La ola de calor y la degradación ambiental

¿Qué análisis se puede hacer de la ola de calor, en el marco de la degradación ambiental?

La ola de calor y la degradación ambiental

Autor: Seguel Alfredo

“El consenso científico también demuestra que si se quiere evitar que el planeta se caliente por encima de los 2 grados es necesario parar con la deforestación y dejar de quemar combustibles fósiles”.

 “Es necesario abandonar este orden irracional y reemplazarlo por uno racional donde la producción sea en función del mayor bienestar posible para todos. Ya tendremos que convivir con varios de los desastres que nos dejarán los capitalistas, pero cambiaremos por un futuro en que cada vez sean menores, aún está en nuestras manos dejar de mirar y hacer algo”.

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La ola de calor no es un meme

Eloy, Periódico El Roble

Placas rojas con temperaturas altísimas. Memes. Minimización de la ola de calor porque “es verano”. Programas políticos en los que sus columnistas se ríen de recomendaciones respecto a hidratarse y no tomar alcohol. Incendios forestales. Falta de agua. Nuevas iniciativas extractivistas. Ninguna medida preventiva.

¿Qué análisis se puede hacer de la ola de calor, en el marco de la degradación ambiental?

Las banalizaciones o la repetición de cifras récord con fines de venta son habituales en los medios de comunicación y las redes sociales. También podríamos pensar que la producción de memes o chistes son una forma de catarsis frente a la impotencia y la gravedad de la situación pero es fundamental que no sea solo un tema pasajero ya que la destrucción de la vida tal como la conocemos está en discusión. El análisis de los datos nos muestra que no está pasando nada que no sepamos que iba a ocurrir. Somos una generación que no podrá decir: nadie nos avisó que esto iba a pasar! Simplemente, la mayoría miró para otro lado.

El consenso científico mundial indica que de seguir el actual modo de producción capitalista (y por lo tanto de consumo) el planeta se calentará en las próximas décadas al menos 3 grados. Los modelos más agresivos incluso indican 5 grados de ascenso (para darse una idea eso implicaría un ascenso del nivel del mar que taparía una parte sustancial de la provincia de Buenos Aires).

Ya el planeta se ha calentado 1,1 grados y eso se nota en la proliferación de tormentas más frecuentes y destructivas, en sequías cada vez más intensas y por las cuales sube el hambre en el mundo (tendencia que la FAO prevé se profundizará en las próximas décadas) en olas de calor más seguidas y más extremas. ¿Antes no hacía calor? Sí, lo había, pero menos seguido, y era compensado por un frío equivalente en invierno. ¿Antes había Niñas (el enfriamiento de las aguas superficiales del Pacífico ecuatorial) que causaban aquí veranos cálidos y secos? Sí, las había, pero ahora son reforzadas por el calentamiento global y la deforestación. Por eso los últimos 6 años de la historia mundial han sido los más cálidos desde que se tienen registros. Aquí batimos records de máximas buena parte de los meses del año. La Antártida bate récords de calor esta misma semana. Las olas de calor matan miles de personas todos los años.

El consenso científico también demuestra que si se quiere evitar que el planeta se caliente por encima de los 2 grados es necesario parar con la deforestación y dejar de quemar combustibles fósiles. Ya es una verdad de perogrullo. Ningún capitalista serio o sus gobiernos se animaría a negarlo, sin embargo ¿por qué no pueden cambiar de rumbo y siguen en un camino que nos lleva a la catástrofe? No es por ignorancia ni maldad, simplemente son capitalistas y los gobiernos en última instancia están al servicio de sus intereses. ¿Cuál es el interés de los capitalistas? Acumular ganancias en un determinado plazo temporal y todas las decisiones de producción están al servicio de esa finalidad, más allá de que después lo adornen con frases lindas sobre combatir la pobreza o dar empleo (o que incluso temporalmente y de casualidad reduzcan la pobreza).

Es por eso que el gobierno argentino no va a negar el cambio climático y sus efectos, pero su mismo carácter capitalista lo lleva a negar en la práctica lo que sabe insistiendo con la deforestación, la explotación de combustibles fósiles y demases.

Hay que abandonar la creencia decimonónica en el carácter científico y racional del orden de producción capitalista. Si el capital se sirve de la ciencia es solo en la medida que sirve para la acumulación de capital, caso contrario la deja de lado y la silencia. Es por eso que en perspectiva histórica el capitalismo será juzgado como un orden irracional que sacrificó todo, incluso sus propios logros, en el altar del crecimiento y la acumulación. No muy diferente de los suicidas religiosos.

Es necesario abandonar este orden irracional y reemplazarlo por uno racional donde la producción sea en función del mayor bienestar posible para todos. Ya tendremos que convivir con varios de los desastres que nos dejarán los capitalistas, pero cambiaremos por un futuro en que cada vez sean menores, aún está en nuestras manos dejar de mirar y hacer algo.


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