolladas para o en beneficio de la Institución.”

Enfatizo el término ‘diferencialmente’ porque este es el rasgo esencial del Esdeped: no importa si hay un contrato colectivo de trabajo, tú, como docente, debes someterte a una evaluación “institucional”, que no es obviamente la evaluación de tu academia. ¿Dónde queda entonces la libertad de cátedra?, ¿la libertad de investigación?

Con respecto al objetivo I ¿Será que a pesar de haber reunido los requisitos señalados para la plaza que ocupas no estás habilitado para desempeñar responsable y honestamente tu trabajo?

El objetivo II ha dado resultados paradójicos, por calificarlos de algún modo, pues al tiempo que premian la permanencia, se pronuncian por un relevo generacional. ¿Por fin?

El punto III es el verdadero objetivo del programa, pues no es que unas horas/clase duren más que otras ¿verdad? El objetivo es tener docentes dedicados exclusivamente a la docencia. Las otras actividades sustantivas: investigación y extensión son lo de menos.

Si el objetivo III es cuantitativo el IV es cualitativo, el cómo evaluar diferencialmente lo que todos los docentes hacen, pues hacen todo lo que está establecido en el Ripppa (Reglamento de Ingreso, Permanencia y Promoción del Personal Académico) en sus artículos 18 “De los Requisitos Generales” y 21 “De las Obligaciones”.

Este objetivo IV va en contra de todo el discurso de equidad, igualdad, revaloración del personal académico, etc. que escuchamos a diario por parte de la administración central. Ahora sí que “de lengua me hago un taco”.

Lo peor de todo es que tenemos razón. El dato duro es que ya firmaron los respectivos sindicatos de académicos y no académicos un incremento al salario de apenas el 4%. ¿Así es como se revalora a las y los docentes?

Dicen los secretarios de los sindicatos que “van de la mano” de las autoridades universitarias. Ojalá les dieran la mano a sus agremiados que, desesperadamente y desesperanzadamente buscan “completar” su precario salario con las becas que dejarán de percibir cuando dejen de someterse a la burocracia dorada y luchen por una mejora salarial sustancial.

Dinero hay…

También puedes leer: ¿Un diagnóstico del personal académico o de las Instituciones de Educación Superior?

Por: Guadalupe Grajales

Foto: Archivo El Ciudadano

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