Por Guido Asencio Gallardo (Académico-Chile) y Yesika Liliana Barrera Gutiérrez (Académica-Colombia)
La discusión sobre cuál o cuáles son las formas de garantizar una Paz Total para Colombia está puesta en la mesa desde hace un tiempo, inclusive desde el mismo poder ejecutivo se han propuesto impulsar medidas para colocar en el centro el respeto por la vida y la dignidad para todos y todas, así como también es posible conocer que el Informe Final de la Comisión de la Verdad dentro de sus recomendaciones menciona la creación de un “Ministerio de Paz y la Reconciliación que lidera la implementación y articule las instituciones, programas y políticas orientadas al reconocimiento de las víctima, las condiciones de convivencias y de confianza entra la ciudadanía y de esta con el Estado…”.
Es así como pasado 9 de noviembre una institución con presencia a nivel mundial llamada “Global Alliance for Ministries & Infrastructures for Peace”-GAMIP-, presentó en Audiencia Pública con en la Cámara de Representes y Senadores, contando con la presencia de delegaciones de la sociedad civil de dicho país, la innovadora “Propuesta de viabilidad para la creación del Ministerio de Paz para Colombia”, iniciativa global que fue elaborada por un grupo de expertos y académicos de esta institución, cuyos autores representan a países como: Colombia; Chile; México; Argentina y Canadá. Se destaca la nacionalidad, de cada uno de los expertos, para resaltar la diversidad de visiones, pasando a ser una propuesta también multidisciplinaria que se propone hacer una irrupción a nivel mundial.
Por su parte, GAMIP es una institución de prestigio internacional avalada por Naciones Unidas que tiene como objetivo el desarrollo de Ministerios e Infraestructuras para la Paz en el mundo, trabaja con temas vinculantes a Defensa de los DDHH, resolución de conflictos, educación para la construcción de Culturas de Paz, Ciudadanías y el reconocimiento de la diversidad cultural. Es una comunidad mundial de campañas y acciones de la sociedad civil; universidades y centros de investigación; profesionales independientes de distintos perfiles, organizaciones e instituciones gubernamentales.
En esta iniciativa se cumplen dos grandes hitos, en primer lugar, es la primera vez que una Organización No Gubernamental realiza este tipo de propuesta de ministerio, y segundo, Colombia es el país que más años ha estado en permanente guerra (más de 50 años), por lo tanto, es resulta importante que esta iniciativa pueda ser tomada en cuenta porque fomenta la participación, profundiza en la democracia, y debate sobre la importancia de integrar a los territorios en materias de conflictos, reconociendo que todos estos elementos actuando en conjunto pueden contribuir a una paz duradera.
En general la propuesta de Ministerio de Paz contiene un estado del arte de las infraestructuras de paz en el mundo, la adecuación que debiera tener en el contexto colombiano, las formas alternativas de financiamiento, finalizando con una propuesta de articulado de Ley, lo cual conecta directamente con la carrera de Administración Pública, puesto que la creación de un ministerio requiere tener conocimientos relacionados a organización y estructura de las instituciones públicas.
En su detalle es una propuesta que sostiene que un Ministerio de Paz contribuyen no tan solo para que se pueda implementar en Colombia, sino también que pueda ser una forma de organización de infraestructuras de paz en la región latinoamericana, con el objetivo de genera una cultura pacífica, solidaria y armoniosa que pueda dar garantías sostenibles en los pueblos. En este sentido, la propuesta significa un desafío estratégico y político sin precedentes, lo cual posibilita en primera instancia deconstruir la cultura de violencia que se manifiesta desde el punto del conflicto armado, así como en otras formas como comunitario, gubernamental, institucional, etc. Y por otro lado se logra la construcción de procesos que establezcan procesos claros o vías que faciliten la mediación de una cultura de paz, con componentes que inviten a construir escenarios de diálogos, participación ciudadana efectiva, resolución de conflictos como una forma de vida, generando espacios donde se entregue un lugar adecuado al ejercicio de una memoria colectiva que busque la verdad, la cultura solidaria e inclusiva, la educación para la paz, la permanente concientización sobre los derechos humanos, sobre la importancia de los valores democráticos, la solidaridad y el respeto por la diferencia, etc.
Son muchos los argumentos que justifican la necesidad de una infraestructura responsable y permanente, que no significa “más burocracia”, como lo han tratado de desfigurar en algunas instancias, sino que requiere la rearticulación de instituciones vigentes que puedan establecer una única orgánica, capaz de ser el vaso comunicante entre las redes, desde el punto de vista de la sociedad civil, mundo académico, instituciones privadas, entre otras que hoy existen para la construcción de paz, donde resulta importante que los gobiernos puedan instalar convincentemente agendas en pro de una buena organización. En este sentido, se puede decir que una propuesta de Ministerio de Paz para el caso colombiano no partiría de cero, ya que hoy existe un sistema que cuenta con representes de paz en diferentes ministerios, departamentos y ayuntamientos, para lo cual resulta interesante la oportunidad de extender los servicios de paz para las zonas que puedan estar desatendidas, para ello es posible proporcionar nuevos y mejorados servicios para el tratamiento de la violencia potencial, donde mejorar la calidad en servicios como mediación, facilitación, negociación y arbitraje sean necesarios para orientar el fortalecimiento de las capacidades locales sobre la consolidación de la paz, de este modo la tarea mediadora entre los ciudadanos y las instituciones gubernamentales facilitarían la comunicación y la convivencia de manera más permanente.
En definitiva, el proceso de construcción y consolidación de una institucionalidad fuerte y robusta como es un Ministerio de Paz, tomaría como referencia que existen experiencias internacionales que se avalan en la definición del PNUD sobre infraestructuras de paz como «una red de sistemas interdependientes, recursos, valores y habilidades en manos del gobierno, la sociedad civil y las instituciones comunitarias que promueven el diálogo y la consulta; previenen los conflictos y posibilitan la mediación pacífica cuando se produce violencia en una sociedad”. Esto se refuerza con elementos instruccionales que le dan un respaldo inusitado a la configuración de este tipo de infraestructura, por nombrar algunos el Programa de Acción para una Cultura de Paz de la ONU, las citadas recomendaciones de la Comisión de la Verdad en el año 2023, la voluntad política instaurada con el concepto de la “Paz Total”. Por lo anterior, la propuesta de viabilidad coloca a disposición de la ciudadanía y de los tomadores de decisiones una investigación sobre las condiciones suficientes y apremiantes que se pueden dar para alcanzar la paz y justifican la creación de un ministerio, donde las partes implicadas pueden buscar otras alternativas, pero sería necesario la toma de conciencia colectiva la necesidad de sanar y hacer frente un problema social que necesita de una voluntad política razonable para la coexistencia pacífica que pueda servir como ejemplo tanto para Latinoamérica y otros países que lamentablemente hoy se encuentran en guerra.