Por Carlos Belgrano
Amigos:
Como se ha relatado en el Antiguo Testamento, ese imbécil/presidente se asemeja bastante a un Jonás no arrepentido, quien desde que abordó un pequeño barco que unía Jope con Tarsis, solo irradió desdichas para el resto de la tripulación, pero que, temeroso del Altísimo, tuvo el suficiente tino de solicitar que lo arrojasen al mar, atado a una enorme piedra, para hacer cesar las desventuras que padecían tanto el navío como sus navegantes.
Este salame, hizo una más que ridícula irrupción en su antiguo colegio y con su sola presencia y/o el hedor de su transpiración, dos adolescentes cercanos físicamente a su corroído cuerpo, se desvanecieron.
Después o antes que resulta indistinto, visitó Expoagro y anoche sus instalaciones quedaron devastadas por un inesperado y arrasador vendaval.
Desde que asumió, se acentuó el brote del dengue que ya se cargó a cincuenta personas, junto con una hiperinflación que generó artificialmente con su antipatriótico DNU. Y del que se valieron los gangstersformadores de precio para desatar una corriente indiscriminadamente alcista, sin ninguna causa endógena.
Pero este infeliz impotente que se propuso destruir todo a su paso, se solaza con las desventuras de los argentinos más vulnerables. No como muchos improvisados comentan televisiva y gráficamente, sino por una razón muchísimo más elemental, que se apoya en su malévolo y exclusivo propósito de maldecir a su prójimo.
Porque así lo engendraron sus padres, inoculándole esa especie de rabia y veneno, con los que se hizo a la idea de vengarse contra cualquiera, sin motivo, causa o justificación ninguna.
Por eso seleccionó en su derredor a un séquito compuesto por idiotas y venales que, degustan estos episodios tan innecesarios, vacíos de contenido y absurdos en una idéntica proporción, propios de gente amoral y estúpida, inescrupulosa.
Pese a todo lo cual, una tenue luz de esperanza ha comenzado a asomar en el horizonte, si las Fuerzas Armadas, en lo particular el Ejército, fuese habilitado para desplazarse en el Gran Rosario.
Porque quizás, cuando se avizore que una represión abierta al narcotráfico no arrojará ningún resultado, merced a la enorme concupiscencia de la podredumbre que gobierna la moralidad de las cúpulas policiales y judiciales santafesinas, la propia gente se arropará de ánimo.
Primero la rosarina, luego la de toda esa tan bonita Provincia y después, en las 23 restantes, le rogará a los militares que asuman el control total del gobierno.
Cuando las huelgas se reproduzcan indiscriminadamente, muy a la par de los masivos despidos en las Pymes que, poco tiempo después, se extenderán como ahora acontece en Acindar, a todas las grandes; será entonces, cuando ese actual robotizado, voluble y autómata ciudadano de a pie que hoy es temeroso, pues, se sublevará cuando advierta que ese fanfarrón en realidad es también un soberano cobarde.
Y que tomará razón de ello, en oportunidad que esa Carolina Serrano -alias Bullrich-, le confiese que ningún Mando de las Fuerzas de Seguridad le guarde ni una pizca de subordinación.
Muchas veces resultan ser los acontecimientos improvisados y no generados por nadie, los que, incluso ante la absoluta carencia de dirigentes con dos dedos de frente, se presentan por una generación espontánea.
Con los soldados en las calles, todo lo demás será más dúctil.
Es cuestión de aguardar algunas semanas para que todo se precipite.
Porque el destino de un gafe con el sino trágico de tamaño pelotudo, nos indica el camino que ya se ha trazado.
Y ello se deberá a… MILEI «EL MUFA».
Cordialmente, Carlos Belgrano.-
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