Huevada de la semana: risa y llanto…

Lamento no compartir la ciega adulación del mundo, que va del emperador de Japón a The Economist, por el rescate de los mineros

Huevada de la semana: risa y llanto…

Autor: Wari

Lamento no compartir la ciega adulación del mundo, que va del emperador de Japón a The Economist, por el rescate de los mineros. Uno puede excusar a los extranjeros por su ignorancia, pero la peor basura viene de los medios chilenos, cuyos comentaristas son inigualables.

Desde luego estoy feliz de que los mineros estén sanos y salvos, pero ese no es el punto. Para comenzar, tuvieron la suerte de no ser aplastados cuando la mina se vino abajo. El hecho es que -aún excusando el oportunismo político de aquellos que están capitalizando este drama-, lo que todo este triste episodio refleja no es la grandeza de Chile sino la ausencia de esperanza.

Si los mineros quedaron atrapados se debe a la codicia de los empresarios chilenos y a la ineptitud y/o corrupción de las autoridades que no solo no supervisaron adecuadamente, sino que permitieron que una mina peligrosa e insegura retomara sus actividades. Es algo de lo cual Chile y el mundo debiesen estar avergonzados, en ningún caso orgullosos, porque esto muestra cuál es la situación real del país.

¿Debiésemos estar orgullosos de una familia “métèque” de Hungría, que escapó de Stalin (¿por qué los dejaste ir, Iossif Vissarionovich?) para venir a Chile a explotar minas como en un Gulag? ¿O de un servicio de inspección desfinanciado cuyos jefes eran tan felices que olvidaron cuál era su misión? Con ministros sentaditos, sin hacer nada, como no hacen nada para reconstruir el sur del país después del terremoto y el maremoto, con cientos de miles de habitantes que arriesgan pasar otro invierno en viviendas improvisadas.

El Propaganda Abteilung de Frau von Baer pretende que todo esto alejará la imagen de Chile de la que proyectaron los años de Pinochet. Los empresarios chilenos son responsables de más muertos que Pinochet, y ninguno de ellos ha ido a prisión. Jamás.

El presidente Piñera anunció tardíamente una nueva legislación para mejorar la seguridad en el trabajo. ¿Por qué una legislación más rigurosa debiese ser bien aplicada si la legislación más permisiva nunca lo fue? Poco después de su declaración, dejó el campamento en un vehículo tipo SUV, sentado al lado del conductor, un policía. Ninguno de ellos tenía puesto el cinturón de seguridad. Bienvenidos a Latinoamérica, una región que durante dos siglos no ha tenido destino, y que no irá nunca a ningún sitio.

Por Armen Kouyoumdjian

Polítika, primera quincena noviembre 2010

El Ciudadano N°90


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