Las narrativas, lo que se es y las izquierdas latinoamericanas

Columna de Jorge Reyes Negrete

Jorge Reyes Negrete

15/01/2025 4:23pm

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Hace algunos días -no tantos, para ser claro y dar cuenta de la frescura del recuerdo- leía, casi consecutivamente, dos columnas de mi querido Jorge Hernández -tocayo-; una de ellas, como homenaje a un generoso amigo, la otra, sobre el periodismo y su fenecimiento.

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En ambas, la colocación coincidente, me parece, es la narrativa y las narrativas.

Éstas -las narrativas- construyen lo que algo o alguien es, más allá del carácter objetivo del ente narrado.

Noel, por ejemplo, fue lo que narrábamos de él, y ahora es lo que narramos a su respecto y persona.

El periodismo es lo que se narra de él, curiosamente, aquí, desde el epicentro del poder político; al tiempo que éste -el periodismo- narra y construye lo que la política es. Un maridaje recursivo periodismo-política.

Mi tocayo, categorialmente, discurría sobre la muerte del periodismo. Yo le replicaba, en lo personal, que el periodismo goza de la mayor nitidez vívida que nunca, dos las razones: por un lado, la particularidad comunicativa que permite el desarrollo tecnológico y, por otro, -mayormente importante, me parece- es su asiento en la verdadera naturaleza que le constituyó, es decir, la edificación de narrativas para justificar o legitimar una cosa o tal otra es la razón existencial del periodismo.

Asumido ello, una ética periodística sería, abiertamente, exponer los ideales narrativos que defenderá, ya sea por turno, por convicción o por mercenarismo.

Una perniciosa tradición política latinoamericana es especular que las narrativas mediáticas componen objetividades. La propuesta conceptual de las izquierdas manufacturada desde el periodismo derechista es una tergiversación, lo mismo en sentido inverso.

Piense, querido lector, cuando un político afirma que ha sufrido un golpe mediático, ¿quién de las personas de a pie tiene idea alguna de esto?, en realidad la comunicación es solamente entre gremios.

Quizá este espacio no sea el adecuado para compartir mis reflexiones conclusivas al respecto, puesto que con altas probabilidades serán inadecuadamente academicistas.

La conformidad la guardo con dejarle a usted la inquietud y la sospecha sobre lo que escuche, lea y vea en los espacios periodísticos, incluida ésta, mi columna.