Columna de Silvio Cuneo
La infraestructura del Colegio Galvarino de Lomas Coloradas, de la comuna de San Pedro de la Paz ya no da para más. Las puertas se caen solas, el aire se filtra por todos lados, generando temperaturas gélidas en las salas de clases (entre cero y siete grados celsius de cara al invierno), aún habiendo instalado calefacción con apoyo del alcalde, bajo regulación legal en 2022.
Estudiantes hacinados, pésima acústica de aula donde se cruzan las clases de los cursos. Hay un impacto negativo evidente en cualquier estrategia de mejora escolar que el cuerpo docente decida implementar. La situación no da para más.
Hoy el proyecto de reconstrucción adjudicado hace cinco años se ve en riesgo porque el dinero ganado no alcanza. La inflación ha modificado considerablemente el valor del proyecto y las autoridades no dan soluciones, argumentando complejidad es de carácter burocrático, lo cual es notoriamente falso.
Es evidente que hay una falla de fondo de exclusiva falta de voluntad política y el ministerio no puede desatender este requerimiento. Se trata de un colegio público emblemático de 100 años en el sector de Lomas Coloradas, sector que es parte de la Comuna de San Pedro de la Paz, territorio que hoy se encuentra con alta necesidad de matrículas (sobre mil).
Creemos con convicción que aquí hay una decisión política de truncar oportunidades que permitan asegurar igualdad de oportunidades y acceso, más que una causa económica. Hay que señalar que el colegio nuevo cuesta alrededor de 6 mil millones de pesos con los valores actuales, producto de la inflación, y hoy por hoy solo hay disponibles 4 mil 600 millones de pesos asignados en el proyecto que se adjudicó hace dos años, y que hace cinco años comenzaba su diseño, logro que se ganó gracias a protestas y despidos injustificados de docentes que se manifestaron. Hoy es inaceptable desechar los esfuerzos invertidos y perder un logro colectivo y participativo de la toda la comunidad educativa.
En junio de 2023 faltan cerca de 1 mil 500 millones de pesos adicionales al fondo base, lo que no es una cifra tan grande para el Estado y el gobierno actual, si se consideran los fondos que han liberado para otras situaciones. Si el Colegio Galvarino fuese una universidad, esto ya se habría resuelto. Es impresentable el nivel de abandono del estado con la educación pública y el desarrollo de niños y niñas y jóvenes.
La SEREMI de educación no da respuestas y culpa falsamente al sostenedor DAEM, cuando la verdad es que se han gastado desde marzo de este año a la fecha casi 50 millones de pesos en reparaciones necesarias mientras se inicia la reconstrucción. Y esto es terrible ya que es evidente que estos dineros serán un mal gasto, puesto que la infraestructura base ya no soporta más reparaciones.
Los padres y apoderados y centro de estudiantes advirtieron que se tomarían el establecimiento para que las autoridades realicen las gestiones pertinentes de una vez por todas. Y lo cierto, es que no es una medida radical, ya que desde marzo la comunidad ha respetado todos los conductos regulares y ha realizado todas las gestiones pertinentes con organismos gubernamentales para obtener el dinero faltante. Se han gestionado opciones con el MOP, GORE e, incluso, alcalde y sostenedor han viajado a reunión con ministerio en Santiago. Todo para nada. Hay que hacer justicia por los niños y niñas y jóvenes de Galvarino. Ayúdennos a visibilizar nuestra situación. La dignidad es primero.
Por Silvio Cuneo
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