Ha sido un verano agitado, no cabe duda.
Segunda vuelta electoral y la elección de Piñera, el intento frustrado de Carabineros por culpar a mapuches con pruebas truchas y que trae renuncia de varios oficiales, incluido el director general, choreos varios, supuestos proyectos de ley o decretos de última hora y finalmente la instalación del nuevo parlamento y gobierno.
Decir, en pocas palabras, que el fracaso de Guillier era esperable. Desde los inicios de su campaña “las vacas sagradas“ de la Concertación -encabezadas por Lagos y todos los que negociaron la salida del dictador- dejaron en claro que no lo apoyarían. Los posteriores saludos a la bandera y las fotos que daban cuenta de un falso compromiso con su opción, no lograron ocultar la satisfacción que estos especímenes derechistas y socialdemócratas sentían por la victoria de Piñera.
No es que Guillier fuera lo que el pueblo necesitaba para salir de la postración en que se encuentra, pero algunas de sus propuestas y opiniones dejaban claro a los defensores del capital, que no valía la pena apostar por su asunción. Se la jugaron por ello y ganaron.
Se cambió el binominal porque era injusto y volvieron a resultar electos algunos que ni siquiera reunieron para si los votos de toda su familia. Propuestas más o menos, ninguno de los electos ni sus coaliciones apuestan a avanzar para disminuir la brecha existente entre pobres y ricos, que a estas alturas es francamente irreparable.
Así fue, es y será la cosa y no se cambia con solo lamentarse.
27 trabajadores del colegio San Diego, en Conchalí, iniciaron hace algunos días una huelga legal, ante la negativa patronal de responder a sus demandas, principalmente la instalación en el contrato colectivo de la gratificación garantizada.
Tal hecho no tiene gran diferencia con otros casos que conocemos regularmente. Queda claro que la amplia libertad de la que goza el patrón en el proceso de negociación colectiva, es el regalo que se le entregó a los dueños del capital desde el advenimiento de la dictadura y que aún permanece vigente (como la Constitución Política). Pero muchos fueron por ahí diciendo que las cosas cambiarían con la última reforma laboral.
Patrañas. Fuimos claros al decir que dicha reforma, alabada por la Nueva Mayoría, la CUT y “otros instrumentos de organización” poco confiables, era más de lo mismo y que solo seguiría complicando a los trabajadores en su intento por mejorar las condiciones laborales y sociales al interior de las empresas.
En el colegio San Diego no se pidieron “servicios mínimos”, lo que indica que la empresa no puede contratar reemplazantes, sin embargo iniciado el movimiento huelguístico el patrón cubrió los puestos de trabajo y continuó como si nada, esto a pesar de que profusamente se informó “que por fin la huelga sería un instrumentos efectivo”.
Ahora los trabajadores deberán esperar que se fiscalice, se denuncie y se sancione, si es que en definitiva tal cosa llega a suceder. En el intertanto, el patrón podrá seguir haciendo lo que le venga en gana. ¿Qué dicen los honorables y quienes estaban en el gobierno?
Cuestiones como estas desincentivan las ganas de organizarse y luchar y en las organizaciones sindicales debemos estar muy atentos para evitar que el temor, la desconfianza y la desesperanza sigan destruyendo lo poco que hemos logrado construir.
De nada vale que las centrales sindicales de cartón se estén reuniendo con el nuevo ministro del Trabajo, en una procesión vergonzosa.
No sirve de nada, porque mientras no expliciten sus demandas y propuestas -que para ser válidas deben nacer desde las bases que dicen representar– solo estarán pujando por quién recibe alguna dádiva del gobierno de turno.
No hay nada que ir a decir a las autoridades.
Las demandas fueron expuestas hace mucho y nadie las responde ni las responderá, no importando para esto el sello que pueda tener el gobierno, que va cambiando cada cierto tiempo mientras todo sigue igual.
Lo que cabe hacer es exponer claramente ante los millones de abusados, qué es lo que se demanda y desde allí dar inicio al gran trabajo de educación y organización con la clase trabajadora.
