El Ministro de Planificación ha sido, como nunca antes otro par de su cartera, uno de los más mediáticos durante este gobierno. Mi primera impresión a esto es positiva, ¿quién no quisiera que en Chile las políticas sociales ocuparan un lugar importante en la discusión pública? Sin embargo, no han sido las políticas sociales las que se han puesto en la palestra de la discusión.
Primero hizo noticia con su nombramiento. Piñera se hacía cargo de la demanda ciudadana por renovación y ponía a un ministro joven a cargo de uno de sus ministerios más estratégicos. Enhorabuena, fue una gran noticia.
Pero luego, la noticia del despido de 15 directores regionales del Fosis y de otros altos funcionarios elegidos bajo el Sistema de Alta Dirección Pública, fueron los temas que marcaron su presencia en los medios. Ya llevaba casi dos meses de gestión y las esperadas políticas sociales del gobierno de Piñera seguían en la banca. Se hablaba del ministro o de sus polémicos actos, pero de sus propuestas nada, silencio absoluto.
Pero parece que luego de más de cuatro meses de instalación, el ministro se dio cuenta de esto y nos sorprende con una gran noticia; impulsarán la creación de un Ministerio de Desarrollo Social.
Todos saben que en Chile las políticas sociales las termina definiendo el Ministerio de Hacienda y que casi no existe coordinación entre las carteras de Salud, Educación y Vivienda. Es más, Mideplan ha perdido fuerza y la agenda propia de los demás ministerios lo ha relegado a ser uno de los más insignificantes de nuestro aparato público.
Por eso, finalmente encontramos una buena noticia de este mediático ministro. Mideplan que no es capaz de coordinar ni articular a los demás sectores cederá su lugar a un ministerio más fuerte, con mayores competencias y mejor funcionamiento.
Me parece bien que se denuncie que nuestro aparato estatal es desordenado, que no se sabe ni cuántos programas sociales hay ni cuántos son sus beneficiarios, que existen millonarias pérdidas por la duplicación de encuestas en el INE, que hay cerca de 3.000 viviendas sociales del Serviu abandonadas y que el Injuv gasta más recursos en su burocracia que en sus servicios y prestaciones.
Pero sigo esperando que este mediático ministro nos anuncie las medidas con las que cumplirá las promesas de su presidente en el discurso del 21 de mayo. Alcanzar el desarrollo en menos de una década, terminar con la pobreza extrema antes del 2014 y con toda la pobreza antes del 2018, y acabar con las desigualdades excesivas son objetivos que todo chileno comparte. Sin embargo, y en esto creo no ser el único, seguimos esperando sus recetas.
Me encantaría debatir acerca de las políticas sociales del gobierno. Ellos quieren continuar con la senda de la focalización y yo pienso que las políticas sociales deben permitir construir un sistema de derechos y garantías para todos los ciudadanos, no sólo los más vulnerables. Ellos creen en los bonos marzo como herramienta para la superación de la pobreza y yo creo en la redistribución de la riqueza.
Por eso, ahora que acaba de salir la encuesta Casen, que refleja un incremento de la pobreza, no hay más excusas para seguir evadiendo la discusión. Espero que el gobierno, y particularmente el Ministro Kast, esté a la altura.
Si no hacemos la discusión ahora Ministro, ¿Cuándo?
Por Salvador Muñoz