Los infra pobres

En México las decisiones políticas neoliberales de las últimas décadas han permitido que una sola persona concentre la riqueza nacional

Arturo Garmendia

15/02/2024 11:30pm

En el marco del Foro Económico Mundial recién celebrado en Davos, el informe visibilizó el aumento de la desigualdad económica prácticamente en todos los países del mundo. Esto, sumado a condiciones adversas como el origen étnico, los contextos migratorios, el acceso limitado a servicios de salud, el hambre la discriminación por género, contribuyeron a que millones de personas empobrecieran, enfermaran y murieran.

A su vez, Oxfam observa que desde el año 2020 la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado con creces. Durante el mismo período, lo acumulado por cerca de 5,000 millones de personas a nivel global, se ha reducido.

En México las decisiones políticas neoliberales de las últimas décadas han permitido que una sola persona concentre casi uno de cada 20 pesos de la riqueza nacional, al mismo tiempo que más de nueve millones de personas no saben si podrán comer al día siguiente. Considérese que a riqueza privada es insultante: Los 14 ultrarricos en México poseen fortunas de más de mil millones de dólares (US$1,000,000,000).

A fuerza de exprimir a sus trabajadores y trabajadoras, evadir y eludir impuestos, privatizar los servicios públicos y alimentar el colapso climático, las empresas han impulsado la desigualdad y generando una riqueza cada vez mayor para sus ya ricos propietarios.

Mientras la riqueza de los 4 millonarios más ricos de México representa ya el 9% del PIB mexicano, más de la mitad de los y las mexicanas (el 54,4% de la población) permanece en pobreza. Ello, pese a que respecto a 2022, la proporción disminuyó a 36.3%, lo que significa que, en cuatro años, 5.1 millones de personas salieron de la pobreza. Un gran logro del presente gobierno; sin embargo, la población en pobreza extrema no se redujo. Por el contrario, pasó de 7% de la población en esa situación en 2018 (8.7 millones de personas) a 7.1% en 2022 (9.1 millones de personas). El Coneval explicó que el aumento implica que otras 400,000 mil personas adicionales hoy viven en pobreza extrema.

Se trata de cifras impresionantes, pero por sí solas no alcanzan a impactar emocionalmente; es necesario darles un rostro humano para aquilatar lo grave de la situación. Intentemos hacerlo:

3 de cada 4 hablantes de lengua indígena son pobres. Mientras que la población en general percibe un ingreso de $1,961 mensuales, los hablantes de lengua indígena apenas perciben $886 al mes
Una educación decente o una atención sanitaria de calidad es un lujo que los infra pobres no pueden darse. En todo el mundo 262 millones de niños no van a la escuela y 10 mil personas mueren diariamente porque no pueden atender su salud. Además, de acuerdo con el Censo Educativo que se levantó recientemente, el 48% de las escuelas públicas carecen de acceso a drenaje, 31% carecen de acceso a agua potable, 12.8% no cuenta con baños o sanitarios y 11.2% no tienen acceso a energía eléctrica.
Las mujeres constituyen la mayoría de quienes viven en la pobreza. Tienen menos recursos, menos poder y menos influencia en comparación con los hombres y pueden enfrentar mayor desigualdad debido a su clase, etnia y edad.
Las mujeres sufren cotidianamente la violencia, el abuso y el trato desigual en el hogar, en el trabajo y en sus comunidades, pero a las más pobres además se les niega la oportunidad de aprender a ganar dinero y a liderar.
Cuidar de los demás, cocinar, limpiar y recoger agua y leña son tareas diarias esenciales para el bienestar de la sociedad, las comunidades y la economía. La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género.
Gran parte de los alimentos que consumimos los producen campesinos y pescadores que en su mayoría sólo ´perciben lo necesario para subsistir. Además, muchos de estos trabajadores son jornaleros agrícolas, sin tierras, que deben desplazarse largas distancias y recorrer trayectos prolongados.
La desigualdad económica está en la base de las cada vez mayores corrientes migratorias. Y en nuestro país se confunden los que lo cruzan desde el exterior y muchos de nuestros compatriotas.
Los desastres naturales cada vez más frecuentes impactan catastróficamente a la población más vulnerable: suelen perder, literalmente, todo.
Todos lo sabemos: en años recientes, la violencia en México ha aumentado vertiginosamente, Y los niveles de actividad criminal y de homicidios en México se asocian de manera significativa con bajos niveles de educación entre los jóvenes y con altas tasas de desempleo juvenil. Esto resulta aún más claro en las zonas urbanas, en donde la concentración de jóvenes con pocas oportunidades de estudiar o trabajar suelen traducirse en mayores niveles de violencia y criminalidad.

En consecuencia, en México el miedo se ha vuelto un negocio multimillonario. El gasto en seguridad privada en el país es de 1.7 puntos del PIB, lo que representa siete veces más que el gasto en seguridad pública federal. Cada dos horas y media alguien compra un auto blindado; y en Nuevo León, uno de los Estados más ricos de México, hay ocho veces más guardias de seguridad privados que policías y agentes de tránsito. Pero esa no es una solución de fondo al problema de la desigualdad. Para ponerle fin, los gobiernos deben abatir la desigualdad extrema, redistribuir de manera drástica el poder de los mil millonarios y de las grandes empresas hacia el resto de la población, desde luego mediante políticas fiscales justas, combate a la corrupción y aumento de los ingresos de la gran mayoría de los trabajadores.