De lo contrario, la explotación de los asalariados seguirá siendo incontenible.
Pero no todo fue oscuro en este verano que culmina.
Funcionó a plenitud nuestro Centro Recreacional Rene Rosales Peña en Ventanas. 61 familias de socios de diversos sindicatos afiliados pudieron disfrutar de algunos días de descanso y relajo.
Gran ambiente de camaradería, particular cuidado con las instalaciones y el especial disfrute de los niños, dan cuenta de que la gran inversión que hicimos con nuestros propios fondos, provenientes de las cotizaciones de los afiliados, fue una decisión correcta.
Dos sindicatos constituidos, nuevas afiliaciones, el funcionamiento de la Defensoría Popular de los Trabajadores y de nuestras instalaciones sin pausas de ningún tipo, son la prueba más clara de que cuando se entrega a los trabajadores las herramientas, estos las saben utilizar y avanzan en sus luchas, sea o no sea verano.
Como CGT estamos orgullosos y satisfechos del nuevo año de gestión que cumplió el CIUS el pasado 12 de febrero y lo saludamos siendo parte activa del proceso, así como lo somos de las acciones tendientes a avanzar hacia la construcción de una Central Clasista de Trabajadores.
Los que estamos a muerte con la clase, no podemos perdernos en esta hora difícil.
No tenemos ni siquiera la posibilidad de tomar una pausa. Debemos leer muy bien lo que pasa, buscar los caminos para llegar a todos los que no están organizados, además de seguir confiando en que los que lo están se harán cargo de la necesidad de asumir quién es el adversario y, en algún momento y de una vez, todos juntos, daremos la pelea por la nueva sociedad que anhelamos. Estas y no otras son las urgencias del tiempo presente.
El 25 de febrero tomé conocimiento del fallecimiento del compañero Miguel Muñoz Orrego, dirigente ferroviario, consejero de la CUT y uno de los muchos que se la jugaron en dictadura, como Manuel Bustos y María Rozas, entre otros democratacristianos, con quienes, pese a las diferencias políticas, siempre tuvimos claro el objetivo central.
Discutimos fuerte y más de una vez, cuando diferíamos en los caminos para enfrentar al modelo, como también lo hicimos cuando nos dimos a la tarea de construir el instrumento para la etapa post dictadura.
Es una pena que ésta y otras partidas queden prácticamente en el olvido; es un dolor grande constatar que a estos luchadores no se les reconoció en vida el aporte hecho.
Mi pesar a su familia y sus camaradas de partido.
Agradecer la enorme cantidad de comentarios y aportes con los Pulsos en los que se hizo una reflexión profunda en torno a los trabajadores y una organización clasista.
Sin duda que se harán los esfuerzos para publicar algunos trabajos, porque es claro que los trabajadores deben profundizar en su historia y desde allí avanzar hacia la construcción de un mundo nuevo.
En estos Pulsos entregamos una visión y no pretendemos dictar cátedra ni pasar por infalibles. Es nuestra posición y con ella trabajamos, pero siempre estamos abiertos a participar de todas aquellas iniciativas que tengan en el centro a la clase trabajadora.
No vamos a cerrar sin saludar a Samuel Gutierrez Astroza, dirigente de base del Ministerio de Obras Públicas y director regional de ANEF en la región de Atacama, quien se contactó con nuestro Pulso para contarnos que es poeta popular y cantautor, con 13 publicaciones (Poemarios) y 6 CD editados con música folclórica.
El es autor de la obra “Entre Versos y Propuesta” que el 12 de enero pasado fue presentada en Copiapó, en el marco del tercer Congreso Nacional de NO + AFP y el día 27 de marzo, será presentada en Santiago, en la Librería Le Monde Diplomatique.
Desde estas páginas decimos que están todos invitados a participar de esta actividad, de la que pueden encontrar más antecedentes en la página web de Le Monde.
A seguir la lucha con todo, este 2018.
Por Manuel Ahumada Lillo
Presidente C.G.T. Chile