Los israelíes llevan a cabo un “escolasticidio” en la Palestina ocupada

La política impulsada por el Gobierno israelí busca infligir un inmenso dolor a la población palestina, hacer que los palestinos huyan de sus tierras y después anexionarse todo Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania.

Los israelíes llevan a cabo un “escolasticidio” en la Palestina ocupada

Autor: Vijay Prashad

Por Vijay Prashad

Hay que subir una colina para llegar a la Universidad de Birzeit, que está a las afueras de Ramala (Cisjordania, Territorio Palestino Ocupado o TPO). Es un campus precioso, fundado en 1924 como escuela para niñas por la notable Nabiha Nasir, 1891-1951, y luego convertido en universidad en 1975. Pasé allí una tarde hablando con los estudiantes sobre sus clases y sus ambiciones, la mayoría de ellos ferozmente comprometidos tanto con su trabajo académico como con su esperanza política de una Palestina libre.

La política no está lejos de las mentes de los estudiantes. Israel ocupó y cerró la Universidad de Birzeit entre 1988 y 1992, y desde 2002 ha asaltado el campus más de 30 veces. La redada más reciente fue el 3 de septiembre de 2024, cuando las fuerzas israelíes centraron su atención en el Consejo de Estudiantes y en las oficinas de las organizaciones estudiantiles. Los soldados israelíes “[confiscaron] banderas, volantes y materiales pertenecientes al movimiento estudiantil”, se quejó la Campaña por el Derecho a la Educación de Birzeit. Esta invasión del campus, ilegal según los acuerdos alcanzados entre la Autoridad Palestina y el Gobierno israelí, sigue un patrón establecido por las fuerzas de ocupación israelíes: entrar en el campus con un gran despliegue de fuerza y luego atacar a los líderes estudiantiles de las organizaciones políticas mediante detenciones o intimidación. Esto es precisamente lo que ocurrió en el campus a principios de septiembre.

Está claro para los estudiantes que lo ocurrido forma parte de una amplia política impulsada por el Gobierno israelí para infligir un inmenso dolor a la población palestina, hacer que los palestinos huyan de sus tierras y después anexionarse todo Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania. De hecho, en una de sus recientes presentaciones, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, mostró un mapa de la región en el que Israel abarcaba estas zonas. Netanyahu se desdijo más tarde y dijo que Cisjordania no estaba demarcada porque la presentación trataba sobre Gaza, aparentemente diseñada para apaciguar al Gobierno de los Estados Unidos.

Parte de este inmenso dolor ha consistido en atacar las bases de la vida palestina en los TPO, siendo la destrucción de hogares, hospitales e instituciones educativas una característica de los ataques a los palestinos durante décadas. Esta es la razón por la que el novelista libanés Elias Khoury llama a la política israelí la “Nakba permanente”, palabra árabe que hace referencia a la “catástrofe” de 1948, cuando al menos 700.000 palestinos fueron erradicados para dar paso al nuevo Estado israelí.

Tras el bombardeo israelí de 2008-09 del Ministerio de Educación en Gaza y el posterior bombardeo de una serie de instituciones educativas (incluida la prestigiosa American International School), el profesor de la Universidad de Oxford Karma Nabulsi acuñó el término “escolasticidio”. El término se refiere a la destrucción sistemática de instituciones educativas y de una población instruida. En 2009, Nabulsi afirmó que los israelíes llevan a cabo el escolasticidio porque “en el fondo saben lo importante que es la educación para la tradición palestina y la revolución palestina. No pueden soportarlo y tienen que destruirlo”. Cuando le pregunté a Nabulsi qué piensa ahora de la guerra genocida en Gaza, respondió: “La destrucción despiadada y desmedida de hoy de nuestras queridas universidades, escuelas, museos, bibliotecas, antiguas iglesias y mezquitas, junto con otros hitos culturales de Gaza forman parte del escolasticidio. Es una clara intención de eliminar nuestras capacidades y habilidades para estudiar, para aprender, para leer y pensar, para mantenernos unidos. Por supuesto, no tendrá éxito”.

