¿Qué opinión le merece a usted como candidato presidencial, la situación de Julian Assange?
El próximo 19 de febrero se realizarán las próximas elecciones presidenciales en Ecuador. Estados Unidos tiene el hábito de inmiscuirse por entre las venas y vísceras de un país, hasta donde la historia nos respalda, sólo para realizar una vivisección, en el cuerpo del afectado. Algo así como llevarse a precio de huevos los recursos naturales de una nación e instalar negocios y posiciones que les proporcione ganancias, tanto económicas como militares, entre otras delicias. El ardid es conocido. Aliarse con las clases dominantes de un país determinado. Comprar a cuanto avaricioso se encuentre y, a través de ellos, socavar un gobierno determinado.
Los medios de comunicación, se transforman en un arma estratégica para promover calumnias, mentiras y montajes para manipular al país en contra o a favor de quien se determine; es el objetivo a romper o promover. Es así como algunos diarios y canales son financiados encubiertamente con algún bondadoso patrocinio, haciendo que éstos funcionen como un megáfono de intereses comerciales y no públicos. Se convierten en bazares con todo tipo de historiecillas, aumentadas bajo su lupa siniestra. Meros mercachifles, recaderos de la gente adinerada en concomitancia con USA.
Dentro de todas las aristas preocupantes, en el caso de que la derecha y el empresariado saliesen elegidos en Ecuador, es de vital importancia para el debate presidencial preguntarles a los candidatos -por ejemplo, al señor banquero, Guillermo Lasso-, ¿cuál es su posición respecto de Julian Assange en la embajada de Londres?
Mucho de lo que se responda a aquella pregunta, debería estar íntimamente ligado al cómo votar en las próximas elecciones. El señor Lenin Moreno, a pesar de caminar por entre un bosque de montajes, también se debe a la tarea de responder la pregunta esgrimida.
Poder de síntesis (Pds)
Julian Assange es el fundador de Wikileaks. Esta organización rebeló los crímenes de lesa humanidad cometidos por Estados Unidos en contra de varios países, como Irak por ejemplo. Rebeló que Estados Unidos está planeado hacer ley, pedirle a los servidores de Internet, que cancelen su servicio a cualquiera que esté bajando un archivo -música, video, audio-, más el envío de toda la información que se posea del o los individuos en cuestión.
Wikileaks también demostró cómo la CIA se quedó con las plantaciones de opio en Afganistán, después de la invasión del año 2002; y las fuertes sospechas que existen en relación a que la CIA administra esos cultivos y obtiene ganancias ilícitas de éstos.
A través de Wikileaks nos pudimos enterar que Benedicto XII encubrió durante su papado grotescos y horribles abusos contra niños en Irlanda. O de cómo la compañía Monsanto financia la promoción de los productos genéticamente modificados. Promover, convencer y propiciar los alimentos transgénicos y atacar a quien no esté de acuerdo. Como la CIA tiene informes médicos y psicológicos de los presidentes del mundo.
Sabemos, gracias a Wikileaks, que Prism es un programa clandestino de vigilancia electrónica operado por la Agencia Nacional de Seguridad. Sucintamente, la página ha ofrecido luz sobre tenebrosas maniobras en el mundo entero. Debido a eso, uno de los principales afectados, USA, ha puesto un precio sobre la cabeza del activista.
Factótum escandinavo
Julián Assange está acusado por el gobierno de Suecia de violación en contra de dos mujeres. El estado sueco es conocido por ser un muñeco de los intereses de Estados Unidos. También es archiconocido (Vox Populi) que Suecia tiende a deshacerse de “gente molesta” a través de este tipo de acusaciones, donde el derecho a un justo proceso es bastante raro. Lo que es común es un juicio político en desmedro de un juicio jurídico.
El fundador de Wikileaks, desde hace 4 años, se encuentra como asilado político en la Embajada de Ecuador, ubicada en Londres. La idea central es un enroque político entre los imperios. Si desde Gran Bretaña se logra enviar al señor Assange a Suecia, desde allí (todo indicaría) se le enviará a los tribunales especiales que tiene “América”, donde se teme que se le castigue con la pena de muerte, por haber revelado los secretos antes mencionados.
En la seguridad de Julian Assange está nuestra propia seguridad de algún modo. Nuestra propia libertad, el sagrado derecho de informar e indicar si han ocurrido hechos cuestionables.
El castigo que está recibiendo, después de tanto tiempo encerrado, es un castigo en contra de los hombres y mujeres libres.
Si se permite que sea juzgado en un país que poco o nada ofrece de garantías mínimas o serias, seremos, nos guste o no, cómplices de un crimen horrendo. No sólo por tratarse de su persona, sino por todo lo que su actividad libertaria ha hecho para que nos enteremos de cómo son ciertos representantes que a la luz pública actúan de una manera, y a solas son algo muy distinto.