Mucho se ha hablado en los días previos a la visita de Obama a Chile, acerca del tema nuclear y las implicancias que esto traería para el país. Es importante en este clima, hacer notar algunos elementos que permitan distinguir de manera más calibrada el objetivo real de la visita del mandatario estadounidense.
Si bien el tema nuclear es uno de los puntos en el debate, existen variados puntos en la mesa para tratar con Chile. Está el elemento de la protección a los derechos de autor, las patentes farmacéuticas y otros. Lo importante es ver el conjunto de elementos, que permiten ver cómo Chile se ha transformado en el principal “puerto de entrada” de las políticas norteamericanas al continente.
Durante los años 90´, en medio de la locura y el frenesí neoliberal posterior a la caída del muro y tras los vaticinios del “fin de la historia”, Estados Unidos jugo sus cartas a través de lo que se denomino Alca. Esta década fue el intento de configurar esta alternativa, junto con posicionar a la Cumbre de las Américas, como el espacio máximo de deliberación en la región. Con la irrupción y rearticulación de diversos movimientos de izquierda en la zona, el panorama de total hegemonía norteamericana se fue eliminando. Los nuevos liderazgos ejercidos por Chavez, Evo Morales o Correa, pusieron en entredicho el dominio de Estados Unidos en Latinoamérica. Esto se agudiza aun más con el liderazgo regional que busca impulsar Brasil. De esta manera el Alca no logra tener una base real en la cual sustentarse y la Cumbre de las Américas pasa a un segundo plano, eclipsado por la Unasur. La estrategia norteamericana cambia.
Debido al poco peso que tienen sus estrategias regionales, los norteamericanos buscan impulsar acuerdos y tratados de manera separada. Es así como se llega al TLC con Chile o Perú, por ejemplo. Lo que se busca es impulsar los modelos a imitar según la lógica norteamericana, intentando poner límites a los avances de las fuerzas de izquierda y resguardando los intereses del gran capital. El mismo Obama señala este punto cuando dice que “Estados Unidos y nuestros aliados comparten responsabilidades en asuntos claves tanto a nivel regional como global” (Entrevista a El Mercurio). Esas responsabilidades están teñidas de los mandatos del imperialismo norteamericano. Como buenos alumnos hemos sido los más responsables en las tareas que se nos han encomendado.
El día de su visita seremos premiados con el honor de ser el lugar desde el cual Obama dará su visión estratégica para el hemisferio. “El discurso de Santiago” como lo bautiza El Mercurio, planteará los desafíos y lineamientos de Estados Unidos para Latinoamérica. Según palabras de Obama ésta “se funda en el concepto de alianza igualitaria que he perseguido desde que asumí la Presidencia de Estados Unidos.”
Chile es el lugar escogido por el jefe del imperialismo ya que somos uno de los principales aliados para Estados Unidos, dentro de su estrategia mundial por la hegemonía. Obama intentará revivir la vieja “Alianza para el Progreso” usando como pivote a nuestro país. “En nuestro esfuerzo por forjar alianzas para el progreso en las Américas, buscaremos apoyarnos en las sólidas alianzas bilaterales que tenemos, como la relación entre Estados Unidos y Chile.” Más claro no puede ser.
En medio de la crisis en Japón, del inicio del conflicto en Libia, de la aprobación del presupuesto norteamericano, no es casual la visita de Obama a Chile. Es un elemento estratégico para Obama mantener los lazos de buena vecindad con nuestro país y profundizarlos, todo en vista a la preocupación central que tiene Estados Unidos en la zona, que es el giro izquierdista que ésta ha tomado y la gran cantidad de recursos naturales que muchos de estos gobiernos manejan.
No han dudado en intervenir en Iraq y ahora en Libia, es vital para el imperialismo mantener sus posiciones en el patio trasero y en los recursos que esto representa. En este juego Chile tiene la triste posición de títere.
El tema nuclear es importante, pero es una parte del juego imperialista por el dominio mundial.
Por Sebastián Farfan
Secretario General FEUV