Cuando el presidente Lagos envió el proyecto de Royalty al Congreso Nacional, actual ley 20.026, éste contenía una disposición que otorgaba a las empresas mineras una invariabilidad por 15 años sobre este impuesto específico, pero el proyecto original no contenía ninguna disposición que garantizara que en el futuro no se legislara para aplicar una verdadera regalía minera, porque si el proyecto hubiese contemplado una disposición con este alcance, ni siquiera se hubiera aprobado la idea de legislar en el Congreso.
Sin embargo, en el actual Proyecto de Reconstrucción del presidente Piñera, no puede proponer una verdadera regalía minera, porque en la Ley 20.026, en el último trámite legislativo, se introdujo una nueva invariabilidad, que garantizaba a las transnacionales mineras que no se les podrá aplicar en el futuro esta forma de impuesto en beneficio del país.
Esto ocurrió de la siguiente manera:
Cuando este proyecto de ley pasó al Senado, los legisladores democratacristianos, liderados por Adolfo Zaldivar, se negaron a apoyar el proyecto si no se excluía del impuesto específico a la mediana minería nacional. Recién a comienzos de mayo de 2005, el Gobierno aceptó esa petición de la Democracia Cristiana, pero al ingresar esta modificación en la Cámara Alta, se agregó también la invariabilidad de la regalía o renta minera, lo que se hizo de una manera muy engañosa y sibilina.
Como faltaban pocos días para el 21 de mayo, y con el pretexto que era necesario que el presidente Lagos incluyera este “gran proyecto de Royalty” en su cuenta del 2005, se le dio extrema urgencia al proyecto para aprobar estas modificaciones. Esto significaba que se procedería a votar las modificaciones sin ningún tipo de discusión. Gracias a esta extrema urgencia y falta de discusión, el gobierno y el poderoso y bien organizado lobby del cobre se aprovecharon de esta celeridad para que, junto con la exclusión de la mediana minería, se incluyera la invariabilidad sobre esta eventual regalía minera, modificación que tenía además una presentación muy anodina e imperceptible, y que decía simplemente: “…Y agréguese al Nº 2) del artículo 2°: incluidas regalías, cánones o cargas similares”.
Fuera del contexto del artículo 2°, esta inocua frase no permitía dimensionar los verdaderos alcances de esta invariabilidad tributaria. Fue una verdadera puñalada por la espalda, que el ex presidente Lagos y/o su ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, le dieron a la minería chilena, ya que con esta pequeña frase se agregaba al artículo 11, del DL 600, la invariabilidad sobre las regalías mineras, sin que el Congreso Nacional tuviera oportunidad de discutirlas. Esa es la razón por la que hoy el presidente Piñera no puede aumentar el Royalty a la minería.
Pero la extrema urgencia con la que el Ejecutivo pudo hacer aprobar estas modificaciones no exculpa a los senadores y diputados que dieron su visto bueno a esta modificación y que no verificaran lo que aprobaban en el último minuto. No es aceptable que a los parlamentarios se les pueda engañar como si fueran niños chicos, e hipotequen nuestro cobre y nuestra soberanía legislativa en favor exclusivo de empresas mineras extranjeras.
Ello tampoco puede exculpar a los grandes medios de comunicación, que mintieron por omisión porque nada informaron al respecto y, peor aún, presentaron el Royalty 2 como un gran triunfo de Chile, siendo que fue un completo y escandaloso engaño.
Pero las paradojas del Royalty no terminan ahí, porque el presidente Piñera, en su Proyecto de Reconstrucción, de todas maneras incluye una modificación del actual e invariable Royalty, y les hace un regalo a las mineras aún más escandaloso que el hecho por el presidente Lagos. Pero ello requiere de un análisis más profundo.
Por Julián Alcayaga O.
Economista www.defensadelcobre.cl
El Ciudadano N°82