Este 14 de enero del 2013, la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), presurosa, ha enviado un comunicado a la prensa local y nacional para rebatir los pronunciamientos que ayer hice por diferentes medios de prensa independientes electrónicos, rechazando la insólita cláusula de confidencialidad que por 10 mil dólares imponía el secretismo absoluto en una licitación pública del puerto principal de la República de Chile.
Lo primero que debo decir es una interrogante: ¿Cómo una licitación pública que no tiene ningún tipo de competencia en el país, ni en la región, pasa a ser una de las más secretas de la historia de Chile? Ni siquiera el Litio de todos los chilenos lo fue.
Nos parece recomendable que EPV (empresa de todos los chilenos) debe explicar con la misma premura que se defiende de lo indefendible, parte de las denuncias que hemos entregado a la opinión pública. Por ejemplo, debe decirnos cómo es que una empresa del Estado contrata a South Andes Capital por más de 1.500 millones de pesos ( algo así como más de 20 mil pensiones solidarias), en circunstancias que debería hacerlo sólo con la venía de la Contraloría y esta nunca se enteró, hasta que la Corte Suprema los condeno a pagar dicho contrato. Cómo es que puede vender a 2,25 Uf terrenos que le costaron 19 Uf, con lo cual se anota una pérdida de más de 84 mil unidades de fomentos solo en una hectárea vendida, que entre otras cosas servirían para tener una mejor calidad de educación, para los hijos de nuestra comuna y no cerrar escuelas tan necesarias, por solo nombrar algunas de las gracias económicas de EPV, que trata de limpiar su imagen con descalificaciones infantiles.
Lo peor para nuestra ciudad es el plan de desarrollo portuario que pretende implementar EPV, el cual asesinará nuestra ciudad, perderemos para siempre nuestro borde costero. Sepan, una vez más, que no los permitiremos y que así nuestra descendencia sabrá que impedimos que individuos de poca monta y adeptos a la ganancia fácil y vil fueron detenidos por los hijos de esta bella ciudad, mi ciudad y la de todos quienes hemos propuesto buscar un plan de desarrollo que sea armónico, con nuestra cultura e idiosincrasia, en el que no pierda su identidad y tampoco niegue el necesario desarrollo y crecimiento.
La ambición está llevando a EPV a comprar silencios, pero como siempre esa acción nunca es totalmente segura, pues existimos seres, humildes y si es de su gusto insignificantes, que no tenemos precio y que entendemos que al final lo menos importante es el dinero, pues la belleza que hoy quieren matar con todo el dinero del mundo no la podrán resucitar.
La verdad siempre sale a la luz, entiéndanlo de una vez, si no, lean un poco de historia.
Jorge Bustos
Dirigente de los Trabajadores Portuarios