El Informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela, con una visión desde enero de 2018 a mayo de 2019, ha dejado en el tintero el bloqueo económico e internacional que ha ejercido USA y sus satélites sobre dicho país y, desde el siglo XIX, sobre toda América Latina y de gran parte del planeta.
A modo de ejemplo: Elliot Abrams, delegado por Trump para la “democratización “ de Venezuela, antiguo y reconocido genocida, ante el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de USA (9-6-19), señaló: “Atacar al chavismo es para nosotros una guerra de sobrevivencia y la imposición de una razón que debe prevalecer sobre las demás, porque de otro modo estaremos admitiendo y dando campo para que se nos destruya”. Agregando en la misma ocasión: “¿Imagínense, señores representantes, por un segundo, que nosotros dejáramos gobernar a los chavistas sin ponerles trabas, sin hacerles la guerra, permitiéndoles hacer sus proyectos sociales sin tomar en cuenta nuestras empresas y socios? (…) Esto conduciría a la debacle y a la perdición de la democracia en el hemisferio occidental. (…) He ahí la razón primordial por la cual este tipo de régimen constituye una amenaza para la seguridad nacional de nuestro país. (…) ¿Vamos a permitir que en Venezuela sea exitoso el socialismo y lo que provocaría en toda la región de América Latina? ¿Uds. pueden imaginarse lo que representa construir tres millones de viviendas sin la participación de la empresa privada? ¿Cuál sería el destino de nuestro modelo si no intervenimos allí en los proyectos de salud o educación, en la formación de sus militares y en la adquisición de los elementos para su defensa? (…) Por tanto, el que no esté con nosotros debe pasar por las más dolorosas privaciones y las más terribles inseguridades”.
Abrams está explicitando la Doctrina Monroe, utilizada por Washington para justificar su intervención en países del hemisferio occidental en múltiples ocasiones y hasta hoy. Algunas de las intervenciones directas (guerras, envío de fuerzas militares, golpes de Estado) han sido expuestas por el Servicio de Investigación del Congreso de USA sobre Relaciones Internacionales (Informe RL 30172):
1846: intervención en México, tras lo cual USA anexó a su territorio a Texas (que se había separado de México), California, Nevada, Utah, Arizona, Nueva México, parte de Colorado.
1903: USA dirigió la separación de Panamá de Colombia. Theodore Roossevelt buscaba conectar rutas comerciales entre el Atlántico y el Pacífico, por lo que fue construido el Canal de Panamá, quedando en poder de USA hasta fines del siglo XX.
1903: USA estableció una base naval en las bahías de Honda y de Guantánamo, Cuba.
Esta última se mantiene en poder de USA como base naval y es utilizada como prisión política y centro de torturas.
1914: USA ocupó el puerto de Veracruz, México, con el fin de impedir la llegada de armas al ejército federal que apoyaba la lucha revolucionaria de Venustiano Carranza.
1925: USA envió 5.000 marines a Nicaragua para enfrentar al ejército de César Augusto Sandino. Más tarde, USA instaló al dictador Anastasio Somoza, cuya dinastía fue vencida por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (1979). Durante la presidencia de Ronald Reagan, USA entrenó, armó y financió a los grupos contrarrevolucionarios, dejando a su paso un reguero de sangre de campesinos, indígenas y estudiantes revolucionarios.
Entre 1900 y 1933, USA intervino cuatro veces en Cuba, dos en Nicaragua, seis en Panamá, una en Guatemala y siete en Honduras.
1932: una flota naval de USA estuvo atenta para intervenir en apoyo del ejército salvadoreño para sofocar una insurrección campesina (recordada como “La matanza”), que dejó 30.000 muertos.
1946: USA fundó en la zona del Canal de Panamá, en Fort Amador, la LAGS (Latinoamerican Ground School), antecesora de la Escuela de las Américas, para centralizar el entrenamiento de militares latinoamericanos, lo cual se venía haciendo desde 1939.
1947: USA y 20 países latinoamericanos firmaron el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), conocido también como Tratado de Río y cuyo objetivo fue presentar un frente unido ante la URSS, desarrollando la Doctrina de Seguridad Nacional.
