La semana pasada, más de 10.000 personas se reunieron en Washington D.C. para discutir, organizar, movilizarse y protestar acerca del cambio climático. Mientras las noticias se centraban en las concentraciones de unos cientos de personas en varios puntos del país, organizadas por el movimiento tea party con motivo del día de declaración de impuestos, el multitudinario encuentro Power Shift 2011 no fue cubierto por ningún medio. El encuentro se realizó en la semana previa al Día de la Tierra, fecha cercana al primer aniversario de la explosión de la plataforma petrolera de BP y al 25 aniversario del desastre de Chernobyl y al tiempo que la planta nuclear de Fukushima continuaba emitiendo radiactividad al medio ambiente. Con este desastroso telón de fondo, la fuerza y la pasión renovadas del movimiento contra el cambio climático aseguran que no podrá ser ignorado durante mucho tiempo.
Bill McKibben, el ambientalista, ensayista y fundador de 350.org, participó del encuentro multitudinario. Allí dijo: “Esta ciudad está tan contaminada como Beijing. Pero en lugar de humo de carbón, está contaminada por el dinero. El dinero pervierte nuestra vida política y nubla nuestra visión. …Ahora sabemos lo que tenemos que hacer y lo primero que tenemos que hacer es construir un movimiento. Nunca vamos a tener tanto dinero como las empresas petroleras, así que necesitamos una moneda diferente para trabajar, necesitamos organización, necesitamos creatividad, necesitamos energía”.
Los organizadores de Power Shift describen el evento como un campo de entrenamiento intensivo, que capacita a una nueva generación de activistas de base con el objetivo de que regresen a sus comunidades y construyan el movimiento al que convocó McKibben. Las campañas abordadas por los activistas son tres: «Catalizar la economía de la energía limpia», «La universidad y el desafío climático 2.0» y «Más allá de las energías contaminantes». Estas campañas atraviesan los sectores más importantes de la sociedad estadounidense. La iniciativa por una economía de energía limpia cuenta con el apoyo de la Federación Estadounidense del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), que ve el gran potencial que estos nuevos tipos de energía tienen para la generación de empleo, ya sea en la construcción de turbinas de viento, en la instalación de paneles solares o en uno de los sectores potencialmente más ecológicos y a menudo ignorados: la adaptación de edificios ya existentes para mejorar su eficiencia energética a través de la aislación y la impermeabilización.
El 18 de abril, el día de declaración de impuestos en Estados Unidos, miles de personas realizaron una manifestación denominada “Que los grandes contaminadores paguen”, dirigida contra las industrias de combustibles fósiles y energía no renovable. Los manifestantes se reunieron en el Parque Lafayette, una plaza tradicionalmente utilizada para realizar manifestaciones, que se encuentra entre la Casa Blanca y la Cámara de Comercio Estadounidense. Como dijo Bill McKibben, “Los hermanos Koch son altos picos de corrupción, pero la Cámara de Comercio de Estados Unidos es el Monte Everest del dinero sucio. Alardea en su sitio web de ser el mayor lobbista de Washington, de hecho gasta más dinero en hacer lobby que los cinco lobbistas que le siguen en importancia tomados en su conjunto. Gastó más dinero en política el año pasado que el Comité Nacional Republicano y el Comité Nacional Demócrata juntos, y el 94 por ciento de ese dinero se destinó a financiar a negadores del cambio climático”.
La protesta también se llevó a cabo frente a las oficinas de BP, poco después de que esta empresa realizara su asamblea de accionistas en Londres la semana pasada. Allí, agentes de seguridad impidieron el ingreso de una delegación de cuatro pescadores y pescadoras de las zonas de la Costa del Golfo de México en Louisiana y Texas que fueron gravemente perjudicadas por el derrame de petróleo del año pasado. Diane Wilson, cuarta generación de una familia de pescadores, fue arrestada por alterar el orden público. “Me llevaron por la fuerza y me arrestaron. Fui acusada de alterar el orden público. Me reí de eso y dije ‘¿Alterar el orden público de BP?’ Eso fue muy indignante. Ellos alteraron nuestras vidas pero consideran que tan solo por aparecer en la entrada de la asamblea general de BP, nosotros estamos alterando el orden público”.
La mayor parte de los que participaron en Power Shift 2011 no habían nacido cuando sucedieron los desastres nucleares de Three Mile Island y Chernobyl. Estos jóvenes que procuran un futuro energético sustentable y renovable, ahora se están enterando de lo que significa lo que el Presidente Barack Obama denomina “renacimiento nuclear”. La crisis nuclear en Fukushima aumentó en gravedad hasta alcanzar el nivel siete, el máximo de riesgo y el mismo registrado en Chernobyl. Los mejores pronósticos indican que las fugas radiactivas persistirán durante meses, con impactos en la salud y el medio ambiente que son imposibles de pronosticar.
¿Continuará Obama con la idea de repartir 80 mil millones de dólares en garantías de préstamos para construir más plantas nucleares en Estados Unidos? Afirma estar en contra de la reducción de impuestos a los ricos, pero ¿qué sucede con los subsidios públicos al petróleo, el gas, el carbón y la energía nuclear, que están entre las industrias más ricas del planeta?
Recientemente construimos nuevos estudios para transmitir la hora de noticias de “Democracy Now!” en la televisión y radio públicas en Estados Unidos. Nuestras instalaciones de TV/radio/Internet son las más ecológicas del país, y el Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos nos otorgó el reconocimiento al Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental (LEED Platinum). El medio es el mensaje. Todos debemos hacer lo propio para contribuir al logro de la sustentabilidad.
Por Amy Goodman
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.