1.- La noticia nos golpeó a todos. Y es que más allá de entender casi nada o mucho del tema, somos testigos presenciales de cómo efectos climáticos de todo tipo están afectando la vida humana, a límites impensados.
“El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas, publicó a principios de agosto del 2021 su esperado informe sobre cómo el calentamiento global cambiará nuestro planeta en las próximas décadas. Se trata del análisis de más de 14.000 artículos científicos, el más completo hasta la fecha. Según las conclusiones de los científicos, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían superar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década”.
¿Y qué es todo esto, se preguntan millones de legos en todo el mundo, cómo diantres se pudo llegar a generar una cuestión como ésta, que provoca que la temperatura se subleve y ponga en riesgo la vida humana? Vamos a tratar de explicarlo con la mayor claridad posible y en forma sencilla para que desde este inicio, muchos se animen a saber más.
«El efecto invernadero se presenta como una de las mayores consecuencias derivadas de la actual crisis climática. La ONU lo define como aquel fenómeno que produce «una elevación de la temperatura media de la Tierra y del agua que la recubre como consecuencia de la acumulación de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera que retienen la radiación solar. Los gases de efecto invernadero son aquellos componentes gaseosos presentes en la atmósfera que absorben y emiten radiación en determinadas longitudes de onda del espectro de radiación terrestre emitida por la superficie de la Tierra.
Su papel dentro del fenómeno del efecto invernadero es simple, pero significativo. Cuando la luz del sol llega a la Tierra, los rayos traspasan la atmósfera y entran en contacto con la superficie. Una parte de esos rayos rebota y se devuelve de nuevo al espacio, mientras que otra parte es absorbida por el planeta, calentándolo, para después ser devueltos en forma de rayos infrarrojos. En ese momento se inicia el proceso de efecto invernadero. Los rayos infrarrojos poseen una longitud de onda más amplia que los que suelen llegar a la Tierra, como los ultravioletas, y, por tanto, producen una mayor agitación en algunos tipos de moléculas. De este modo, mientras que esas moléculas responsables de los GEI dejan pasar los rayos ultravioletas provenientes del sol, al mismo tiempo retienen los infrarrojos que emite el planeta, impidiendo que el exceso de calor escape de la Tierra al quedarse retenidas dentro de ellas. Cabe destacar que este efecto siempre ha existido en la Tierra y es el que permite a nuestro planeta mantener una temperatura apta para la vida. Sin embargo, desde comienzos de la Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII (1750), los avances tecnológicos y los combustibles fósiles que motivaron el ascenso de los primeros, propiciaron la emisión descontrolada de los gases de efecto invernadero. La revolución industrial señala el comienzo de un fuerte aumento de la utilización de combustibles fósiles y de las emisiones, particularmente de dióxido de carbono fósil. Un problema que perdura hasta el día de hoy, ya que los grandes sumideros de dióxido de carbono, como los bosques, son incapaces de asimilar las grandes cantidades de GEI que los humanos han creado y están creando.
Atendiendo a sus características, pueden ser clasificados entre gases de efecto invernadero directos e indirectos.
GEI directos: son aquellos gases que contribuyen al efecto invernadero sin sufrir modificaciones, es decir, tal y como son creados y expulsados a la atmósfera. Dentro de este grupo se encuentran el dióxido de carbono (que se genera cuando se quema cualquier sustancia que contiene carbono -madera, plástico, tela- también es producto de la respiración y la fermentación), el metano (se produce por la descomposición o putrefacción de la materia orgánica y puede introducirse en la atmósfera tanto por procesos naturales, como la descomposición de la materia en los pantanos, las filtraciones de gas de los depósitos del subsuelo o la digestión del alimento del ganado) o el óxido nitroso (un producto derivado durante la producción de sustancias químicas como el ácido nítrico, que se utiliza para producir fertilizante comercial sintético, y en la producción de ácido adípico, que se usa para fabricar fibras (como el nylon) y otros productos sintéticos).
GEI indirectos: a diferencia de los directos, estos gases sufren una transformación cuando llegan a la atmósfera que los convierten en GEI directos. Aquí se pueden encontrar: los óxidos de nitrógeno, los compuestos orgánicos volátiles diferentes del metano y el monóxido de carbono.
2.- Queda claro que si bien el efecto invernadero ha existido siempre, hay procesos que lo trastornaron y lo llevaron a la peligrosidad que hoy adquiere, poniendo a largo plazo incluso en riesgo la vida en la Tierra. Y, sin embargo, se siguen utilizando combustibles fósiles, depredando los bosques, envenenado las aguas.
Y por varios días en muchas partes del mundo, Chile incluido, se habló de esto y se preguntó qué hacer para evitarlo, hasta que la noticia fue consumida por otras y finalmente y como siempre quedarán solo los estudiosos tratando de hacer conciencia, mientras la humanidad sigue su camino al despeñadero. Pese a nuestra ignorancia, tenemos claro quienes son los dueños de los medios de comunicación y podemos explicarnos por qué estas noticias desaparecen tan rápido de la primera plana.
Son los ricos, los capitalistas los responsables del estado en el que se encuentra el mundo y no les interesa dejar de ganar lo que ganan, así el mundo termine destruido.
Nuestra fuerza la Unidad Nuestra meta la Victoria
Por Manuel Ahumada Lillo
Secretario C.G.T. Chile
Publicado el 21 de agosto de 2021 en Pulso Sindical.