1947: de acuerdo a una ley en materia de seguridad nacional de USA, se crea la Central de Inteligencia Americana (CIA).
1954: Golpe de Estado en Guatemala, organizado por la CIA para derrocar al Presidente Jacobo Arbenz.
1956: se establece la dictadura de Stroessner en Paraguay, que se mantendrá con el respaldo de USA hasta 1989. En 1956, en Paraguay se fundó la primera escuela de tortura.
1961: USA entrenó a opositores a la Revolución Cubana (“gusanos”) para invadir Bahía Cochinos, Cuba, con el objetivo de formar una cabeza de playa, un gobierno provisional y el derrocamiento del Comandante Revolucionario Fidel Castro. Cuba venció este intento de invasión.
1963: En Fort Gullick, zona del Canal de Panamá, USA constituyó la Escuela de las Américas, para continuar la formación de los ejércitos latinoamericanos en la guerra contra el “enemigo interno” y en la ejecución de los “trabajos sucios”.
1964: golpe de Estado en Brasil, con el derrocamiento del Presidente Joao Goulart. Se instaló una dictadura militar que institucionalizó y puso en práctica la Doctrina de Seguridad Nacional, permaneciendo en el poder hasta la década de los 80.
1965: ocupación de República Dominicana con el respaldo de la OEA. Dicha acción se transformó en guerra del pueblo dominicano por su soberanía.
1973: golpe de Estado en Chile, siendo derrocado el Presidente Dr. Salvador Allende G., líder político y moral del movimiento Unidad Popular. Se instaló una dictadura militar sanguinaria que permaneció con el poder total hasta 1990.
Década de 1970: durante la dictadura en Chile, se gestó la Operación Cóndor. USA apoyó a los dictadores de Chile, Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia. La Operación Cóndor consistió en el intercambio de informaciones sobre dirigentes revolucionarios y de prisioneros que, en su mayoría, permanecen desaparecidos.
Década de los 80: en Colombia, los intentos de participación política de los guerrilleros culminó en el genocidio de 3.000 de estos, por lo que se reafirmaron las opciones militares de las Farc y del ELN. Los recientes Acuerdos de Paz no están siendo respetados por el gobierno colombiano.
1983: USA invadió Granada, derrocando al gobierno de Hudson Austin, quien era apoyado por Cuba y por la URSS.
1989: USA invadió a Panamá bajo el subterfugio de capturar al general Manuel Noriega, socio de USA pero requerido por la justicia norteamericana por narcotráfico. La llamada “Operación Justa” dejó más de 3.000 asesinados.
1994: Operación “Defender la democracia”: USA invadió Haití para “restaurar” la democracia.
2002: intento de golpe en Venezuela, dirigido por Elliot Abrams, en contra del Presidente Hugo Chávez. La intentona fracasó y Chávez reasumió el poder.
2009: golpe de Estado en Honduras, con el derrocamiento del Presidente Manuel Zelaya.
Los actuales ataques a Venezuela son un paso más en el afán de expansión y acumulación de USA, para apropiarse de los mercados y de los recursos naturales.
América Latina posee el 10% de las reservas mundiales de petróleo; el 27% de agua dulce del planeta; el 12% de la superficie terrestre; sólo el 6% de la población mundial; cuenta con tres de las zonas con mayor diversidad del mundo, considerados como fuente de recursos genéticos necesarios para el desarrollo humano.
Por tanto, las FFAA constituyen el principal agente de la política exterior de USA.
En audiencia ante la subcomisión del Senado de USA (7-3-19), Elliot Abrams amenazó “con más sanciones a las instituciones financieras que se vinculen con Maduro”.
Es así como resulta incomprensible y superficial el contenido del Informe de Bachelet, porque los pasos seguidos para ahogar a Venezuela han sido recurrentes a lo largo de la historia y son idénticos a los padecidos por el pueblo de Chile durante el gobierno de la Unidad Popular.
Por Hervi Lara B.
Santiago de Chile, 14 de julio de 2019.