No quisiera ser un pesimista, y peor, aún un gusano o un enemigo, empero, es menester destacar la coincidencia de los hechos acaecidos en los últimos días. La inestabilidad del Gobierno del Presidente Maduro y de la Revolución Bolivariana es latente, la desestabilización por parte de grupos reaccionarios y la caída de los precios del petróleo –no es un desplome como algunos economistas quieren hacer creer- impele a que el Gobierno de Calle tenga un Presupuesto Anual que alcanzaría, apenas, a cubrir el primer semestre del año. Y si esto no fuera suficiente las sanciones políticas que el Congreso estadounidense aprobó hace pocos días se encuentran en clara relación con el proceso de desestabilización del gobierno de Maduro. A pesar que estas sanciones son nominales y son sólo una especie de escarmiento al Gobierno Bolivariano por los hechos acaecidos a comienzos de año, este tipo de acciones punitivas por parte la administración de Obama son sólo el comienzo de lo que se pretende: aislar a Venezuela de América Latina.
En este contexto se suscita el fenómeno más importante de los últimos años, la liberación de los presos cubanos restantes y la idea de Obama de levantar el Bloqueo a Cuba. Sin lugar a dudas, un hecho trascendental y que demuestra una apertura de Estados Unidos hacia Cuba, así, como un cambio de época en las relaciones entre ambas naciones, empero, sabemos que estas perestroikas vienen generalmente con sorpresas para el lado izquierdo de la luna y con buenas noticias para el lado derecho. Como el Presidente de Estados Unidos aseveró en su discurso, se apoyará con tecnología y con insumos a los pequeños productores cubanos, lo que no sólo es una muestra de restablecimiento capitalista, sino que también, un pretexto para incidir en la economía cubana.
{destacado-1}Mientras Estados Unidos da la mano a Cuba y afronta su derrota momentánea contra el Cono Sur y las políticas de integración, aprovecha el fulgor de los ojos americanos en la recuperación de sus héroes para ofuscar su intromisión en la política interna venezolana y para desestabilizar desde Washington a Caracas.
Pero no creamos que es todo, la caída del precio del petróleo no sólo afecta a Venezuela sino que justamente va a perjudicar el crecimiento económico de la Rusia de Putin y –como era de esperarse- una pausa en las inversiones rusas en América Latina y en su relación China-Rusia, la multipolaridad mundial y la agenda de una nueva geopolítica del capital y por consecuencia, de Estados Unidos, se ve ahora ahogada por la caída de los precios del petróleo, un aislamiento a Rusia y sin dejar de lado las sanciones económicas al Kremlin.
Las sanciones económicas a Rusia demuestran el verdadero rostro de Obama y de su Gobierno, anunciando no sólo el envío de misiles anti-tanques, drones y radares valorados en 350 millones de dólares a Ucrania sino que, también, sanciones económicas, como la prohibición a empresarios estadounidenses de invertir en Gazprom o en otras empresas estratégicas de Rusia.
La caída del precio del petróleo recae directamente en países como Brasil, Ecuador –que tiene incluso una economía dolarizada- y por supuesto Venezuela, lo que no sólo pone en alerta a todo el bloque regional sino, también a la estructuración de un nuevo liderazgo regional que, debe ser asumido por alguien que comulgue con los intereses estadounidenses ¿Colombia, México o Perú?, o por el mismo Estados Unidos, de ahí la necesidad de mantener a México adormecido y de permitir que bajo las faldas de la historia el asesinato de los 43 normalistas mexicanos y salvaguardar al narco-Estado mexicano.
Entonces el panorama está más claro, la multipolaridad mundial es molesta para Estados Unidos y sabe que Rusia y América Latina son riesgosas para su hegemonía– aún es hegemónica- por lo tanto, prefiere tener una bipolaridad EEUU-China y de esta manera no sólo barrer a todos de un mismo golpe, sino que también utilizar a la reserva moral de la humanidad, Cuba, para limpiar su imagen ya bastante deteriorada.
Como dijo Atilio Borón: “Si se pierde Venezuela, aquí se acaba todo”… y parece que los Estados Unidos lo entienden igual.