“Trabajadores de mi patria……” Salvador Allende en sus últimas palabras.
Se despidió de Chile dirigiéndose a los trabajadores, a los que votaron por la Unidad Popular y confiaron en él y su programa.
Le habló a la clase obrera a la que defendió en el parlamento con actitud digna y consecuente. Construyó su camino de victoria pidiendo el voto, un chileno un voto. Los trabajadores no son un asunto baladí, son la fuerza más importante, los que provocan los cambios fundamentales en beneficios de las grandes mayorías. Es verdad que el mundo ha cambiado, pero no por ello se debe aceptar que los trabajadores, la clase humilde y sencilla sea vendida y traicionada con los actuales métodos corruptos de Figueroa y su tropa de secuaces.
En vano es buscar el lugar en que la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, perdió la razón que tenía para existir. En la actualidad es cualquier cosa menos la que nació para dar sentido a la vida del hombre, para dotarlo de más y mejores derechos, finalmente la CUT estaría presente para ser parte de la avanzada que estaría en la lucha final, en la victoria, como dice la Internacional.
En su declaración de principios estaba marcada a fuego que nacía para defender los derechos de los más desposeídos, a los trabajadores, a la clase obrera de la que se hablaba hace tiempos ya olvidados. La historia del movimiento obrero en Chile está ligada a la CUT, con sus victorias y sus masacres. Miles de marchas al cementerio se pagaron por pedir eso del pan, trabajo y libertad. Nadie le dice en su cara a los explotadores que son un chancho burgués, y que amerita la muerte. Dirigentes pequeños que no tienen la valentía ni la dignidad para hacer un paro nacional decente, aunque sea sólo para asustar a los dueños de Chile.
La historia de lucha por mejores condiciones laborales no fueron años sencillos, todo lo contrario. Los patrones mandaban a matar cuando estaban en peligro sus intereses pero especialmente cuando tenían que pagar más en salarios, eso les provocaba profunda indigestión, y hasta ahora. Basta conocer el real salario mínimo para hacer las comparaciones, que en ningún caso son odiosas como la clase dominante suelen decir.
Allí cabeza gacha y sin dignidad, los dirigentes de la CUT aceptando las normas y precios que dicta la SOFOFA/CASAPIEDRA/CPC. Justificando las miserias salariales que dejan caer los explotadores, explicaciones que no llegan ni siquiera a paliativos, y se definen de izquierda, se auto designaron en voceros sin decir nada.
Hemos visto a la actual dirigencia de la CUT, Bárbara Figueroa y su coro de desclasados, manifestar que hay que ser realistas en las exigencias, que se tiene que ir negociando trozo a trozo como si de un salchichón se tratara para poder avanzar. Han sido tantos años de negociaciones donde una y otra vez son los trabajadores los que siempre pierden, y los mismos que negocian…los mismos de siempre.
La CUT en su historia ha tenido hombres nobles, consecuentes y honestos, valientes y de verbo fácil y educador, es por ello que hay que volver a Clotario Blest, consecuente desde el modo de vestir hasta la manera de hablar. Si los ricos lo odiaban tenían razón, era porque ponía en peligro los intereses de los dueños de la patria. Cuentan los viejos que nadie nunca le enrostró el epíteto de traidor o burócrata como si lo han conocido los actuales, porque si lo son, también unos traidores de la clase obrera.
Ninguna legitimidad tiene los que se dicen que han ganado las últimas elecciones con mecanismos truchos, prefabricados para que justamente sean los mismos de siempre. Esos que son rechazados por profesores, trabajadores de la salud y muchos sindicatos que no se sienten representados por la nula participación democrática.
La CUT ha sido siempre un feudo PC/PS/PDC, se lo han repartido a su regalado gusto y antojo. Con dineros de los trabajadores millonarios gastos en viajes y opíparas comidas de elevados costos. Nadie condena que a Martínez le gusten las langostas, el asunto es que todos puedan comer lo mismo.
Por años las cúpulas partidarias, en sus reuniones del comité central se reparten las altas responsabilidades en eventos extremadamente lejos de la voluntad y sin la presencia de todos los trabajadores. Comunistas. Socialistas, demócrata cristianos no son justamente los mejores ejemplos de los que sudan “la gota gorda”.
Nunca les interesó que los trabajadores puedan votar, elegir a sus representantes en votaciones libres y democráticas, posiblemente los resabios del burocratismo añejo soviético/coreanodelnorte y ahora neoliberal, haya calado tan profundo que sea lo que impide el ejercicio de…un obrero un voto.
La CUT ya no tiene sentido con los mismos dirigentes instalados/apernados. La burguesía mantiene su modelo y las consecuencias se hacen cada vez más evidentes. Los grandes grupos económicos no tiene necesidad de estar en la CUT, para eso con los dirigentes actuales que hay es suficiente. Deberán ser los sindicatos y los trabajadores los que den los primeros pasos para levantar un nuevo proyecto de organización sindical, amplio, democrático y transformador, de clase.
La CUT hace tiempo que murió, la mataron entre todos en el segundo piso de la casa de los presidentes, nunca la receta del caldillo de congrio fue del gusto de todos.