El modelo sueco y sus anécdotas

En Suecia, la madrugada del 6 de febrero, una bomba hizo explotar el automóvil personal del Jefe de la Policía de la localidad de Uppsala

El modelo sueco y sus anécdotas

Autor: Daniel Labbé Yáñez

SueciaEn Suecia, la madrugada del 6 de febrero, una bomba hizo explotar el automóvil personal del Jefe de la Policía de la localidad de Uppsala. La misma ciudad donde hace poco se realizaban experimentos eugenésicos en la población.

Resulta que la noticia ha sido tomada con cierto agrado en vastos sectores populares. La policía sueca ha mostrado reiteradamente tener cierta tendencia racista y selectiva. En una gran mayoría de ocasiones, actúan con violencia desproporcionada e innecesaria. Creo yo, adivinan el desprecio que se les tiene por su forma de actuar. Y, en ellos, se puede sentir la vibración del ambiente que lo hace tenso. En cualquier momento algo malo pasará. Lamentablemente, ese accionar es repetitivo en contra de gente pobre o extranjeros (que serían los culpables de los problemas económicos del país) y aquellos que no cumplan con los colores que la bandera sueca representa. Azul y amarillo. Azul deben ser los ojos. Amarillo debe ser el pelo, los que no, caen en otras categorías, subcategorías y pelajes. Aparte del color y el clima, son policías brutos y groseros, como sacados de cualquier dictadura prosaica.

Las denuncias por abuso policial son miles, y miles quedan en la más absoluta impunidad debido a un sistema judicial corrompido y parcial. Un juicio, poco o nada tiene de jurídico y mucho de político. Por ejemplo, los fiscales suecos tienden a blindar de impunidad la violencia policial. Por la muerte de dos jóvenes el año 2013, los policías responsables en aquel suceso fueron sancionados con 50 días de multa, a 30 dólares cada jornada.
En los últimos tres años, la policía sueca ha asesinado a balazos a por lo menos diez personas. En todas las ocasiones, han sido sobreseídos, porque el fiscal público, como Lena Lithner, determinó que las acciones de la policía fueron justificadas y de acorde a las circunstancias. Es imposible no destacar el nivel ético de los jueces suecos. Debe ser, o es, de un nivel muy similar a los jueces de un reality, o un programa de Idol.

El abuso policial se institucionalizó, cual nobel de violencia. Baste recordar cuando la policía sueca disparó a niños por la espalda en las revueltas de Gotemburgo, en el año 2000, sin contar con la centena de heridos y torturados aquella vez y que todo eso les salió gratis. Entonces la gente se siente “un poco” indefensa, porque no hay quién escuche sus reclamos, con excepción del levantamiento popular y quema de autos del año 2013. La figura del famoso “Ombudsman” aquí es una falacia de proporciones dantescas. Es un producto sueco que en la realidad práctica simplemente no existe. “Mito urbano o Mito mierda”, le llaman.
A la par, no existen medios de comunicación alternativos en este país. Los tres grandes periódicos que controlan y amamantan la opinión pública son amarillistas y, cuando no, sin ningún reparo, reaccionarios y derechistas. Ocurre lo mismo con la televisión y las radios. No hay dónde informarse o que alguien tome nota o atención por alguna falta cometida, por ejemplo, y demasiado a menudo, por la policía. De ahí quizás, la sonrisa sarcástica de varios al enterarse de este evento.

Uno de cada tres policías suecos cree que el sistema policial funciona mal, de acuerdo a la investigación realizada en el año 2015 “Muchos policías sienten que trabajan en contra de la población, no con ella”. (Tns Sifo. Lena Nitz. Enero 2015).

La organización de Derechos Humanos Civil Rights Defenders ha llamado reiteradas veces la atención de los gobiernos suecos, en relación al violento accionar de la policía en contra de las personas (octubre 24, 2014, Dagens Nyheter).

Unidades policiales se pasean como dioses en Suecia y ver a los demás (los extranjeros y quien no esté de acuerdo con el modelo imperante), pareciera que es como mirarse a un espejo que sólo devuelve un reflejo de odio y desprecio. Sin olvidar el helicóptero que la policía posa en estas áreas “especiales”, por lo menos unas dos o tres veces a la semana. Ni Siria ni Irak, se sienten tan lejos con ellos en el aire.

Quien crea que el modelo sueco es ejemplo a seguir, no tiene la más mínima idea de lo que dice. Ese modelo está muerto y enterrado, quizás desde el día en que la policía sueca, confabulada con la CIA, asesinó a sangre fría, en la calle como a un perro, a su primer ministro, Olof Palme. De eso hace más de 30 años. Ahora, después de privatizada el agua, las escuelas, los hospitales, las farmacias, el transporte público, la luz, los arriendos, absolutamente todo lo que pueda proveer alguna ganancia, bien poco queda de ese modelo.

Mientras tanto, el modelo que sí pueden despachar los suecos, es la conveniente moda de sexificar y feminizar los conflictos de clase, reemplazándolos con un “Lo”.

Y los sueldos siguen igual que hace 15 años, y los productos básicos siguen subiendo y la gente vive amontonada en cuartuchos o debajo de los puentes y los mendigos aumentan. Aquí no existen las huelgas, ni paros ni protestas sociales o políticas, que no sean por el derecho a usar barba y bikini al mismo tiempo. Las protestas políticas, ideológicas, sociales, se dan en los ghettos, allá justo donde la policía, lamentablemente, tiene que ejecutar a un viejo, y a quien sea, con varios disparos, para calmar algún conflicto.

La política en Suecia se divide en una actitud pro-yanqui y venerar todo lo que allá se diga o haga. Después de eso, viene todo un accionar anti-ruso y cómo desestabilizar ese país, con inventos y montajes de todas las tallas.

Insisto, el mérito grande que tienen los explotadores en Suecia es haber sido astutos y exportar “el cómo utilizar el feminismo” a su favor y deshacerse de personas incómodas (v.gr, Julian Assange) y reducir los problemas sociales, a diferencias meramente púbicas y no públicas; donde los patrones, los empresarios, los dueños del país (hombres, mujeres y l@s) que poseen el mismo o peor nivel de avaricia y maldad, igual que cualquier persona o “persono”, jamás son cuestionados.

Si Hitler hubiese vencido, y no lo hizo, a pesar de toda la ayuda sueca, Suecia sería el burdel de la Alemania Nazi. Hoy en día se contenta con ser la/lo/el sirvient@ de Estados Unidos.

El jefe de policía, sano y salvo. Sólo fue un recado. La insatisfacción en contra de la policía sueca es general. Se ha exigido que remuevan al director de la institución por inútil. Lo que no ocurre obviamente. Sea quien sea el que haya realizado la acción, consiguió que la policía sepa lo que es vivir con miedo, rabia, impotencia. Igual a como cuando ellos aparecen en los barrios.


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