Mejorando el slogan para Piñera

Tengo la fortuna de contar con cuatro o cinco fieles seguidores de mis columnas, que se han hecho el hábito de comentarlas. A veces tienen la gentileza de descubrir cuáles son mis verdaderas intenciones al escribir lo que escribo. Así yo puedo enterarme de cuáles son esas intenciones mías que hasta que ellos me lo dicen yo las ignoraba. Entre estos amigos –yo ya les di esa categoría y espero que ellos la acepten, resignados- está don Esculapio Mateluna, quien se distingue siempre por mejorar lo que yo digo. Esta vez me escribe señalando que aunque está muy de acuerdo en que el slogan que yo propuse para el candidato Sebastián Piñera  (¿se acuerdan?: “Daría todo lo que tengo … por quedarme con todo lo que hay”) puede resultar confuso para mucha gente, porque él, don Esculapio, no conoce a nadie que esté dispuesto a dar todo lo que tiene, mucho menos Sebastián Piñera, incluso si esto es para quedarse con todo lo que hay. Me pide, en consecuencia, tratar de incluir en el slogan que Piñera estaría dispuesto a dar todo lo que tiene en fideicomiso ciego, que es lo que se pretende. Aunque yo creo en eso de “a buen entendedor, pocas palabras”, también creo que el lector, señor Mateluna, trata de mejorar el slogan en buena onda. Por lo tanto, he acá el nuevo slogan que proponemos para el candidato presidencial de la derecha:

DARÍA EN FIDEICOMISO CIEGO
TODO LO QUE TENGO
PARA QUEDARME A OJOS CERRADOS
CON TODO LO QUE HAY

Supe de un funcionario libio que asegura que cuando Moamed Gadafi anunció intenciones nacionalizadoras de las empresas extranjeras establecidas en su país, el Rey Juan Carlos, de España, demoró apenas una semana en llegar a Trípoli en rumbosa visita oficial. El funcionario dice que el poco tiempo en lograr una visita como esa, con un impresionante séquito de empresarios asustados, constituye algo así como un record mundial. O, por lo menos, un record para el libro Guiness.

Miguel Angel Moratinos, Ministro español de Asuntos Exteriores, también ha debido moverse rápido a Ecuador, cuando el Presidente Rafael Correa hizo anuncios parecidos. Las empresas españolas tienen fuertes inversiones en esos países. En Chile, las inversiones españolas son también altísimas –ya son dueños de casi todas las autopistas y van por el agua, la luz …en fin, les está faltando sólo el aire- pero el Rey no tiene necesidad de desplazarse hasta Santiago: acá nadie reclama ni amenaza. Pero ¡no os achiquéis, queridos compatriotas! Nosotros tenemos un record mucho más impresionante en este terreno que el que pretenden ostentar los libios de Gadafi. ¿Y gracias a quién?. A El Ciudadano, naturalmente. Les resumo la historia: hace algunos números, nuestro periódico publicó un muy buen reportaje sobre las inversiones extranjeras en Chile y los aprovechamientos que estaban permitiendo que los capitales españoles  estén gestando una nueva forma de colonialismo en este país. A los pocos minutos de aparecer el reportaje en papel y en Internet, sonó el teléfono en nuestra redacción. Era una llamada desde Madrid. Pidió hablar con Claudia Pedreros, la autora de esa publicación. Cuando ella tomó el fono se escuchó, clarito, una voz conocida que le espetó: ¡¨Y tú, por qué no te callas!¨

por Alejandro Arellano Allende