Ya comentamos en su oportunidad lo positivo que fue que inmediatamente después del terremoto se discutiera en los medios de comunicación el aporte que las mineras debían entregar al financiamiento de la reconstrucción. Muchos políticos se pronunciaron por un aumento del royalty y eso despertó un tema que estaba dormido: no se les puede aumentar el royalty a las mineras porque gozan de una sorprendente invariabilidad tributaria.
Ni siquiera los parlamentarios que aprobaron el royalty del 2005 sabían que las mineras se beneficiarían de un statu quo fiscal hasta el año 2017. En ese aspecto el proyecto de reconstrucción del presidente Piñera -que incluye un pequeño aumento del royalty a cambio de una prolongación de 8 años de la invariabilidad tributaria-, tiene el gran mérito de abrir la discusión pública sobre estos temas que las mineras mantenían en el más consumado secreto.
El Proyecto de Reconstrucción tiene otro gran mérito: ya nadie discute la legitimidad de aplicarle un royalty a las mineras. Piñera despertó un monstruo dormido y las mineras no están muy felices con ello. Quizás más importante aun: sacudió a la Concertación que ahora se opone fundadamente a prolongar la invariabilidad tributaria que antes había aprobado. Pero lo que es positivo para el país no lo es para las mineras. Por ello las transnacionales de la gran minería le están exigiendo al Gobierno reparar el daño causado por este debate, reponiendo el proyecto de royalty original. No porque quieran aportar algo a la reconstrucción, sino porque quieren prolongar su invariabilidad tributaria. Ese es el objetivo.
La invariabilidad dura “sólo” hasta el 2017 y mientras más se acerque esa fecha más difícil le será extenderla al gobierno que suceda al de Piñera. Sobre todo si ese gobierno se apoya en un programa sustancialmente distinto al del actual gobierno de derecha. A medida que se acerque el 2017 van a ir en aumento la conciencia y la presión popular para que las mineras paguen una verdadera regalía minera de diez, quince o veinte por ciento sobre las ventas, muy lejos del actual impuesto específico de apenas 4% sobre las utilidades. Eso es lo que les preocupa a las mineras: el año 2017 aparece demasiado cerca y demasiado peligroso. De ahí que este gobierno deba resolver el problema que creó con su Proyecto de Reconstrucción.
¿Por qué ahora y no dentro de un año, o de unos meses? Porque a medida que se afiance el gobierno de Piñera la Concertación tendrá que diferenciarse, radicalizando sus posturas y alejándose de las políticas neoliberales que apoyó con entusiasmo o con indiferencia mientras estuvo en el poder. La oposición ni siquiera ha sido capaz de analizar las causas de su derrota electoral y aún no tiene claro lo que debe hacer, al punto que algunos parlamentarios dudaron en su rechazo al royalty.
Las transnacionales quieren aprovechar las vacilaciones de esos parlamentarios para reponer el royalty y la prolongación de la invariabilidad tributaria. Para ellas es ahora o nunca, y por eso exigen.
Por Julián Alcayaga
Economista
Politika
El Ciudadano N°85, primera quincena 2010