Nada novedoso en la nueva campaña desestabilizadora contra la democracia en Venezuela. En esta oportunidad la víctima es el Presidente de la Asamblea Nacional, Diputado Diosdado Cabello. Y es obvio que estrafalarios ataques sean dirigidos a una figura fundamental de la política nacional.
Es imprescindible que se conozcan las reales motivaciones que dan curso a este enésimo intento fascista. El contexto político en el cual se desarrolla este capítulo mediático es revelador del desespero de la derecha iracunda que en esta oportunidad logra consorciar al sionismo; uribismo; Tea Party; Club de Madrid; la Internacional Socialista; treinta expresidentes cuestionados ética y moralmente por sus indecorosas actuaciones pasadas, y una que otra secta extremosa de la Iglesia católica.
El contexto político-temporal en el cual de ejecuta la campaña se resumen en: a) el estrepitoso y escandaloso fraude de las elecciones primarias de la derecha venezolana (sólo participó el 7% de la militancia); b) la renuncia a última hora de varios expresidentes a asistir a tales elecciones a sabiendas, por adelantado, que la convocatoria ya avizoraba un descalabro que sería endosado a sus figuras; c) la confirmación por parte del Diputado Diosdado Cabello de ir adelante con el juicio contra sus difamadores; d) la amplia agenda que en cuatro días desarrolla el Canciller Palestino Riad Malki en Caracas que pone de cabeza a los dueños de medios sionistas en los EEUU. Este último asunto es esencial para entender el entramado mediático.
También es de alertar que la campaña mediática intenta presionar a los jueces y fiscales que atienden la demanda contra los más poderosos dueños, editores y escribidores de oficio en medios en Venezuela, y esencialmente contra el pasquín franquista ABC de España.
No se ejecuta en ninguna fiscalía norteamericana un proceso judicial contra el Diputado Cabello y las difamaciones no tienen sustentabilidad alguna. Ya ocurrieron episodios similares en Venezuela que culminaron con una confesión por parte de los difamadores de sus delitos, con las respectivas condenas y sanciones.
Arévalo Méndez Romero
Embajador de Venezuela en Chile