Hostilidad estratégica contra la migración

“Ordenar la casa” es el eufemismo utilizado para referir los esfuerzos del Gobierno por contener, desincentivar e incluso disminuir la inmigración internacional en Chile

Hostilidad estratégica contra la migración

Autor: Daniel Labbé Yáñez

“Ordenar la casa” es el eufemismo utilizado para referir los esfuerzos del Gobierno por contener, desincentivar e incluso disminuir la inmigración internacional en Chile. Una serie de instructivos, declaraciones y puestas en escena que han demostrado ser, más bien, parte de una estrategia de hostilización de la experiencia migrante. Se presenta a continuación un conteo no exhaustivo que, con el tiempo, verá descartarse acciones y sumarse otras.  

1- Eliminación de la visa por motivos laborales favoreciendo la visa sujeta a contrato. Visa que obliga a asociarse contractualmente de manera ininterrumpida con un solo empleador para obtener una visa definitiva. Una condición que estimula tratos abusivos de empleadores inescrupulosos quienes reconocen esa dependencia estructural.

2- Regularización extraordinaria que no contempla permisos de trabajo temporales. Circunstancia que fomenta la informalidad laboral y, por extensión, el comercio callejero irregular. Una forma de trabajo que es, a su vez, perseguida agresivamente mediante fuerzas para-policiales que no solo sustraen los productos de los comerciantes, sino que propinan golpizas y someten a vejaciones (como en el caso de un ciudadano ecuatoriano el día jueves 9 de agosto en Providencia).

Foto Roberto Muñoz

3- Congelación de trámites en el Departamento de Extranjería. Algunos trámites han llegado a retrasarse alrededor de diez meses. Se tienen referencias de visados de permanencia definitiva ya aprobados, pero no entregados.

4- Creación de visas restrictivas con nombres condescendientes: “Visa humanitaria…” para haitianos, “Visa de responsabilidad democrática” para venezolanos. El antecedente directo de estas restricciones fue la visa consular impuesta a los ciudadanos dominicanos, que trajo consigo la proliferación de la irregularidad migratoria, el tráfico de personas y el ingreso al país por pasos no habilitados.

5- El lanzamiento televisado de vuelos de “retorno voluntario” para haitianos. El subsecretario del Interior junto al dirigente de una organización haitiana aliada (de Coquimbo), presentaban argumentos de una simpleza que no se condice con las complejidades de un proceso migratorio, tales como “hace frío y la gente no se acostumbra”, o que tienen dificultades para aprender el idioma. Ambas posturas son perfectamente comprensibles en casos particulares, pero son también generalizaciones inaceptables como base para un “Plan humanitario de retorno ordenado”. Más de 20 organizaciones haitianas adhieren al comunicado de la “Plataforma de Organizaciones Haitianas” en el que toman distancia de esta iniciativa y ponen en duda sus objetivos.

Foto Roberto Muñoz

6- Rechazo masivo de solicitudes de asilo, negando el acceso al procedimiento regular.

7- Expulsiones colectivas televisadas.

8- Uso de redes sociales de servicios del Estado no pertinentes al tema migratorio para difundir sus acciones (ver twitter del Serviu RM).

9- Eliminación del Consejo Consultivo de Migraciones, con representantes de la sociedad civil organizada y la academia, elegidos por votación.

Hostilizar la experiencia migrante no es un invento chileno. Desde el año 2012, la entonces secretaria de Estado del Reino Unido, Theresa May, hablaba de generar un “ambiente hostil” contra los inmigrantes. Estas acciones se han comprobado progresivas: con decenas de miles de modificaciones a la normativa migratoria y con un punto culmen de absurdo macartista en las expulsiones a ciudadanos del Commonwealth que habían llegado a Inglaterra hace más de 50 años (“Whindrush Scandal”). En Inglaterra, esta estrategia se lleva a cabo explícitamente, con el objetivo tensionar la experiencia cotidiana de los migrantes y demostrar que no son bienvenidos. Donald Trump, por su parte, tampoco teme decir que actúa como Donald Trump. Aunque se recubra de una formalidad pasivo-agresiva, en Chile este es también un proceso en curso.

Foto Roberto Muñoz

Algunas de las acciones mencionadas caerán por su propio peso; ya sea el peso de lo discrecional e irregular de los procedimientos, la ineficiencia comprobada en la gestión migratoria, o la presión de la ciudadanía organizada. Nuevas acciones emergerán para hostilizar aún más la experiencia migrante, con los objetivos de bloquear legalmente su llegada, estimular que prefieran no venir e, incluso, que quienes ya están aquí prefieran irse. Acciones con nombres condescendientes y que ficcionan buena voluntad, seguirán siendo presentadas entre sonrisas y aplausos, en compañía de organizaciones migrantes que pactan no insertar complejidades en el guión recibido. La hostilización de la experiencia migrante es una estrategia que ya está en curso y que se encuentra estructurando un clima hostil.


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