El día martes 19 de abril, en el programa del canal televisivo TVN “Esto no tiene nombre”, conducido por la Sra. Mónica Pérez, se denunció a través de casos puntuales la larga espera que deben sufrir nuestros pacientes para resolver sus necesidades de salud. Fueron expuestos tres casos, sin embargo a nosotros nos consta que son miles y miles los que están en la misma situación.
Ha sido recurrente que a través de los medios de comunicación se haga responsable a los trabajadores de los Servicios Públicos de Salud y en particular a los médicos, de las deficiencias del sector. Sin embargo el año 2008 la Cámara de Diputados aprobó el informe que consigna la crisis del sistema público chileno: falta de resolutividad de la atención primaria, déficit de camas críticas, distribución inequitativa y falta de especialistas en el sistema público. Cada vez existen más listas de espera de patologías no incluidas e incluidas en el Auge, infraestructura deficitaria, etc.
El modelo económico impuesto en nuestro país no es ajeno a nuestro sector. El derecho a la salud preventiva y curativa para el 100% de la población desaparece constitucionalmente en 1980. La Constitución del 80 asegura el “acceso individual” según capacidad de pago y a partir de allí, se incorpora definitivamente la salud al sistema de mercado.
El sistema creado incentiva a los Servicios a resolver las patologías GES, cuando financia el 100% del costo del tratamiento, a diferencia del financiamiento de no más del 70% del costo real de las patologías no incluidas en el Auge. A pesar de ello, las listas de espera Auge son crecientes.
Los incentivos al subsistema privado y a las Isapres, han llevado a que hoy día el 70% de las horas especialistas se encuentran en el sistema privado.
La salud fue transformada en una industria y el médico ha pasado a ser un engranaje más de esta industria, en muchos casos transformando a médicos y otros profesionales en nuevos proletarios.
Quienes vieron el programa escucharon al Sr. Ministro de Salud, su preocupación mayor: hacer trabajar a los médicos. Los satisfactorios resultados sanitarios se deben al compromiso de los médicos y de todo los funcionarios del sistema público con sus pacientes y ello a pesar de sueldos y condiciones de trabajo muy por debajo de standards para nuestra labor.
Sin embargo, Chile no es un caso especial. En su informe del 2008, la OMS afirma que “las políticas de ajuste estructural -impulsadas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial– han hecho tambalear seriamente el sistema de salud pública” y añade que “la mercantilización no regulada de los sistemas de salud los hace muy ineficaces y muy caros; acentúa las desigualdades y lleva a una atención de calidad incluso hasta peligrosa”.
Las propuestas contenidas en el Informe de la Comisión Presidencial de Salud, publicadas en diciembre recién pasado y tristemente avaladas por el presidente de nuestro gremio al participar en dicha comisión, resume la visión mercantilista de los grandes inversionistas en salud, tras el propósito de expropiar el presupuesto de la salud pública.
A) SUBSIDIO AL SECTOR PRIVADO CON LOS FONDOS DEL ESTADO Y DE LAS COTIZACIONES PREVISIONALES DE LOS TRABAJADORES.
Medidas anunciadas o ya puestas en práctica, reducen cada día más la capacidad del Sistema Público de Salud para dar protección y atención a la salud de todos los chilenos.
Bono Auge, nueva canasta, bonos portables, concesiones, no son más que el traspaso de fondos públicos hacia la gran empresa de la salud. En lugar de destinar recursos al fortalecimiento que requiere con urgencia el Sistema Público de Salud, su transferencia destinada a subsidiar el crecimiento del sector privado, contribuye a debilitarlo aún más.
B) DESINTEGRACIÓN DE LA PROTECCIÓN DE LA SALUD Y MÁS DESIGUALDAD EN LA ATENCIÓN DE SALUD.
La reducción de los insuficientes recursos presupuestarios del sector público, provocan una cada vez mayor disminución de los recursos humanos vía la “fuga de cerebros” hacia el sector privado, debilitándose cada vez más el acceso a la atención integral que la población requiere con urgencia. Los efectos y consecuencias, son esgrimidos para desacreditar el sector público por los medios de comunicación con intereses en la privatización de la salud.
Lejos de corregir la inequidad en salud y propender a la igualdad de oportunidades, las medidas propuestas no hacen más que profundizar el afán mercantilista del sistema neo liberal, transformando el derecho a la salud de todo individuo y de la sociedad, en una mercancía más.
Transferencias, bonos, pérdida de personal calificado y concesiones hospitalarias, unido a malas condiciones de trabajo y sueldos insuficientes, conducen al desmantelamiento del sistema público de salud.
Es hora de exigir sueldos acordes con nuestra función profesional y Ley Médica Única para todos los médicos.
Sin embargo, la recuperación de nuestra dignidad, pasa también porque el Colegio Médico vuelva a ser la conciencia de la salud del país.
Dr. David Peralta Castro
ICM: 11.635-1