Francisco Bilbao del igualitarismo al latinoamericanismo

Voy a seguir algunos de los planteamientos de Álvaro García San Martín que es hoy uno de los principales filósofos chilenos que, con minuciosas investigaciones, aborda la obra de Francisco Bilbao incorporando los importantes trabajos anteriores como “Los cien nombres de América” (Universidad de Costa Rica, 1991, ahora reeditado por Pehuén en Chile) o “Bilbao y […]

Francisco Bilbao del igualitarismo al latinoamericanismo

Autor: Pedro Guzmán

Voy a seguir algunos de los planteamientos de Álvaro García San Martín que es hoy uno de los principales filósofos chilenos que, con minuciosas investigaciones, aborda la obra de Francisco Bilbao incorporando los importantes trabajos anteriores como “Los cien nombres de América” (Universidad de Costa Rica, 1991, ahora reeditado por Pehuén en Chile) o “Bilbao y el hallazgo de América Latina” de Miguel Rojas Mix y “Escritos peruanos de Francisco Bilbao” (Universitaria, 2006) de David Sobrevilla. Uno de los primeros textos en que García San Martín expone sus ideas sobre Bilbao es en el artículo “La pregunta Qué hacer y la modernidad de Francisco Bilbao” publicado en un gran libro colectivo titulado “Grafías filosóficas. Problemas actuales y de la filosofía y su enseñanza” compilado por Olga Grau y Patricia Bonzi en el año 2008. En este texto se encuentran planteada las ideas que nos interesan del estudio introductorio a los textos de Bilbao en el libro “Escritos republicanos. Selección de escritos políticos del siglo XIX”, en el cual además se incluyen textos de Camilo Henríquez, Andrés Bello, José Victorino Lastarria, Jenaro Abasolo y Valentín Letelier.

En estos textos aparece la idea de que las obras de Bilbao pueden ser clasificadas en dos momentos. Un momento “igualitarista” y otro “latinoamericanista”. El primero iría desde su ingreso al prestigioso Instituto Nacional en el año 1839 hasta su partida del Perú en 1855; el segundo comenzaría en el mismo año con su llegada a París hasta su muerte en Buenos Aires. Un hito que marcaría el tránsito entre un periodo y otro, es una carta de Lamennais escrita en 1853 en donde invita a Bilbao a pensar en un bloque latino en América del sur en oposición al materialismo del mundo anglosajón. Esta invitación verá sus frutos en la publicación de “Iniciativa de América” en el año 1856. Texto relevante para el ya clásico trabajo de Miguel Rojas Mix “Los cien nombres de América” publicado en Costa Rica el año 1991 y reeditado este año por editorial Pehuén en Chile, el cual será parte fundamental de la polémica con Torres Caicedo y el inicial uso de la palabra Latinoamérica.

Es curioso, pero ambos periodos de la obra de Bilbao se relacionan con Europa y principalmente París. Para el primer período es de importancia su viaje a Europa tras el escándalo de la publicación de “Sociabilidad Chilena” en 1844, en el cual transita por Francia, Alemania, Austria e Italia entre 1845-1847. Años en que estudia en el College de France y del inicio de amistad con Quinet, Michelet y Lamennais. En 1848 participa de la revolución de París y en 1851 desde la Sociedad de la Igualdad encabeza la revolución en Santiago de Chile. En su exilio limeño en 1852 publica el texto “La revolución en Chile y los mensajes del poscrito” (publicado en las Obras Completas a cargo de Pedro Pablo Figueroa), en el cual es claro su igualitarismo en la fundada “Sociedad republicana”: “Este artículo y el haber formado una sociedad de jóvenes del país con el objeto de unificar las ideas republicanas, me valió la persecución del gobierno peruano”; y en el mismo año en su estudio “Santa Rosa de Lima. Estudios sobre su vida” (publicado en la Imprenta del Correo en Lima y en “Estudios sobre la vida de Santa Rosa de Lima” publicado en Buenos Aires por Bernheim y Boneo en 1861), escribía haciendo hablar a la Santa: “Yo fui humilde y serví al indio y al esclavo, dime tú, patria, que me celebras, ¿qué has hecho por el indio y el esclavo?”. Sobre este último texto, nos ha dicho David Sobrevilla que anticipa la relación socialismo y cristianismo que después encontraremos en José Carlos Mariátegui y en la teología de la liberación de Gustavo Gutiérrez, esto en el prólogo a “Los escritos peruanos de Francisco Bilbao” editados por Universitaria de Chile en 2006.

El segundo momento en el pensamiento de Bilbao coincide con la aparente influencia del socialismo utópico que servirá como superación al republicanismo al exigir un pensamiento radical, como vía alternativa al liberalismo y la ilustración, por medio de la insistencia en una democracia directa y no representativa. Aquí es fundamental el texto publicado en Lima titulado “El gobierno de los electores” en donde señala ácidas críticas al movimiento de independencia, tales como: “Veo la revolución y no veo revolucionarios, veo la idea y no veo los espíritus que de ella se apoderen”, o “Jamás ha habido revolución más justa y jamás ha habido después de la victoria revolución más infecunda”. Además son relevantes sus libros “La América en peligro” (1863) y “El evangelio Americano” (1864), sin embargo, en lo que sigue, utilizaré el artículo mencionado dado el contexto constituyente en el que nos encontramos.

La traición de la clase elitista criolla ha sido fácil dado que el pueblo no ha sabido instalar su protagonismo político: “La abdicación del ciudadano, el patriarcado de los caudillos, la pasión por las personas, la indiferencia para con la idea y la indolencia para con la libertad, son plagas muy arraigadas en la organización del país”. La República representa el principal peligro, de ahí la necesidad de la revolución: “En Francia, antes y después de la revolución de Febrero, no había fe para aceptarla y la República cayó por faltar a la lógica de la República. En Chile, en 1850, presente esa idea en la Sociedad de la Igualdad, pero la Revolución fue vencida por no haber seguido la lógica de la Revolución”. Así vemos cómo se van radicalizando las ideas sociales en Bilbao, y para ser más evidente otra cita: “Hoy los sistemas ambiguos se disipan y no veo sino dos ideas posibles para el gobierno del mundo: o el zarismo, o el populismo. La autocracia absoluta, es decir, la creación de un monstruo, o el gobierno directo del pueblo, es decir, populismo”.

Esta es la figura de Francisco Bilbao que presento a través de esa capacidad del pensamiento para radicalizar sus planteamientos siempre orientados por el amor hacia el que sufre, no sólo desde la pasión sino que instalando el ejercicio racional. Termino con las palabras de Miguel Rojas Mix, en texto disponible en su sitio web personal (www.miguelrojasmix.com): “Pensador de un liberalismo radical, tomó permanentemente partido por la libertad y los oprimidos; francmasón, defendió el laicismo contra las prácticas conventuales, sensible a la multiculturalidad escudó la identidad indígena frente a un Sarmiento exterminador de la barbarie; inspirado en una idea continental proclamó la integración frente al nacionalismo estrecho”. Habría que agregar la posibilidad de ver en Bilbao la posibilidad de un “socialismo radical” más propio a las identidades culturales de América, en el mismo sentido en que Sobrevilla nos ha recordado los dichos de Jorge Basadre sobre Bilbao: “Un nuevo tipo de revolucionario en nuestra América, lleno de audacia, honradez y generosidad” (En “Chile, Perú y Bolivia independientes”, 1948).

Alex Ibarra Peña.
Dr Estudios Americanos.


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