Golpes, golpes y más golpes al dólar

Aunque es cierto que el dólar seguirá prevaleciendo como principal moneda de reserva e intercambio comercial en los próximos tiempos, los golpes que está recibiendo lo bambolean fuertemente.

Golpes, golpes y más golpes al dólar

Autor: Wari

Por Hedelberto López Blanch

Existe un adagio que dice: va para atrás como el cangrejo, y eso esta pasando con la influencia de dólar como todopoderosa moneda en el intercambio comercial y de reserva internacional.

En los últimos años han existido intentos fallidos en varios países para tratar de disminuir la influencia del dólar en sus operaciones comerciales-financieras como ocurrió con Muammar El Khadafi, en Libia, o de Saddam Hussein en Irak, cuando pretendieron posicionar sus monedas nacionales en sus transacciones y ambos fueron primero «sancionados», mejor dicho, extorsionados económicamente y después sus países invadidos y derrocados sus gobiernos.

El todopoderoso Estados Unidos no podía permitir semejante afrenta, pero los tiempos han cambiado y ahora son varias las potencias que se han lanzado a contrarrestar el desafío de poder que tiene el dólar, a la par que varias naciones ya las están acompañando.

China, India, Brasil, Rusia e Irán, segunda, sexta, oncena, duodécima y décimo séptima potencias económicas del mundo, respectivamente, y que en total suman un PIB de más de 26 billones de dólares, están comercializando muchos de sus productos, materias primas y mercancías, con sus monedas nacionales para irse apartando del dólar.

A pesar de que los grandes medios financieros y de comunicación hegemónicos quieran amainar la tormenta que revolotea alrededor del billete verde, los datos para esa moneda son nada satisfactorios.

Aunque es cierto que el dólar seguirá prevaleciendo como principal moneda de reserva e intercambio comercial en los próximos tiempos, los golpes que está recibiendo lo bambolean fuertemente.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la proporción de reservas de divisas denominadas en dólares se situaba en el 59,8 % en el tercer trimestre de 2022, frente al 72 % alcanzado en 1999. Es decir, en los últimos 23 años ha perdido 12,2 %. O sea, hay un declive del billete verde a favor de otras divisas para sus reservas, el comercio exterior y servicios bancarios.

Otro número interesante es que el uso del billete verde en pagos internacionales en enero 2023 fue del 40,12 %, un 1,77 % menos que el año anterior.

El jefe estratega de la italiana MPS Capital Services Banca per le Imprese SpA, Luca Mannucci, advirtió en una entrevista con la publicación Bloomberg, que el billete verde podría desplomarse hasta un 5% frente a otras divisas en el segundo semestre de este año.

Asimismo, Stephen Jen, especialista de Eurizon SLJ Capital, afirmó al mismo medio de comunicación que el dólar podría caer entre 10 % y 15 % más dentro de año y medio.

Varios factores están incidiendo en esos porcentajes, como son la agresiva lucha de la Reserva Federal contra la inflación, con el aumento de las tasas de intereses; una posible recesión en Estados Unidos; el riesgo persistente de las recientes quiebras bancarias, y, una fundamental: el cansancio de muchas naciones sobre el prevaleciente sistema financiero internacional el cual ha atado economías y soberanías de países a la opresión del dólar.

Las recientes declaraciones del presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva durante su visita a China son aleccionadoras en ese sentido.

«¿Por qué todos los países necesitan hacer su comercio respaldado por el dólar? ¿Por qué no podemos comerciar con nuestras propias monedas? ¿Quién decidió que fuera el dólar?», dijo Lula durante la ceremonia de toma de posesión de Dilma Rousseff como presidenta del Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS.

«Necesitamos una moneda que transforme a los países en una situación más pacífica, porque en la actualidad hay que correr detrás del dólar para exportar», añadió el presidente brasileño.

Ahora bien, las gotas que acabaron de desbordar la copa han sido las múltiples sanciones que Estados Unidos ha impuesto a numerosas naciones, porque en la mayoría de los casos no han seguido los dictados políticos y económicos de Washington.

Pero en estos años, esa coercitiva política, lejos de los éxitos esperados por la Casa Blanca, se le ha convertido en un boomerang, pues las «sanciones» se han dirigido también a potencias económicas, políticas y militares que, además de resistir esos embates, han buscado soluciones como las de negociar con sus monedas nacionales y alejarse del billete verde.

Resultan sintomáticas las recientes declaraciones a la cadena CNN realizadas por la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien sentenció que «las sanciones económicas contra Rusia y otras naciones ponen en peligro el estatus del dólar como moneda global porque estos países buscan una alternativa».

«Existen riesgos -agregó-, cuando imponemos sanciones financieras de que estén vinculadas con el papel del dólar, que con el tiempo pueden socavar su hegemonía». Más claro ni el agua.

Ya no son los tiempos en que Washington impuso la utilización del billete verde en el comercio internacional, tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, o cuando en 1975, obligó a que todos los países de la OPEP aceptaran dólares en pago por sus ventas de crudo.

La realidad es que un nuevo sistema financiero se esta introduciendo, poco a poco, en el mercado mundial y el dólar, golpe tras golpe, va perdiendo terreno.

Por Hedelberto López Blanch

Columna publicada originalmente el 21 de abril de 2023 en Aporrea.


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