El 8 de agosto pasado –en visita a Chile– el presidente de Argentina, el ultraderechista Javier Milei, elogió el modelo económico que desde hace décadas se viene aplicando en nuestro país. Así, señaló que “para nosotros (Argentina) Chile ha sido un claro ejemplo de lo que hay que hacer para sostener el desarrollo económico en el tiempo. Tanto por su sana relación entre lo público y lo privado, como por su política económica innegociable que ha perdurado pese a los cambios de signo político (en el país)” (El Mercurio; 9-8-2024). Y agregó que “estos valores le permiten a Chile abandonar el atraso y caminar hacia un modelo de prosperidad. Nosotros (Argentina) también hemos finalmente cambiado y también creemos en esos valores” (Ibid.).
Si bien es impactante que este franco elogio venga del presidente más ultraderechista del mundo en materia económica de que se tenga memoria, no lo debería ser tanto si recordamos las numerosas apologías que hemos escuchado, desde hace tiempo, efectuadas por destacados economistas, empresarios y políticos de derecha –nacionales e internacionales- respecto de aquel modelo. Y especialmente las referidas a los 20 años de gobiernos ininterrumpidos (1990-2010) de la nominal alianza de centro-izquierda (la Concertación de Partidos por la Democracia) que cumplió un rol crucial en la legitimación, consolidación y profundización de dicho modelo impuesto por la dictadura de Pinochet. Y, más todavía, las efectuadas al “socialista” Ricardo Lagos luego de su gobierno entre 2000 y 2006.
Así tenemos que el adlátere de Milton Friedman en la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago, Arnold Harberger, expresó en 2007 “que estuve en Colombia el verano pasado participando en una conferencia, y quien habló inmediatamente antes de mí fue el ex presidente Ricardo Lagos. Su discurso podría haber sido presentado por un profesor de economía del gran período de la Universidad de Chicago. Él es economista y explicó las cosas con nuestras mismas palabras. El hecho de que partidos políticos de izquierda finalmente hayan abrazado las lecciones de la buena ciencia económica es una bendición para el mundo” (El País, España; 14-3-2007).
Y, posteriormente, en una visita a Chile en 2010 –a fines del primer gobierno de Michelle Bachelet– dijo: “Yo creo que ha habido una gran evolución de política económica en Chile durante el período del gobierno militar, y una vez que se formó el equipo de Patricio Aylwin con Alejandro Foxley y otros, ellos siguieron el mismo rumbo que los gobiernos anteriores, y eso ha seguido hasta hoy día que yo sepa” (El Mercurio; 19-12-2010).
A su vez, a fines del gobierno de Lagos, el presidente de la confederación de los grandes empresarios chilenos, Hernán Somerville, señaló que “mis empresarios todos lo aman (a Lagos), tanto en APEC (el Foro de Cooperación de Asia Pacífico) como acá (en Chile) porque realmente le tienen una tremenda admiración por su nivel intelectual superior y porque además se ve ampliamente favorecido por un país al que todo el mundo percibe como modelo” (La Segunda; 14-10-2005). Por otro lado, el destacado economista y empresario, César Barros, catalogó a Lagos -el día de su entrega del mando- como “el mejor Presidente de derecha de todos los tiempos” (La Tercera; 11-3-2006). A su vez, el dirigente de la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente (UDI), Herman Chadwick, expresó que “el Presidente Lagos nos devolvió el orgullo de ser chilenos” (El Mercurio; 21-3-2006). Y el connotado empresario pinochetista, Ricardo Claro, declaró en 2008 que “Lagos es el único político en Chile con visión internacional, y está muy al día. No encuentro ningún otro en la derecha ni en la DC” (El Mercurio; 12-10-2008).
Por otro lado, en términos más generales, el político pinochetista, Hermógenes Pérez de Arce, planteó que “la derecha ha visto cómo el modelo de desarrollo económico-social que ponen en práctica los sucesivos gobiernos concertacionistas se parece mucho más al que ella siempre prohijó que a los proyectos propios y originales de la izquierda (socialismo marxista-leninista) y de la DC (socialismo comunitario)” (El Mercurio; 19-3-2006). Y más elocuente fue aún el cientista político de la conservadora Renovación Nacional (RN), Oscar Godoy, quien al ser consultado si observaba un desconcierto en la derecha por “la capacidad que tuvo la Concertación de apropiarse del modelo económico”, respondió: “Sí. Y creo que eso debería ser un motivo de gran alegría, porque es la satisfacción que le produce a un creyente la conversión del otro. Por eso tengo tantos amigos en la Concertación; en mi tiempo éramos antagonistas y verlos ahora pensar como liberales, comprometidos en un proyecto de desarrollo de una construcción económica liberal, a mí me satisface mucho” (La Nación; 16-4-2006).
Estas apologías han continuado en el tiempo. Muestra de ello son –entre otras- las expresiones de la entonces jefa del comité de senadores de la UDI en 2019, Ena von Baer, quien aseguró que “Chile Vamos (el nombre que adquirió en esa época la alianza de los partidos de derecha) es el heredero de la Concertación, porque estamos orgullosos del país que la Concertación, en conjunto con nosotros, construyó” (La Tercera; 20-4-2019). Declaraciones que, para el entonces diputado y presidente de RN, Mario Desbordes, constituyeron “un análisis muy acertado” (Ibid.).
Y, hoy, el gobierno de Gabriel Boric, pese a sus postulados de campaña en contra del modelo neoliberal, se ha convertido en un virtual sexto gobierno de la Concertación, entregándole sus ministerios claves (partiendo por el de Hacienda) a connotadas figuras históricas de dicho conglomerado. Y en el uso de las atribuciones presidenciales propias, Boric ha seguido integrando a Chile de modo solitario y subordinado a la globalización neoliberal. Así, ha procedido a culminar la entrada de Chile al TPP11, pese a que Boric y el Frente Amplio (su coalición) fueron, siendo opositores, completamente contrarios a ello. Asimismo, ha seguido impulsando el proyecto de tratado solitario del país con la Unión Europea, ¡pese a que en estos precisos momentos el Mercosur está también negociando un tratado con la UE! Y se manifestó el año pasado en contra de los intentos de Lula de reflotar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se desintegró hace algunos años. Y, por cierto, todo esto último Milei lo sabe…
Por Felipe Portales
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