La fotografía y el sentido en el sin-sentido.

Hace pocas semanas publiqué algunas fotos para contar cómo los gases lacrimógenos afectan a la gente en las marchas

La fotografía y el sentido en el sin-sentido.

Autor: Mauricio Becerra

Hace pocas semanas publiqué algunas fotos para contar cómo los gases lacrimógenos afectan a la gente en las marchas. Un visitante dejó un comentario, preguntando: “¿Cómo has soportado esta mierda? Sin máscara?” No voy a escribir aquí sobre estos momentos cuando mis pulmones arden como la arena bajo el sol del desierto, ni sobre el dolor de cabeza que sigue siendo mi fiel acompañante aún días después.

 

El gas, sí, es una cosa grave y nadie sabe cómo y cuándo nos va a pasar la cuenta nuestra salud. Pero al recordar la pregunta de mi visitante por lo insoportable de las marchas pienso en algo diferente. Pienso en las situaciones cuando la realidad pierde su sentido. Sobre eso quiero escribir, los momentos del sin-sentido.

 

Cuando la Alameda se llena de gente marchando contra la ignorancia de sus intereses, reclamando la traición de sus voluntades, la Gran Avenida de Santiago de Chile se llena también de aquellos momentos. Vemos a hombres montados a caballo por la Alameda, tal como en los libros del Viejo Oeste que mi papá me leía cuando era niño. Vemos a jóvenes siendo detenidos para formar parte del montaje cuya cifra de detenidos va a ser lo único de que los medios Chilenos hablarán al próximo día.

 

La búsqueda de respuestas a nuestras preguntas es una condición humana la cuál no podemos dejar. Siempre necesitamos encontrarle algún sentido a lo que nos rodea. Pero los momentos que vemos y que vimos en las marchas no tienen respuesta. Nuestra boca se abre como para decir algo, pero no hay palabra. Nos quedamos perdidos en el gran vacío que antes era una calle orgullosa, meneando la cabeza como última reacción frente a una realidad inefable.

 

Esto es la mierda insoportable y ella es la situación frente a la cuál empecé a registrar las marchas con su violencia y represión. Me dediqué a contar la historia del sin-sentido con la cámara en mis manos. Ella me da un lugar en el vacío, un sentido frente al sin-sentido.

 

David von Blohn

Estudiante de Filosofía

Universidad de Heldelberg

http://davidvonblohn.de/

 

 

 

 


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