Inició el mundial de fútbol Qatar 2022. Por casi un mes el mundo es un balón. Las guerras, los conflictos políticos, los fenómenos sociales, inclusive los problemas familiares y personales pasan a un segundo plano. Las agendas se ajustan a los horarios de los partidos. Dejamos todo o casi todo, para seguir a los nuevos dioses del Olimpo, Messi, Ronaldo, Griezmann o Bembélé. ¿Cuándo dejamos de ser niños, pregunta Juan Villoro? Cuando tenemos capacidad de ver hombres donde antes veíamos héroes y mostros. En el mundial volvemos a ser niños.
¿Por qué nos gusta tanto el fútbol? Varios respondieron esta pregunta con argumentos antropológicos, sociales, económicos y políticos. Todos tienen algo de razón. Simplemente diré que el fútbol toca los aspectos más sensibles del ámbito personal y colectivo del Hombre.
¿Es simple publicidad? No, pero el mundo del fútbol está dominado por el dinero. El fútbol es un negocio de miles de millones de dólares. Sería exagerado decir que la influencia de la FIFA es equiparable a la ONU, pero no lo es tanto cuando recordamos algunos datos. Hasta hace unos años, la FIFA tenía más ligas nacionales afiliadas que países las Naciones Unidas. En varias naciones latinoamericanas presidir la liga de fútbol es más importante que varios puestos públicos.
¿Qué opinas de que el mundial se realice en un país en donde no se respetan los derechos humanos? Dua Lipa, la nueva reyna del pop, escribió en sus redes sociales que no actuaría en la inauguración del mundial y de paso criticó a Qatar. Que esto ocurra, no es novedad. En 1970, mientras Pelé se consagraba como el Rey en el entonces nuevo Estadio Azteca, la matanza de Tlatelolco estaba fresca, Lecumberri llena de presos políticos y los opositores al gobierno perseguidos sin cuartel. El 1978, al mismo tiempo que los argentinos festejaban el gol de Kempes por el título, cientos de disidentes políticos fueron secuestrados, torturados y desaparecidos por órdenes de Videla y Maceda.
El mundial de Qatar fue una decisión de Estado. Un esfuerzo monumental de una élite de autócratas multimillonarios para promocionarse ante el mundo y ganar prestigio, dinero y fama.
¿Y el papel de México en mundial? La selección que fue a Qatar no es verde, es gris e insípida. En resumen, mediocre. No hablo de individuos, sino de un ente colectivo llamado Selección. De las que recuerdo, este es el equipo que menos entusiasmo ha despertado y mira que hemos tenido malas selecciones. Nadie sueña con el quinto partido. Muy pocos piensan que llegarán al cuarto juego. Deseamos que bajo el sol de Qatar ocurra el milagro, que los once en la cancha den los tres mejores partidos de sus vidas ante las selecciones de Polonia, Argentina y Arabia Saudita.
La situación que vive el fútbol mexicano es el resultado de años de una conducción basada únicamente en el dinero y las ganancias. Diseño de torneos que fomentan la mediocridad. No hay descenso, ni ascenso. Los equipos viven en un nicho, no hay proyectos a mediano y largo plazo para elevar el nivel de competencia.
Al final de todo, como dijo Maradona, “El balón no se mancha”. El fútbol es un deporte hermoso.
@onelortiz
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