En abril de 2024, un grupo de relatores especiales de la ONU y otros expertos conocidos como los Procedimientos Especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU acusaron a los israelíes de “escolasticidio”. Informaron de que la destrucción de la mayoría de las escuelas y universidades de Gaza constituía “ataques persistentes e insensibles contra la infraestructura educativa en Gaza”. “Estos ataques no son incidentes aislados”, escribieron, “presentan un patrón sistemático de violencia dirigido a desmantelar los cimientos mismos de la sociedad palestina”. “Cuando se destruyen las escuelas”, señalaron los expertos, “también se destruyen las esperanzas y los sueños”. Dos respetados profesores de la Universidad de Birzeit – Ibrahim Rabaia (profesor adjunto de Ciencias Políticas) y Lourdes Habash (Directora del Instituto de Estudios Internacionales Ibrahim Abu-Lughod) – repasaron las mismas pruebas y sugirieron que lo que está ocurriendo es un “educidio”. Escolasticidio o educidio, el fenómeno es espantoso; no es ni más ni menos que el intento de borrar la cultura de los palestinos, “de borrar la memoria colectiva, el patrimonio cultural, el crecimiento intelectual del pueblo palestino”.

Sundos Hammad, coordinadora de la Campaña por el Derecho a la Educación de la Universidad de Birzeit, reflexiona sobre su compromiso con la educación. Cuando tenía nueve años en Al-Bireh (al norte de Jerusalén, en la Cisjordania ocupada), “llegó a comprender la profunda conexión entre la educación y la supervivencia bajo la ocupación”. Esto fue en el año 2000, durante la Segunda Intifada. Llegar a su escuela primaria no era fácil ya que había tanques israelíes cerca de la puerta de la escuela y los niños pequeños eran acosados por los soldados israelíes. Inspirados por el levantamiento, niños como Sundos arrojaban piedras a los tanques. Los israelíes les disparaban con fuego real. Sundos volvía corriendo a casa y le contaba a su madre lo que había pasado y se preguntaba en voz alta si debía seguir yendo a la escuela. Su madre era firme. “La educación no es una opción”, cuenta que le dijo su madre. “Es tu futuro y el de tu generación”.

Desde octubre de 2023, Israel intenta borrar ese futuro. Ha matado a dos rectores de universidades en Gaza – el profesor Sufian Tayeh (Universidad Islámica de Gaza) y el profesor Said Alzebda (Escuela Universitaria de Ciencias Aplicadas) – y a varios decanos y más de 100 profesores. Muchos de estos profesores tenían menos de 50 años, como la profesora Nesma Abu Shaira (36 años). La profesora Abu Sharia era de Gaza y enseñaba artes visuales en la Universidad Al-Aqsa. Conocí a la profesora Abu Sharia unos años después de que ganara un premio en el Festival de Arte Contemporáneo de Gaza en 2011. Una amiga común me dijo que estaba interesada en las ilustraciones y el diseño y que quería hacer un proyecto que más tarde llamó “Documentar Palestina”. Lo único que recuerdo de nuestro encuentro es que estaba muy contenta de enseñar a sus alumnos, sobre todo a las jóvenes que venían a aprender a dibujar. “Debemos contar historias palestinas”, me dijo. El 28 de octubre de 2023, un avión israelí bombardeó su casa. Murió junto a su familia. Su cuenta de Instagram es su galería. Tras su muerte, una de sus alumnas, Zeinab, recordó a su profesora por el “brillo de sus ojos y el orgullo que sentía por sus [alumnos]”.

Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos Las Naciones Oscuras y Las Naciones Pobres. Sus últimos libros son Struggle Makes Us Human: Learning from Movements for Socialism y La retirada: Irak, Libia, Afganistán y la fragilidad del poder estadounidense (con Noam Chomsky).

*Este artículo fue producido para Globetrotter.


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