Por Marcel Lhermitte
La asunción presidencial de Gabriel Boric como jefe de Estado chileno se constituyó en un hecho histórico para el país trasandino y la región, pero en simultáneo generó que el foco de atención del progresismo continental se posara en su figura, que empieza a visualizarlo como el futuro abanderado de la nueva izquierda en América Latina.
Chile sabe de luchas, de movilizaciones y también de marcar la senda progresista. Salvador Allende demostró en la década del 70 un camino diferente para la izquierda regional, cuando llevó adelante la recordada vía chilena al socialismo. Más de medio siglo después, nuevamente este país recoge su legado y da una lección que llega cargada de simbolismos.
Un presidente que acaba de cumplir 36 años, lo cual en muchos países de nuestro continente podría tomarse como un adolescente político; un gabinete ministerial en donde hay mayor presencia de mujeres sin que hayan sido elegidas como una cuota y una forma de hacer política que causa admiración a los ciudadanos de a pie, pero que al mismo tiempo –de momento– se ve con silencioso recelo por el establishment, aparenta que serán marcas registradas de su gestión.
Algo está cambiando en el vecindario y no es exclusividad de Chile.
Este domingo 13 de marzo se celebraron las elecciones al congreso de Colombia, y en simultáneo las tres grandes coaliciones que compiten por la jefatura de Estado del país realizaron sus primarias presidenciales. En el Pacto Histórico (coalición de izquierda) obtuvo una contundente victoria Gustavo Petro, en la Centro Esperanza (coalición de centro) Sergio Fajardo se hizo con el triunfo y en el Equipo por Colombia (coalición de derecha) Federico Gutiérrez fue el vencedor.
En la consulta Petro consiguió casi 4 millones y medio de votos, de un total de 5 millones y medio que obtuvo la totalidad de la oferta del Pacto Histórico; en cambio, todos los candidatos sumados del Equipo por Colombia no alcanzaron los 4 millones de votos –el 54% de ellos fueron para Gutiérrez–, lo que significa que las opciones de la derecha sumadas obtuvieron menos votos que Petro. Finalmente, los candidatos de la coalición Centro Esperanza, apenas superaron los dos millones de votos.
El Pacto Histórico también consiguió una excelente votación legislativa, con 17 senadores, una votación sin precedentes en Colombia que, si bien no le permitirá tener una mayoría absoluta en el Congreso ya que el Partido Conservador y el Partido Liberal también obtuvieron sendas bancadas, sí es un salto cuantitativo muy significativo. Hay que tener en cuenta que en las elecciones de 2018 Petro había conseguido solo tres bancas y con ese caudal de votos disputó el balotaje presidencial.
Lo que se viene
El 29 de mayo serán una decena de candidatos los que compitan por la presidencia de la República de Colombia, y por primera vez la izquierda surge como la clara favorita para llegar a la Casa de Nariño. No será una tarea sencilla, pero a falta de dos meses para los comicios Petro tiene todo lo necesario para ganar y generar un segundo hecho histórico para la izquierda continental en este año 2022.
Además de Petro, Fajardo y Gutiérrez, ganadores de las primarias, también competirán por el sillón presidencial Ingrid Betancourt (Verde Oxígeno), Germán Córdoba (Cambio Radical), Enrique Gómez (Salvación Nacional), Rodolfo Hernández (Liga de Gobernantes Anticorrupción), Gilberto Murillo (Colombia Renaciente), Luis Pérez (Colombia Piensa en Grande) y John Rodríguez (Colombia Justa Libres), candidatos presidenciales que optaron por no participar en la consulta ciudadana previa.
Todo hace prever que la campaña se polarizará en la figura de Petro, los que están a favor de él versus sus adversarios. De momento, Gutiérrez aparenta ser el candidato que podría llegar a frustrar el sueño de ver una alternativa progresista en Colombia. Incluso, en las últimas horas Oscar Zuluaga (Centro Democrático), renunció a su candidatura para apoyar al vencedor de las primarias del Equipo por Colombia, por lo que la derecha uribista, el oficialismo del presidente Iván Duque y aliados se unirían para impedir que el líder del Pacto Histórico llegue a la Presidencia.
La derecha aparece muy desgastada, la figura caudillista de Uribe ha caído en el desprestigio y la popularidad del actual gobierno de Duque es muy baja, sumado a la necesidad de registrarse un cambio en la vida de millones de colombianos abonan un campo propicio para lo que sería un histórico triunfo de fuerzas progresistas por primera vez en la historia del país.
Así como aconteció en Chile, hoy en Colombia se reclama un cambio. Y así como Boric comienza a ser visualizado como la figura emergente en el recambio de liderazgos de la izquierda continental, también Gustavo Petro –en caso de ser electo– tendrá un rol importante para jugar en Colombia y en América Latina.
Marcel Lhermitte es consultor en comunicación política y campañas electorales. Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado a candidatos y colectivos progresistas en Uruguay, Chile, República Dominicana, México, Colombia, Francia y España.