Cuando asumió la presidente Bachelet para gobernar nuestro país, todos estábamos esperanzados en el gobierno ciudadano y su participación directa en las diferentes áreas y departamentos gubernamentales en todo las regiones de nuestro país. Lamentablemente, esta gran expectativa no se cumplió, por el contrario, el sistema productivo y el sistema financiero siguieron por sendas separadas sus propios objetivos, los primeros ha sido los más perjudicados por la actual crisis que nos afecta, y según algunos,…todavía no llega lo peor. Por el contrario, el sistema financiero sigue actuando y desarrollando su particular forma de hacer las cosas. Su único fin, es lograr ganancias para el 7% más rico de este país. La gran desesperanza que tiene la gente, es que no se cumplió con las promesas de la presidenta en campaña a favor de la clase media. Este segmento es el más perjudicado y se está empobreciendo cada vez más, porque el gobierno no ha tenido políticas que estén en apoyar en forma clara y transparente a nuestra clase media. Además, el sistema financiero está destruyendo el núcleo central de un hogar, que es la familia, donde el padre y/o la madre o ambos sostienen un hogar con su trabajo. Muchos en forma arbitraria y otras por razones de la crisis han quedado sin trabajo. Por está última situación las familias han tenido que enfrentar duras proyecciones para el futuro inmediato, incluso, en una gran mayoría de estas familias tienen hijos estudiando en establecimientos superiores privados, la situación de estos jóvenes es completamente ambigua, debido al atraso de sus pagos convenidos. La falta de pago de las familias por no tener trabajo está llegando a límites desesperados, y sin esperanza ni ayuda por parte del Estado, estas graves situaciones domesticas las hacen caer en un sistema sub-mundo donde sus datos comerciales están a la vista de cualquiera. DICOM introdujo en Chile el concepto de mercantilización de la información privada de los ciudadanos, transformándose de paso en aliada para bancos, empresas y soporte de las miles de oficinas de cobranza que han atemorizado a las familias de todo un país, y atentando en contra de la «débil privacidad de los chilenos». Esta grave intromisión en la privacidad personal de cada individuo, atenta contra el principio constitucional de la «libertad de trabajo y su protección», consagrado en el artículo 19 número 16 de la Constitución Política de nuestro país, especifica en su inciso tercero que se prohibe «cualquier discriminación que se base en la capacidad o idoneidad personal». Si bien ésta tiene efecto principalmente en temas de carácter laboral, podemos concordar que la mayoría de los trabajadores y micro empresarios de nuestro país, debe el Estado proteger el trabajo y también proteger el RUT personal para que estas personas puedan encontrar trabajo nuevamente, y financiar sus deudas. El gobierno a través de Chile-compra desde su propia estructura estatal, Dicom se ha convertido en referente oficial para filtrar a los microempresarios mediante sus deudas, impidiéndole participar en las diferentes licitaciones públicas. Hoy el mercado a vista y paciencia del gobierno, funciona sobre la base del historial de las deudas, tengan que ver o no con un nuevo trabajo, y/o giro del micro empresario. Esta distorsión del sistema financiero que en vez de ayudar a la persona a encontrar trabajo, le cierra todas las posibilidades de subsistir y lograr salvar su casa, sus enseres, etc. Está acción del sistema capitalista basada en la libre gestión de Dicom donde lo único que persigue, es públicar las deudas y empobrecer más ha los chilenos y los microempresarios. Estamos viviendo una etapa muy complicada económicamente, y el Estado debe intervenir en esta situación particular de Dicom. Hoy el mismo Estado en forma insólita se ha echo cargo de la lógica de Dicom en contra de las pymes, y nada tampoco a sugerido para terminar con está dinastía de mercado que afecta a millones de chilenos. Es hora de recordarle a nuestra presidenta su promesa de campaña de ser un gobierno ciudadano, al parecer la ecuación salio diferente y el resultado, es un gobierno en contra de los ciudadanos, sobre todo de la clase media que cada día se ve más empobrecida. Aún es tiempo de corregir y que se rectifique esta real incoherencia del sistema financiero, y nuestros parlamentarios asuman de una vez este tema cómo un desafió aún pendiente, de nuestro «gobierno ciudadano»….
Por Patricio Escobar