Al momento, y luego de sus declaraciones, la candidatura de la abogada y académica de Derecho de la Universidad de Chile Carola Canelo representa una justificada y necesaria intención de construir una candidatura alternativa (*). Cabe valorar aquí la iniciativa de lanzar una campaña que defienda y explique las demandas ciudadanas y populares y las proyecte en un escenario electoral inscrito en la crisis de legitimidad de la democracia liberal representativa.
Una voz política clara, con argumentos y propuestas hace sentido democrático en el contexto de mediocridad política ambiente y en el marco de corrupción generalizada en la cual se da vueltas la elite política y empresarial chilena.
La seguidilla de escándalos que prueban la captura de la política por el dinero y la crisis de la institucionalidad, le impone definiciones a los grupos y sectores que ven con acierto la política como un campo de disputa por el poder.
LA CORRUPCIÓN DE LA POLITICA O SU CAPTURA POR EL DINERO BANCARIO-EMPRESARIAL
La inversión del ex presidente Sebastián Piñera en la empresa pesquera peruana Exalmar, a través de una agencia de su propiedad con base en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes, y la licitación del hospital Marga Marga que el Ministerio de Salud propuso adjudicar con un sobreprecio de 22 mil millones de pesos a la constructora OHL representada en Chile por el cuñado de Ricardo Lagos, Roberto Durán, son sólo dos botones de muestra de la amplitud de las prácticas corruptas de la casta que domina Chile.
Lagos se refiere a Piñera diciendo que éste no respeta “el muro que separa la política del dinero”, pero no toca el caso que lo involucra de cerca ahora, ni menos los del pasado como los sobresueldos del MOP, el CAE, los negociados del Transantiago y las concesiones viales a consorcios españoles. Piñera se defiende apelando a la legalidad de la transacción que fue manejada por Bancard, operada por sus hijos, mientras era Presidente, y los Estados de Chile y Perú estaban en litigio marítimo en la Haya. No son “sospechas” hacia Piñera sino hechos recurrentes de violación de la ética política que algunos opinólogos condescendientes con los corruptos, como Carlos Peña en El Mercurio, han preferido desde hace años soslayar (**). Los consejeros piñeristas se repiten entre ellos: “Si Trump lo hizo, por qué no Sebastián?
Sólo políticos sin convicciones democráticas y éticas profundas pueden repetir como Piñera: “tengo la consciencia tranquila” y, Lagos la cantinela: “que actúen las instituciones”.
¿Pero pueden haber frases más vacías que éstas (la “consciencia tranquila” cuando es falsa, y el llamado al “actuar” de “instituciones”, que han sido inoperantes y parte del problema) cuando la misma corrupción se ha convertido en una práctica normal, por lo tanto una institución de la cual benefician hijos y parientes?
¿Puede ignorarse que son precisamente las instituciones actuales; las de la institucionalidad post dictadura (heredadas del régimen pinochetista como el TC), resultado de la componenda entre el duopolio que ha dominado la vida política durante 26 años las que permiten tan graves actos de corrupción de quienes son electos para altas funciones en un Estado que de Derecho sólo le va quedando el nombre?
Además, es evidente que ambos ex presidentes son políticos percibidos como neoliberales contumaces. Y es por eso que no pueden representar las demandas insatisfechas de los ciudadanos, los asalariados/as, las mujeres, los pobladores, los estudiantes y el Pueblo Mapuche.
¿Y LOS OTROS ASPIRANTES DE LA NM?
Pero tampoco Guillier ni Fernando Atria. El primero acaba de votar desde el Senado contra las demandas de los trabajadores fiscales y por el reajuste propuesto por el neoliberal ministro de Hacienda Valdés del Gobierno de Bachelet y la NM. Y como si nada tiene el desparpajo de presentarse como “el candidato de los movimientos sociales”. Del segundo no se conocen posiciones claras sobre las demandas populares. Su militancia en un partido que ha abandonado la lucha por los ideales socialistas y la defensa de los trabajadores (el partido de la Presidenta), lo inhabilita. Ha planteado una AC, pero sin denunciar la manipulación del proceso constituyente de su Gobierno. Y la traición de las expectativas ciudadanas.
Urge entonces que desde la izquierda, los demócratas y los movimientos sociales se designe en primarias amplias y prístinas un candidato que encarne el cambio y que sea políticamente íntegro (lo que deja afuera a MEO). Al igual que se hizo para las municipales donde la victoria de Jorge Sharp, un joven político vinculado con las luchas del movimiento estudiantil, dejó perplejo al establishment del duopolio neoliberal. Hay que transformar la desconfianza hacia el poder neoliberal, sus fortunas y sirvientes en voluntad colectiva y popular de poder cambiar las cosas.
Porque el peligro que aparezca otro oportunista de la casta neoliberal que se aproveche del momento existe.
LAS CONDICIONES DE UNAS PRIMARIAS DE IZQUIERDA ALTERNATIVA Y DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y POPULARES
Eso sí. Un proceso que conduzca a levantar una candidatura alternativa debe apegarse de manera estricta a los principios que la izquierda emergente toda dice respetar, es decir la democracia participativa. Por lo tanto las primarias mismas deben ser abiertas, inclusivas y democráticas en sus procedimientos.
Habría que tener en mente la construcción de una cultura de la unidad de las corrientes hasta ahora fragmentadas. Apelar a la emergencia de los desafíos que representan las extremas derechas autoritarias en el mundo y el fracaso de las socialdemocracias neoliberalizadas.
Ambas profundizan la crisis de la representación de la cual son el fruto y en la cual están inmersas.
Apoyarse en los éxitos y movimientos sociales actuales. En sus convocatorias masivas. De los que pudieron y los que querrán poder.
El nuestro debe ser un proceso de primarias primero. Dónde participen todos los candidatos de todos los frentes políticos posibles y las organizaciones políticas y sociales de estirpe popular. Es la razón democrática y la experiencia la que indica que se debata primero, con propuestas en mano, se tome el tiempo para hacerlo; se publiciten éstas, se agite el evento, y se vote después. Buenas figuras hay. Además de Carola Canelo está la de Cristián Cuevas por ejemplo.
Hay que evitar el bochorno pasado donde las izquierdas llevaron dos candidaturas y campañas débiles: la de Roxana Miranda y la de Marcel Claude. Grave error. Dos candidaturas con el mismo programa son estéticamente feas y políticamente contraproducentes. Y no puede haber otra plataforma programática que la que ha sido levantada por el movimiento social y el sindical que lucha y no se vende.
Los estudios indican que las izquierdas desunidas le hacen un flaco favor a la causa democrática y popular ahí donde precisamente hay que luchar por 1) imponer los derechos sociales por los cuales las mayorías reales se movilizan desde hace más de veinte años; 2) cambiar las estructuras del capitalismo neoliberal despótico y depredador con su democracia parlamentaria representativa y hacer posible otras formas de democracia y poder popular que anclen la justicia y la igualdad social.
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(**) El caso paradigmático de la “condescendencia” con un político corrupto sigue siendo la primera candidatura de Piñera. Leer mi columna del 2007 en: http://g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=880
Leopoldo Lavín Mujica, B.A. en Philosophie et Journalisme y M.A. en Communication publique de l’Université Laval, Québec, Canadá.