Las 8.733 horas de insolidaridad de Chile

Cada año nos venden las 27 horas de amor como una forma de salvarnos de la “desgracia” que vivimos los protagonistas de esta “cruzada solidaria”

Las 8.733 horas de insolidaridad de Chile

Autor: Wari

Cada año nos venden las 27 horas de amor como una forma de salvarnos de la “desgracia” que vivimos los protagonistas de esta “cruzada solidaria”. Que donando plata y comprando los productos que apoyan esta campaña durante las 27 incuestionables horas estaremos protegidos, como una suerte de seguro de vida en el caso de que te toque quedar discapacitado u ¡horror!, te nazca un hijo con alguna condición.

¿Qué pasa las otras 8.733 horas del año donde la Persona con Discapacidad (PcD) no cuenta con los accesos necesarios para su desplazamiento, donde no encuentra trabajo, donde la señora que va al gimnasio usa el estacionamiento reservado, y donde no hay acceso a sillas de rueda ni bastones para no videntes? Habría que poner cámaras de tv en las calles para ver la solidaridad que se da día a día en nuestra sociedad.

A propósito, estuve leyendo un artículo de revista medio cómica, medio política, que señalaba que no debe ser estatal la Teletón, dando como argumento que lo público no es eficiente y lo privado sí. A ver, pongamos pausa un momento. ¿Los acólitos del libre mercado no se dan cuenta que vivimos en un país en donde el Estado subsidiario más la iniciativa privada combinadas dejan sin rehabilitación al 93,51% de las PcD? No quieren ver que la discapacidad aumenta conforme al quintil, llegando a ser el doble en el quintil más pobre versus el que concentra a los más ricos ¿No les parecen violentas estas cifras Casen (Encuesta que mide el nivel de pobreza) ni el uso de jóvenes discapacitados con fines publicitarios? Total, la “mano invisible” del mercado hace que para algunos todo esto sea rentable y para el resto, divertido.

Si seguimos extendiendo esta lógica podríamos privatizar todos los bienes sociales, como por ejemplo las universidades (oh wait! ya lo son). Lo mismo con las Isapres, que hacen una integración vertical con las clínicas, una colusión que nadie fiscaliza. Habrá que esperar que se auto-regule el sagrado mercado; por suerte ando en silla de ruedas para esperar sentado. Así que si quieres una atención médica al nivel de “los ingleses de Latinoamérica”, tienes la “libertad” de pagar todos los meses una parte de tu sueldo, donde cada año te suben las prestaciones sin previo aviso, y si tienes la mala idea de enfermarte y te vuelves una carga para la Isapre, te echan o te suben el plan hasta que renuncies u optas por el siempre desfinanciado sistema de salud pública, donde te tratan como si te estuviesen haciendo un favor en vez de hacer efectivo un derecho ¿De qué libertad nos hablan?

Otra cosa que los expertos libres cambistas olvidan es que las PcD no vivimos sólo hasta los 24 años (edad tope para ser atendido en la Teletón) ¿Después de esta edad qué pasa? El 90% de los discapacitados en edad de trabajar no tiene empleo. Al respecto, la ministra Evelyn Matthei ¿pondrá la misma vehemencia que con el asunto del presupuesto de su Ministerio para crear instancias donde al empleador se le enseñe de las necesidades de alguien con discapacidad para poder trabajar, que hay que adaptar en una oficina, que cómo determinar si hay que poner una rampa?; acá entre usted y yo, sabemos que aunque este gobierno nos tomara un poco en cuenta, el empleador, para evitarse problemas, seguirá prefiriendo dar el trabajo a una persona “normal”, la cual no le traerá dificultades. ¿Por qué?, justamente por falta de cultura de solidaridad e integración con los que tenemos discapacidades; no obstante hay varios estudios que señalan que las PcD son más trabajadoras, tienen un menor ausentismo laboral, son más puntuales y tienen mayor productividad. Esto no resulta extraño, considerando lo valioso que es para alguien con discapacidad sentirse útil en un país donde sólo se nos toma un poco en serio a principios de diciembre.

Algo que también se extraña y hace mucha falta es la educación y no me refiero a escolaridad, donde las cifras son bastante desalentadoras. En estas 27 horas no he visto que se muestre cómo ayudar a una PcD. Si una persona no vidente desea cruzar una calle ¿alguien sabe cómo se debe guiar? ¿Cómo subir una cuneta en una silla de ruedas? Cosas tan básicas y cotidianas como éstas no son informadas en esta cadena solidaria. Otro tema impresentable y muy vergonzoso es que no haya lenguaje de señas o subtítulos para los que tienen alguna discapacidad auditiva. Espero que este año se incluya, tan difícil no es. No vivimos en sociedad por coincidencia, lo hacemos ya que necesitamos unos de los otros. Por eso apuesto a que todos podamos ayudarnos, sin obviar a un Estado que se obligue a garantizar efectivamente derechos y equipare las diferencias sociales y físicas.

Es por todo esto que es impresentable que la discapacidad quede a la voluntad de las personas y no al Estado como está estipulado por ley. Las deficiencias están a la vista; no es algo en contra de la Teletón, que hace una gran labor de rehabilitación física, pero es totalmente insuficiente si queremos un país que incluya a todos los chilenos.

Por Peter Loch

PcD

Ex-candidato a concejal

@Waipel

RESUMEN ESTUDIO NACIONAL DE DISCAPACIDAD

Noviembre 29 de 2012

Publicado en peterloch.wordpress.com


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano